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Escocés en las rocas

Con su nuevo papel de piloto principal de McLaren, David Coulthard podría ser uno de los protagonistas de la temporada.

26 de febrero de 2002

Desde hace algunos años en el mundo automovilístico se piensa que David Coulthard nunca llegaría lejos en la Fórmula 1. Comenzó su carrera en está haciendo pruebas para Williams en 1993, tras ascender por los medios habituales de la Fórmula Ford británica, F3 y F3000. En 1994 tenía firmado otro año de pruebas en Fórmula 1 y F3000 cuando murió Ayrton Senna en el Gran Premio de San Marino. Como piloto de pruebas oficial a Coulthard se le asignó la poco envidiable misión de sustituir al campeón mundial.

Con sólo 23 años demostró ser un tranquilo y maduro escudero de Damon Hill y causó impresión en el paddock. Tanta que el dueño del equipo, Frank Williams, prescindió de Nigel Mansell y contrató a Coulthard para 1995. Aquel año su mejor resultado fue una victoria en Estoril.

Las obligaciones contractuales lo llevaron a McLaren el año siguiente y, tras una primera temporada difícil, ganó dos carreras en 1997. Sin embargo, a pesar de contar con el mejor monoplaza y de que Ron Dennis, el patrón de la escudería, aseguró que no había un número uno en el equipo de las flechas de plata, Coulthard nunca logró deshacerse de la sombra de su compañero Mika Hakkinen, sobre todo después de los dos campeonatos consecutivos que el finlandés. Sin embargo, tras el retiro de Hakkinen de las pistas la temporada pasada, las cosas van a cambiar para él. En 2002 debe demostrar que es un guerrero que tiene, incluso, los argumentos necesarios para pelear el campeonato.

Sin Hakkinen en el horizonte el equipo de las flechas de plata se vio obligado a revaluar toda su estrategia para esta temporada. Contrató como segundo piloto al joven finlandés Kimi Raikkonen, quien podría convertirse en un eficaz escudero de Coulthard, quien a su vez disfrutará de todas las ventajas que implica ser el piloto principal de uno de los equipos mas poderosos del Gran Circo. Tras un 2001 desastroso McLaren llega esta temporada sin muchos de los inconvenientes técnicos y mecánicos que el año pasado alejaron a la escudería de la gloria. El escocés tendrá un auto muy competitivo con el que McLaren volverá a ser un rival duro para los Ferrari y los Williams.

Algunos piensan que a pesar de contar con los privilegios de ser el piloto principal a Coulthard le falta algo para ser un auténtico ganador. Lo acusan de tener una virtud que en el Gran Circo es un grave defecto para poder triunfar: ser “un buen tipo”. Coulthard no ha demostrado tener ese estilo de conducción agresivo que a veces es necesario y difícilmente se le ha visto arriesgándose para ganar o defender una posición en la pista. Otros, por el contrario, creen que este año Coulthard sacará las uñas. Al fin de cuentas, por primera vez en su carrera, no tendrá que defender otros intereses diferentes a los suyos.