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Mi desafío es demostrarle al país que el Partido de la U va a ir mucho más allá de la reelección de Uribe

Al paredón con María Isabel

¿Es cierto que usted va tras la Presidencia... pero de la República?

La senadora (electa) Marta Lucía Ramírez le responde a María Isabel Rueda.

8 de abril de 2006

M.I.R.: Gran palo en las elecciones y con sólo tres semanas de campaña…

M.L.R.: Me siento muy contenta. Fue una sorpresa para mucha gente y para mí misma.

M.I.R.: ¿Tuvo miedo de no sacar los votos necesarios?

M.L.R.: Miedo nunca. Tal vez en los últimos cinco días tomé conciencia de la competencia tan dura que había, mucha inversión en publicidad de mucha gente, todo el mundo tenía sede en todos los departamentos, y yo, en ninguno… El riesgo era grande.

M.I.R.: Dicen que su fuerte estuvo entre los empresarios…

M.L.R.: Eso es parcialmente cierto. Los empresarios me recibieron siempre con gran generosidad para que les hablara a sus trabajadores. Pero, apoyo en votos entre los empresarios o apoyo económico… no hubo más de lo que tuvieron otros. Mi voto fue de opinión, y estuvo repartido entre muchos. ¿Sabe quiénes fueron un gran apoyo para mí? Los jóvenes. Cuando fui ministra de Comercio Exterior, monté un programa que se llamaba 'Jóvenes Emprendedores Exportadores'. Esos muchachos aparecieron por todo el país para ofrecerme que me manejaban la campaña.

M.I.R.: ¿Le aparecieron 40.000 jóvenes?

M.L.R.: También obtuve el apoyo de las mujeres.

M.I.R.: ¿Y por qué más la mujer con usted que con cualquiera otra candidata?

M.L.R.: Esa fue una sorpresa muy gratificante. Muchas me decían que les encantaba la labor que había hecho en el Ministerio de Defensa y que les encantaría votar por mí. Pero ya examinando los votos en los escrutinios, a mí me decían los expertos que el mío era un voto de opinión que estaba sobre todo en los estratos 5 y 6. Mentira. Hemos encontrado que tengo muchos votos en mesas localizadas en los barrios populares: en Los Mártires, en Kennedy, en Suba, en Bosa…

M.I.R.: ¿Usted visitó esos barrios durante su campaña?

M.L.R.: Fui a Kennedy y a San Cristóbal una vez. Del resto no hubo tiempo. Por eso siento que la política de seguridad le ha servido también a la gente pobre, en contravía de lo que dicen unas personas, que sólo ha servido para que los ricos vayan por las carreteras.

M.I.R.: ¿Entonces usted cree que su éxito electoral se debe a que la identifican con la política de seguridad del Presidente?

M.L.R.: Yo creo que sí me identifican mucho. Si es que yo lo ayudé a diseñarla y a montarla. Campaña en los barrios no hice, pero en los estratos 1, 2 y 3 también hay voto de opinión. Se cree, equivocadamente, que la capacidad de discernir es sólo de las clases altas y mentiras, los estratos bajos también analizan qué le conviene al país.

M.I.R.: ¿Existe una contradicción en que el Presidente le haya pedido la renuncia como Ministra de Defensa por sus encontrones con los generales, y ahora la haya recuperado para el Congreso?

M.L.R.: Yo sólo tuve encontrones con un general.

M.I.R.: El general Mora…

M.L.R.: Sí. Pero mi relación con los demás generales es excelente. Esas tensiones ni siquiera fueron negativas, sino que los medios de comunicación las exageraron. Eran tensiones positivas, surgidas de que yo quería mejorar el control civil sobre la labor que desarrollan las Fuerzas Militares y de Policía.

M.I.R.: Una mujer con una oficina tan exitosa como la que usted montó, ¿cómo toma la decisión de renunciar al sector privado para enfrentarse con los avatares de la vida pública?

M.L.R.: Mire: si uno tiene realmente un interés por la política, tiene que estar interesado en ir al escenario natural de la política, que es el Congreso. Aquí el desafío es convencer a los demás con ideas, con argumentos, con capacidad de negociación y de conciliación. Veo con preocupación la decepción que hay en Colombia sobre los políticos y no podemos dejar la política en las peores manos, si queremos reforzar la institucionalidad y reafirmar la democracia. Para ello hay que renunciar a la comodidad del sector privado, a la satisfacción de tener un mejor ingreso, y meterse en la política a fondo.

M.I.R.: ¿ Y por qué precisamente ahora?

M.L.R.: Yo planeaba ir a la política dentro de unos tres años. Pero tomé la decisión de hacerlo ahora porque de pronto dentro de tres años ya habría desaparecido de la memoria de los colombianos, y ya nadie se acordaría qué hizo la ministra de Comercio Exterior de hace 10 años y la de Defensa de hace seis años. La decisión era ahora. Cerré los ojos y me lancé al agua.

M.I.R.: El presidente Uribe dijo una vez que usted iba a ser la primera mujer Presidente de Colombia. ¿Se lo creyó?

M.L.R.: El presidente Uribe dijo eso cuando yo venía de pasar mucho tiempo en el sector privado con buenos resultados, y de haber hecho una gestión en lo público con resultados muy satisfactorios. Qué hacemos si esa es la verdad. No se trata de que yo me haya comido el cuento, sino que es verdad que tengo una vocación por lo público, me gusta y he tenido resultados.

M.I.R.: ¿Usted realmente quiere ser Presidente de la República?

M.L.R.: Por ahora sólo siento que tengo las condiciones y la capacidad. Es la primera vez que voy a meterme en el tema político. Voy a ver si dentro de cuatro años tengo ganas de meterme en lo que eso implica.

M.I.R.: Me cuentan que el Congreso es su primer paso hacia la Presidencia…

M.L.R.: No lo estoy negando. Siento que tengo la capacidad y las condiciones y he mostrado resultados en la vida. Le repito que si dentro de cuatro años he hecho una buena labor en el Congreso y hay un espacio en la política para mí, pues me meto.

M.I.R.: Y para llegar a ser Presidente de la República, ¿primero va a pasar por la presidencia del Senado?

M.L.R.: Así como pienso que el paso por el Congreso es obligado si uno tiene una vocación política y una aspiración política, no creo que la presidencia del Senado sea un paso necesario.

M.I.R.: En el Congreso hay un dicho que es el de que los primíparos tienen que pagar un año rural... Llegar con humildad y aplazar las aspiraciones a cargos directivos…

M.L.R.: El tema de la primiparada no es grave porque uno puede aprenderlo todo. Cuando llegué al Ministerio de Defensa no sabía nada de eso y me tocó aprenderme desde lo que significaban las estrellas en las charreteras, y todo en 24 horas.

M.I.R.: ¿Le da miedo el Congreso?

M.L.R.: No. Lo veo más como un desafío. Tengo muchos defectos que tendré que moderar, como el de que soy muy poco tolerante cuando siento que estoy perdiendo el tiempo. Voy a tener que llenarme de una paciencia infinita.

M.I.R.: ¿Por qué escogió la lista de Juan Manuel Santos y no la de Germán Vargas?

M.L.R.: Los dos han hecho una labor muy valiosa en fortalecer toda esa alianza que le va a dar gobernabilidad al presidente Uribe. Cuando tomé la decisión de meterme a la política la tome a fondo y de verdad. Entonces dije: me voy a meter en un partido en el que pueda aportar un grano de arena a su construcción ideológica, a su conformación y la de sus órganos directivos. A definir sus derroteros, no con la visión de la coyuntura de la reelección. Le confieso que mi desafío es demostrarle al país que el Partido de la U va a dar para largo en la política, que va a ir mucho más allá de la reelección de Uribe, que tiene vocación de poder y que piensa ejercerlo en los distintos niveles de la administración, pero influyendo en la agenda de este país, para llegar a la modernidad, al desarrollo, para una inserción más efectiva del país en la globalización. Eso en Cambio Radical ya estaba hecho en función de un líder, que tiene unas condiciones extraordinarias, que es Germán Vargas, pero ese liderazgo tan fuerte ya había copado todos esos espacios dentro de Cambio Radical.

M.I.R.: Pero en el de la U, Álvaro Uribe también los tiene copados...

M.L.R.: En el Partido de la U hay mucha gente, todos como más pareciditos.

M.I.R.: No veo la diferencia, pero bueno… A usted le hacen un chiste. Dicen que es capaz de hablar indefinidamente sin respirar. ¿Ese chiste la ofende?

M.L.R.: ¿Sabe qué pasa? Más bien me cohíbe. Porque yo sí les envidio a ustedes los comunicadores la capacidad de síntesis. De decir con muy pocas palabras algo muy concreto y que tiene todo el sentido. Sigo pensando mucho como abogada y en función del silogismo tesis, antítesis, síntesis y, entonces, a veces me demoro demasiado. Algunos incluso dicen que mi problema es que soy demasiado intensa. Pero es que lo que yo hago lo hago con pasión.

M.I.R.: Bueno, hay que reconocerle que tiene muy buena capacidad de expresión. Pero sus colegas ya andan diciendo que el día en el que agarre la palabra se van a dormir a la casa, porque usted no la va a soltar…

M.L.R.: Con esta ley de bancadas habrá unos debates organizados con unos tiempos de intervención del vocero del partido. Y como yo espero ser la vocera en varios temas, pues manejaré el tiempo con disciplina y para garantizar la intervención de los partidos que no forman parte de la coalición.

M.I.R.: Dicen que el Presidente le puso la misión de sacar el TLC adelante… ¿Se siente capaz?

M.L.R.: Totalmente capaz, y además estoy absolutamente convencida de que es algo que le conviene al país. Pero lo más importante no va a ser la ley aprobatoria del tratado, sino el paquete de medidas que se tomarán para lograr un aparato productivo fuerte y competitivo.

M.I.R.: Espero volver a hacerle esta entrevista en tres años, a ver si se lanza al fin a la Presidencia…

M.L.R.: A ver si encontré el espacio para hacerlo o si, por el contrario, estoy en el desencanto total de la política.