¿La carta de salvación de la excontralora Morelli?

El caso judicial de la excontralora general Sandra Morelli, por haber firmado un millonario contrato de arriendo donde funcionaba la sede de la entidad, no se detiene pese a su ausencia. A la Corte Suprema de Justicia llegó el expediente y Semana.com pudo establecer que el caso quedó en manos del magistrado Éyder Patiño Cabrera, con lo que el juicio se inicia formalmente. En los próximos días, dependiendo de la extensa agenda del alto tribunal, la exfuncionaria será citada a audiencia.

De entrada la defensa se juega algunas cartas, como el tener en este juicio los testimonios de altos funcionarios del Estado: el presidente, Juan Manuel Santos; el procurador general, Alejandro Ordóñez, y la exfiscal general Viviane Morales Hoyos.

¿Por qué estos funcionarios? Con su testimonio, la defensa busca demostrar que las acciones desplegadas por Morelli al cambiar la sede de la entidad y modernizarla estaban contempladas en una política pública, inaugurada en junio del 2011 por el Gobierno, cuyo objetivo era darles ‘dientes’ a los órganos de control en las investigaciones contra irregularidades en el Estado.

Los defensores de Morelli creen que estos funcionarios podrían dar luces de cómo las acciones de la Contraloría estaban ajustadas a la ley. Igualmente, solicitarán testimonios y pruebas documentales donde demostrarán que la exfuncionaria adelantó los estudios técnicos y de mercado para realizar la contratación directa que permitieran concluir que el cambio de sede era urgente.

Mientras esto ocurre y la Corte admite estos testimonios, la Fiscalía prepara su ‘arsenal’ de pruebas para demostrar que la excontralora es responsable de los delitos de contrato sin cumplimiento de requisitos legales y peculado por apropiación en favor de terceros.

Sólo faltaría conocer si Morelli, que salió del país y se radicó en Italia -de donde es también ciudadana- una vez empezó la investigación en su contra al alegar falta de garantías, está dispuesta a presentarse ante el alto tribunal.