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| Foto: Archivo SEMANA

ANÁLISIS

D+180: el día que las Farc no dejaron las armas

Semana.com le pidió a un grupo de personalidades que analizaran el desarme de las Farc que finalmente se aplazó 20 días. Este es el texto de Francisco Santos, quien asegura que en ese proceso ha primado la improvisación y la desconfianza.

31 de mayo de 2017

No nos digamos mentiras, el tema de la entrega de armas por parte de las Farc ha sido un desastre. Un desastre además rodeado de improvisación y de gran desconfianza por parte de la ciudadanía que con razón hoy no sabe qué van a entregar, cómo lo van a entregar y cuándo lo van a entregar.

Sale ayer el presidente Juan Manuel Santos a minimizar el tema de los tiempos de entrega. Sale a decir que son solo 20 días más para la entrega total de armas y que 20 días no son nada. Está muy equivocado pues el problema es mucho más de fondo.

Las Farc, que solo han demostrado soberbia en este proceso y por ende han generado con razón gran desconfianza, en el tema de la entrega de armas sí que han sido poco transparentes por no decir otra cosa. Aún hoy los colombianos no sabemos cuántas armas van a entregar, cuántas caletas tienen y el conteo de armas que ha debido ser parte fundamental del proceso de paz y su cumplimiento pues parece que ni las Farc ni el gobierno saben con certeza los números.

Lo peor de todo es que unos y otros dicen números de armas y de armamento que no coinciden. Esto genera desazón en unos sectores y susto en otros. Para el gobierno son 14.000 las armas que deben entregar según el presidente Santos y Mindefensa. Pero para la ONU son solo 7.000. ¿De dónde sale esa diferencia? ¿Por qué no hay explicaciones sobre ello? No estamos hablando de un tema menor. El gobierno y la ONU deberían dar explicación de ello pues uno nos representa y el otro es el verificador. La ONU no es un simple notario y creo que le debe explicaciones a la ciudadanía.

Si a este problema le añadimos el de las caletas que nadie sabe si son 400 como dice el gobierno o 900 como dice Timochenko pues lo único que pueden esperar el gobierno y las Farc es más desconfianza en el proceso de paz. El silencio de la ONU solo aumenta ese sentimiento que tenemos muchos colombianos de que nos están diciendo mentiras con un tema central como el del desarme.

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El gobierno improvisó. Ni siquiera estaban listos los contenedores para la entrega de las armas. No obligó a las Farc a tener un censo de armamentos y explosivos que pudiera ser verificado por una comisión cosa que sí la hay para todos los temas legislativos. En un tema central de un proceso de paz se improvisó y no se dieron las garantías a la sociedad del desarme absoluto. No basta la buena fe de las Farc, una organización a la que muy pocos colombianos le creen.

Este tema de las armas va de la mano con otro tema crítico en el que también hay mucha dudas: el censo de las personas de las Farc que hacen parte de la organización. En septiembre del año pasado, el gobierno con información de inteligencia que actualiza cada seis meses y que es de gran rigor, tenía la cifra de 13.739 miembros de la Farc entre guerrilleros y milicianos. De estos solo llegaron 7.000 a las zonas veredales, es decir que más de 6.000 milicianos se quedaron por fuera. ¿Quiénes son? ¿El Estado va a tener esas persona en cuenta? Muchos hicieron inteligencia para atentados, ¿van a pasar por la JEP? Y muchos milicianos estaban armados, ¿esas armas las van a entregar?

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Sin duda se viene un pulso político con el desarme y la desmovilización, así las Farc no la quieran llamar de esa manera, que con un gobierno débil como el de Santos las Farc van a aprovechar. Ya comenzó con la decisión de la Corte Constitucional que para una organización totalitaria como las Farc es inentendible, para ellos la democracia perfecta es Cuba o Venezuela, pero que hace parte del juego democrático que ellos nunca aceptarán.

Por eso no debe sorprender a nadie que el chantaje con el tema del desarme y la desmovilización va a seguir. Uno, para tratar de asustar a la opinión pública y así tener injerencia armada en las elecciones de 2018. Y dos, para mantener al gobierno cortico con los temas legislativos y fiscales para asegurar derechos adquiridos antes de la próxima elección. Es más, el gobierno está considerando con sus asesores jurídicos, muchos de los que estuvieron durante el proceso de paz, la declaración de un estado de conmoción interior para legislar por decreto y sin el Congreso lo que hace falta del acuerdo de paz.

¿Quiere el gobierno darle certeza a los ciudadanos en estos temas del proceso? Fácil. Que haga público el proceso de entrega de armas, que haga público el conteo de miembros de las Farc, guerrilleros y milicianos, desde 2010 y que haga público un informe quincenal de caletas con todos los detalles de lo entregado.

Nada de lo anterior está en contra de lo acordado. Pero ese secreto que hay frente a estos temas solo genera más desconfianza en un proceso en el que los colombianos poco confían. ¿Será que Santos y las Farc rectifican el rumbo? No creo. La soberbia de ambos no los deja.

Por: Francisco Santos