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| Foto: Vanessa Pérez

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“Estamos orgullosos del Plan Colombia”

John Podesta, exjefe de gabinete de Bill Clinton y uno de los arquitectos del Plan Colombia, estuvo en el país y habló con Semana.com de las relaciones bilaterales, de la guerra contra el narcotráfico y de la violencia que azota a Centroamérica.

26 de junio de 2011

Semana.com: ¿Cómo ve las relaciones actuales entre Colombia y Estados Unidos?
 
John Podesta: La relación es muy fuerte. La alianza entre Colombia y Estados Unidos empezó cuando yo estaba en la Casa Blanca con el presidente Bill Clinton, en el gobierno de Andrés Pastrana. La relación se ha ido fortaleciendo durante estos años hasta llegar al punto fuerte en el que se encuentra ahora. Hay una muy buena relación entre ambos presidentes y entre la canciller, María Ángela Holguín, y la Secretaria de Estado, Hillary Clinton.
 
Colombia ha sido un buen aliado para Estados Unidos y el gobierno norteamericano ha respondido con proyectos como el Plan Colombia. Es cierto que todavía está pendiente resolver lo del Tratado de Libre Comercio en el Congreso, que es un impedimento potencial para que la relación se siga fortaleciendo, pero creo que es un tema que será superado.
 
Semana.com: ¿Cómo ha cambiado la relación bilateral durante el gobierno de Juan Manuel Santos?
 
J. P.: Estados Unidos respeta lo que Colombia ha logrado hacer como aliado diplomático, los resultados que ha conseguido en seguridad regional y la habilidad de fortalecer a la policía para luchar contra la violencia y el narcotráfico. Pero particularmente lo que más valora Estados Unidos es el énfasis que la administración de Juan Manuel Santos está haciendo en los derechos humanos y en la reconciliación e integración nacional. Es una línea muy clara y el gobierno norteamericano apoya la dirección hacia la que Juan Manuel Santos está tratando de llevar a Colombia.

Semana.com: Usted hizo parte del gobierno de Bill Clinton cuando el Plan Colombia estaba empezando. ¿Qué balance hace de este programa?

J.P.: Creo que ha sido un gran éxito. El expresidente Bill Clinton y todos los miembros de la administración que participamos en el desarrollo del Plan estamos muy orgullosos de la apuesta que hicimos para comprometer a Colombia con un paquete de ayuda sustancial que estaba enfocada en cambiar la situación de seguridad, recuperar territorio, presionar a la guerrilla, enfrentar a los paramilitares e invertir en la población colombiana para que tuviera la oportunidad de mejorar su calidad de vida. Pienso que ha sido un éxito rotundo.

Semana.com: ¿Qué críticas le haría al Plan?

J.P.: Obviamente nada es perfecto. Creo que la intención de los dos gobiernos era combinar la asistencia en seguridad con un énfasis en el desarrollo humano y en brindarle a la gente de abajo la oportunidad de tener una economía estable. Y hoy, si miro hacia atrás, me hubiera gustado que eso hubiera llegado más lejos y de forma más rápida, pero creo que esa es la intención que tiene en este momento el gobierno del presidente Santos. De todas formas, el Plan Colombia es algo de lo que todos los que trabajamos en ello estamos orgullosos.

Semana.com: ¿Qué piensa de la guerra contra el narcotráfico y del debate que se está dando sobre ese tema?

J.P.: Creo que por primera vez ese debate está verdaderamente abierto en Estados Unidos. Hemos visto que las declaraciones de los presidentes de América Latina han hecho que se empiece a pensar si la estrategia de juzgar y encarcelar a tantas personas no violentas en prisiones norteamericanas fue una estrategia correcta. Eso está abierto a debate por primera vez. Será un proceso que evolucionará lentamente.
 
La idea de descriminalizar a los consumidores de droga que no sean violentos está avanzando y teniendo más adeptos. Ese primer debate se está dando a través de la marihuana, pero las causas y los efectos en la sociedad de tratar esto como una guerra y tratar a los consumidores como criminales ya está bajo discusión en EE.UU. Esto puede cambiar pero será un proceso lento.

Hay una pregunta diferente sobre la necesidad de garantizar la seguridad y acorralar a los carteles que utilizan la violencia en el mercado de la producción y distribución de las drogas. No creo que eso cambie, pero sí veo que puede cambiar la forma en la que tratamos a los consumidores de droga en Estados Unidos. Hay una tendencia a buscar una estrategia de tratamiento más que una estrategia criminal y eso tendrá efectos determinantes en toda la región.
 
Semana.com: América Central está atravesando un momento crítico por la violencia generada por el narcotráfico. ¿Cree que sería posible crear una especie de Plan Colombia para la región?

J.P.: Espero que si tenemos un Plan Colombia para Centroamérica podamos incluir a Colombia como aliado. Este ya es un problema regional, que va desde México hasta Colombia y Perú, pero que también afecta a Estados Unidos y a Europa. Tenemos un problema común de seguridad que se alimenta de las drogas, los carteles y la violencia y que es una amenaza potencial para debilitar las democracias y las economías de la región. Y es el escenario ideal para que aumente la corrupción. Es un problema común en Centroamérica y en México, y necesitamos una solución regional.

Creo que Estados Unidos y Colombia, como aliados binacionales, pueden ser un gran apoyo para esa solución, pero creo que el problema igual necesita una aproximación regional. Colombia tiene la capacidad de jugar un rol como aliado de Estados Unidos en esa materia, y sé que el presidente Santos ya sostuvo conversaciones sobre ese tema en Guatemala. Pero los efectos de las drogas y la violencia están poniendo en riesgo las instituciones de esos países y necesitamos estabilizar la democracia y la economía, como creo que ya pasó en Colombia, y fortalecer la seguridad para que las bandas de narcotraficantes se sientan acorraladas.