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Al paredón con María Isabel

¿Estoy entrevistando a un delfín?

Simón Gaviria Muñoz le responde esta pregunta a María Isabel Rueda.

17 de abril de 2005

MARÍA ISABEL RUEDA: Veinti-cuatro años, economista de la Universidad de Pensilvania, graduado con honores y 'enchanfainado' en una de las mejores oficinas de consultoría privada del mundo, JP Morgan. ¿Cuándo y por qué resuelve Simón Gaviria regresar a Colombia?

Simón Gaviria Muñoz: El arranque me vino a comienzos de diciembre pasado. Tenía la necesidad interna y personal de volver a Colombia.

M.I.R.: ¿Esa decisión la consultó con su papá o con su mamá?

S.G.M.: Para nada. Sencillamente se las comuniqué, y me apoyaron.

M.I.R.: ¿Por qué a la campaña de Enrique Peñalosa?

S.G.M.: Conocí a Peñalosa en mi universidad, cuando fue a dictar hace unos años una conferencia. Hablé con él, entablé una amistad, varias veces coincidimos en Nueva York, y la amistad se fue estrechando. Discutíamos todo tipo de temas, especialmente de Colombia. Y en unas vacaciones aquí me lo encontré y me ofreció trabajar en su fundación. Creo que aceptarle fue la decisión correcta.

M.I.R.: ¿Y no le pareció que si su papá está preparando pista para asumir la dirección del Partido Liberal, trabajar con uno de los candidatos del liberalismo enviaba un mensaje complicado?

S.G.M.: Sí. Yo estoy consciente de que mi decisión tiene mil lecturas, y por consiguiente mil problemas. Pero esos problemas son de mi papá, y estoy seguro de que él puede resolverlos solito.

M.I.R.: ¿Entonces es Simón Gaviria, ese niñito que mascaba chicle en compañía de su hermana Mariapaz en la posesión de su papá como presidente, el que ahora defiende a César Gaviria?

S.G.M.: No tengo necesidad de defenderlo. Él se defiende solo muy bien.

M.I.R.: ¿Y qué tiene Peñalosa tan especial como para que usted haya decidido trabajar a su lado?

S.G.M.: La importancia de Peñalosa es que enriquece mucho el diálogo en el discurso nacional. Su tema favorito, que es el tema urbano, tiene cantidades de recepción entre la gente. Todo el mundo, rico o pobre, entiende el problema de la seguridad, del espacio público, de los andenes. El reto es llevar esta propuesta a nivel nacional.

M.I.R.: Y concretamente, ¿qué hace usted en la campaña Peñalosa?

S.G.M.: Voy a coordinarle ciertos temas, pero todavía no sé cuáles.

M.I.R.: Peñalosa se vende como un candidato de izquierda liberal. ¿Usted le come el cuento?

S.G.M.: Más que de izquierda, yo diría que Peñalosa es un candidato de sentido común. Es un hombre pragmático, un buen administrador. Y creo que ponerse en el trabajo de tiquetearlo como de izquierda o de derecha tiene muchas connotaciones no correctas frente al que realmente es su perfil.

M.I.R.: ¿No le da miedo que lo que usted opine se lo adjudiquen a Peñalosa?

S.G.M.: No. Me gusta Peñalosa como candidato, aspiro a que él sea el próximo presidente de Colombia, pero quiero que quede muy claro para hoy y para el futuro que no soy el vocero de Peñalosa, y tampoco el de mi papá.

M.I.R.: ¿Cómo le parece el alcalde Luis Eduardo Garzón?

S.G.M.: Para serle muy sincero, una de las razones por las que estoy en Bogotá es para aprender de Colombia, y no considero que he estado suficiente tiempo como para opinar acerca de él.

M.I.R.: ¿Está eludiendo la respuesta?

S.G.M.: No. Es "ciertamente" la verdad.

M.I.R.: ¿Estoy entrevistando a un delfín?

S.G.M.: Odio la palabra delfín. Qué pereza esa vaina. Soy simplemente Simón Gaviria, que regresó a Colombia.

M.I.R.: ¿Pero le molesta que lo identifiquen como Simón, el hijo de Gaviria?

S.G.M.: Eso me parece natural. Yo lo entiendo. Me vieron creciendo. Pero yo soy independiente y tengo ideas propias.

M.I.R.: ¿Tiene diferencias políticas con su papá? ¿Ya las puede definir, o todavía está encontrándolas?

S.G.M.: Todavía las estoy encontrando. Con mi papá tengo una excelente relación, y por ahora pocas diferencias.

M.I.R.: ¿Cómo ve el papel que su papá va a cumplir frente al partido?

S.G.M.: Esa pregunta queda mejor si se la hace a él. Creo que lo que mi papá es capaz de hacer es unir una cantidad de grupos que poca gente puede unir. Y que de ahí salga un Partido Liberal fresco, con una nueva generación de ideas.

M.I.R.: ¿Le preocupa que un sector del liberalismo, que no sabemos qué tan grande es pero que sí podemos identificar como de izquierda, amenace con que se va si Gaviria asume la dirección del partido?

S.G.M.: A mí no me preocupa. El Partido Liberal es capaz de aguantar todos los matices de ideas que hay.

M.I.R.: ¿Cómo le parece el presidente Álvaro Uribe?

S.G.M.: Toca reconocerle al presidente Uribe que ha tenido muchos aciertos. Es una muy buena persona. Está haciendo todo lo posible para mejorar el país. Pero habiendo dicho eso, pienso también que es muy importante que en el diálogo nacional haya otros puntos de vista.

M.I.R.: ¿Y qué opina de que una persona tan cercana al presidente Uribe, como es Fabio Echeverri Correa, diga que el gobierno de Gaviria fue muy malo?

S.G.M.: Yo creo que los hechos del gobierno de mi papá se defienden solos. Además, él ha dicho que no va a contestar esos agravios.

M.I.R.: ¿Lo mejor y lo peor del gobierno Uribe?

S.G.M.: La política de seguridad democrática ha tenido muchos aciertos. Pero el Presidente sí podría gastar parte de su capital político para sacar adelante muchas de las reformas que no le han pasado en el Congreso.

M.I.R.: ¿Le parece bien la forma como el Presidente está conduciendo el proceso con los paramilitares?

S.G.M.: Mire, yo entiendo el fenómeno del narcotráfico, el de la guerrilla y el de los paramilitares como un cáncer para el país. Si usted ve ejemplos de procesos parecidos en el mundo, por ejemplo el de Irlanda, entiende que lo más importante es que el proceso sea transparente y que las cosas queden claras.

M.I.R. ¿Y en el caso de los paramilitares, las cosas están quedando claras?

S.G.M.: Desde afuera se pueden hacer todos los esfuerzos para entender a Colombia: leer la prensa todos los días, aprender los números.pero temas como éste, tan complejos y tan difíciles, exigen estar en Colombia para entenderlos bien. No me siento capaz de opinar a fondo sobre esos temas. Prefiero primero viajar mucho por Colombia, informarme mejor y entonces sí podré dar una opinión más formada.

M.I.R.: ¿Y si no es Peñalosa, quién?

S.G.M.: A todos los precandidatos liberales los respeto, y muchos me gustan. Todos ellos me conocieron como el chiquito que era el hijo del entonces presidente Gaviria. La diferencia con Peñalosa es que él me conoció a otra edad, y sabe que soy una persona pensante.

M.I.R.: Si Peñalosa llegara a ganar las elecciones, ¿qué cargo le gustaría ocupar en su gobierno?

S.G.M.: No he pensado en eso.

M.I.R.: Haga un esfuercito.

S.G.M.: Es que no he pensado en eso.

M.I.R.: Simón Gaviria regresa a Colombia con la fama de saber mucho de economía. Contésteme esta pregunta: ¿qué va a pasar con el dólar en Colombia? ¿Va a seguir bajando, o volverá a subir a corto plazo?

S.G.M.: Digamos que hay que entender la influencia que tiene la Reserva Federal de Estados Unidos, el equivalente a su Banco Central, en la economía del mundo. Ese es un país a donde la gente va a guardar su plata. Y lo que ha venido pasando es que a medida que en Estados Unidos se han bajado tanto las tasas de interés, la gente ha parado de invertir los dólares allá. Pero si vemos los pronunciamientos recientes de Allan Greenspan, el presidente de la Reserva Federal, uno capta que hay presiones inflacionarias fuertes en Estados Unidos. Por consiguiente se espera una alza de tasas, lo cual de manera natural implicará que muchos de los dólares que hoy están por fuera buscando alto rendimiento vuelvan allá. Eso hará que en Colombia el dólar comience a apreciarse frente al peso.

M.I.R.: Regresar a Colombia le debe traer muchas memorias. Ese niño que era Simón en el gobierno de César Gaviria, ¿cuál recuerda como el momento más feliz que compartió con su papá y cuál, el más difícil?

S.G.M.: No el más feliz, pero sí lo recuerdo como un gran descanso, el día en el que mataron a Pablo Escobar. Y el más difícil, el día en el que se escapó.

M.I.R.: Yo vi llorar a su papá en privado en esa ocasión.

S.G.M.: Es muy posible, pero de la rabia que le dio no entender cómo eso había podido pasar.

M.I.R.: Usted le heredó a su papá, y especialmente a su mamá que fue campeona, la vena del tenis. ¿Quién gana?

S.G.M.: A mi papá le gano yo. Pero mi mamá me gana, porque tiene un revés imparable.

M.I.R.: ¿Ve a su mamá de presidente?

S.G.M.: (Largo silencio). ¿Que si veo a mi mamá de presidente? Esperemos que no.

M.I.R.: ¿Por qué no?

S.G.M.: Porque son años muy sufridos. Muy difíciles. La política es un sacrificio. Ella tiene sus ideas, es clara, opina. Pero definitivamente, más bien pregúntele a ella. Es la decisión de ella.

M.I.R.: Y a César Gaviria, ¿lo ve nuevamente de presidente?

S.G.M.: No veo la posibilidad de que eso ocurra, bajo ningún escenario.