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Manuel Jóse Vives, elegido para representar en el Congreso a los colombianos residentes en el exterior, hoy ve tambalear su curul por cuenta de un fallo de la Corte Constitucional

Congreso

Esa curul ¿se perdió?

En las pasadas elecciones los colombianos en el exterior eligieron un representante. Hoy su curul está peligrando.

21 de octubre de 2006

La mala hora para Manuel José Vives, representante a la Cámara, empezó el día que conoció el fallo de la Corte Constitucional que puso a tambalear su curul. Sus votantes, los colombianos en el exterior, pueden quedarse sin su legislador en el Congreso, aunque la decisión final está en manos del Consejo de Estado. Según los expertos, hay gran probabilidad de que este político se quede viendo para el techo.

Todo empezó hace dos semanas, cuando la Corte tumbó el Decreto 4766 de 2005 emitido por el gobierno. Esta norma reglamentaba la forma de elegir al representante por esta circunscripción especial (ver recuadro): establecía los requisitos para ser candidato, para los votantes, el procedimiento y algunos beneficios especiales para el elegido, como pasajes al exterior subsidiados por el Estado. Pero fue declarada inexequible, pues los magistrados consideraron que el Ejecutivo no tenía las facultades para regular un tema que es propio del Congreso.

Desde cuando se hizo pública está decisión en el Salón Elíptico, todos lo miran como si tuviera ya la soga al cuello. "Esa elección se hizo bajo unas reglas inválidas. Por lo tanto no sirve y se debe repetir", es el argumento de algunos abogados. "Si alguien demanda la elección de Vives en el Consejo de Estado, ya hay claras razones para que la anulen", afirmó un abogado constitucionalista consultado por SEMANA.

Mientras la tormenta toma fuerza, Vives escampa en su oficina. Está tranquilo, pues considera que su puesto está asegurado. "Mi curul está sustentada en la Constitución, la regla de reglas. Por eso si se cae un decreto auxiliar que la reglamenta, eso para mí no implica ningún peligro. En la práctica, con el fallo lo único que perdí fue unos pasajes subsidiados que me daba la norma que tumbaron", añade el político.

La pregunta es qué tanto les importa a los emigrantes no tener quien los represente. A la mayoría, poco, pues son muchas las críticas que electores y expertos han expresado frente a la circunscripción internacional, desde cuando fue creada en 1991, y de los políticos que la han ocupado.

Es difícil pensar que un solo representante a la Cámara va a tener la capacidad de intermediar por las necesidades de la inmensa diáspora de colombianos que hay en el exterior: un solo político por aproximadamente 2.000.000 de posibles electores, de los que sólo votó el 1,2 por ciento. Además, es imposible representar a una comunidad tan heterogénea, como los compatriotas en España, en Estados Unidos o en Francia: tres mundos totalmente distintos, leyes migratorias diferentes y miles de kilómetros de distancia. ¿Cuál es entonces su tarea?

Vives afirma que él sí tiene muy claro cuál es su trabajo."Mi prioridad es velar por el servicio que están prestando los consulados y proponer reformas en ese sentido. Deben ser como 'minicolombias', incluso con hospital para los más pobres. Mi otra labor es el control político. Citar a la Canciller y sus funcionarios", comentó el representante que paga de su bolsillo una línea en el exterior para que la gente lo llame sin costo.

Sin embargo, según la base de datos del proyecto Congreso Visible, la mayoría de los antecesores de Vives han tenido poco éxito promoviendo este tipo de propuestas. La mayoría de los proyectos sobre leyes migratorias han sido archivados y los debates de control político no han tenido mucho impacto. Entonces la pregunta de fondo no es si Vives mantiene o no su curul, sino si su cargo es necesario y está generando algún impacto. Tal vez no sólo tambalea Vives, sino su barco.