Home

Nación

Artículo

Además de adquirir los vehículos, la mayoría de compradores invirtió varios millones de pesos en arreglos y pintura.

JUDICIAL

Estafa maestra con vehículos del Ejército

Más de 300 personas en todo el país terminaron ‘tumbadas’ por una empresa que compró decenas de vehículos de las fuerzas armadas.

26 de julio de 2014

Gracias a un vecino,

Nelly se enteró del que parecía ser un negocio sin pierde: comprar carros increíblemente baratos. En 2013, el Ejército permutó con el concesionario Automayor S.A. 443 vehículos viejos a cambio de varias camionetas y busetas nuevas. El concesionario procedió enseguida a vender los carros, pero lo hizo de una manera que tiene todavía a cientos de personas padeciendo.

Nelly vendió su casa en un pueblo del Tolima y con un préstamo completó los 35 millones que le pedía por un camión Chevrolet Kodiak modelo 1998, que permanecía en un parqueadero de Ibagué.

Como ella, hay cientos de personas que invirtieron todo su capital en la que parecía la ganga de la vida.

¿Cómo creció el problema?

Luego de celebrar el contrato con el Ejército, Automayor vendió los vehículos a unos rematadores, quienes se encargaron de hacer los negocios en todo el país. A uno de ellos le compró Nelly su camión.

A cada comprador se le entregó el acta de adjudicación SA097-CTO-483 del 4 de junio de 2013, con la cual en teoría podía matricular su vehículo. No obstante, cuando los propietarios fueron a hacer el registro, las autoridades de tránsito les dijeron que no se podía porque el Ejército, presuntamente, debía multas e impuestos. A Nelly le dijeron, además, que la placa que el Ejército le había asignado pertenecía a un taxi, es decir, a su problema se le sumó el de duplicidad (ver certificado de tradición).

En una reunión con los compradores, el pasado 27 de mayo, a la que asistió SEMANA, en oficinas de Automayor, el concesionario les informó que, para solucionar este problema, y después de esperar un año, el Ejército había cancelado una deuda de 70 millones de pesos por esos conceptos.

Llegados a este punto, todo apuntaba a la responsabilidad del Ejército. Sin embargo, cuando SEMANA se comunicó con el general Francisco Cruz Ricci, jefe de Logística del Ejército, constató que el problema tenía dimensiones mayores y otros responsables que no son los militares.

El general Cruz asegura que Automayor incumplió el contrato de permuta, pues en la cláusula 24 dice que es obligación del contratista “tramitar y pagar las multas, impuestos, gastos de matrícula, traspasos y demás costos de trámite que se causen por la permuta de los vehículos”. Esa cláusula dice, además, que el contratista aceptaba recibir los vehículos en el estado y condiciones en que se encontraban.

El alto oficial asevera que intenta ayudar a las personas estafadas. Aunque el Ejército no tiene ninguna responsabilidad legal con ellas, como los vehículos eran de su propiedad, el Ministerio de Transporte solo acepta tramitar con los militares los traspasos y pagos de multas.

Las actas de adjudicación de los vehículos les fueron entregadas a los compradores finales para que ellos realizaran el proceso de matrícula, por el que además se les cobró cerca de 300.000 pesos, cuando era claro que Automayor era la encargada de este trámite.

Otro asunto aún más grave es que el concesionario realizó un contrato de venta con un ‘experto en remates’ por un valor cercano a los 3.000 millones de pesos, aún antes de cerrar el trato con el Ejército. Algunas personas compraron vehículos en febrero de 2013 cuando el contrató se celebró el 5 de abril de ese año.

En la reunión del pasado 27 de mayo el gerente comercial de Automayor les dijo a los compradores que trata de ayudarles pero que la empresa no tiene contrato con ellos sino con el rematador. Sin embargo, llama la atención que en el contrato que Julio* firmó con el tramitador dice claramente que debía consignar los dineros en dos cuentas corrientes a nombre de Automayor. Andrés*, otro comprador, tiene tres comprobantes de consignación por valor de 9 millones de pesos cada uno a nombre de Automayor.

El Ejército asegura que hay una gran estafa por parte del concesionario y el rematador, quienes, además, habrían vendido vehículos que adquirieron por 3 o 5 millones de pesos en 25 o hasta 35 millones. Aunque han visto cómo este problema lleva más de un año, cuando SEMANA preguntó por qué no denunciaron penalmente al concesionario, aseguraron que estaban recolectando la información necesaria para instaurar la demanda y se comprometieron a que en los próximos días la radicarán.

Para completar, según el general Cruz, hace seis años también hubo un problema con Automayor. Se realizó un negocio similar con 200 vehículos, pero, con la complicidad de miembros del Ejército, Automayor terminó recibiendo 260. Este es el momento en que algunos de esos 60 carros no se han terminado de recuperar.

¿Por qué si existía este antecedente, nuevamente el Ejército hace negocio con el mismo concesionario? “No existía un fallo en el que se indicara expresamente que Automayor nos robó y en el caso de que nosotros los vetáramos en un proceso de licitación pública, ellos sí podrían demandarnos, pues sería ilegal”, asegura Cruz.

Automayor acepta que hay problemas, y afirma que “estamos trabajando conjuntamente con el Ejército, que es quien tiene que entrar a arreglar esas situaciones y estamos coordinando todo para que la solución se dé en el menor tiempo posible”, dijo a SEMANA Carlos Eduardo Hermida, su gerente y representante legal.

Por ahora, de los 443 vehículos, 22 tienen su situación resuelta. Según el Ejército, en los próximos días 265 más podrán ser matriculados luego de que se paguen unos comparendos. Y otros128 carros aún tienen su situación por definir en el Ministerio de Transporte, lo cual podría demorar varios meses.

No obstante, algunos carros no tendrán solución a la vista ya que en el mismo contrato el Ejército le indicó a Automayor que poseía vehículos incorporados mediante procesos de incautación, donación, recuperación o adquiridos en planes estratégicos con otros gobiernos, en los que no se poseen documentos que demuestren su procedencia.

Lo más grave es que este no es el único caso, pues otras empresas y rematadores han realizado estas mismas dudosas actuaciones con otras entidades del Estado. Según el Ejército, en reunión con el Ministerio de Transporte conocieron que la Policía tiene el mismo problema con cerca de 1.000 motocicletas y el extinto DAS solo le ha podido solucionar la situación a 20 vehículos de un gran lote que se permutó. La ‘ganga’ con los carros del Ejército no es la única.