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¿Exportando la 'revolución'?

Quién es el colombiano sindicado por las autoridades de Bolivia de ser un guerrillero que está entrenando subversivos en ese país.

20 de abril de 2003

Desde hace una semana Francisco Cortés Aguilar permanece detenido en la cárcel de San Pedro, en La Paz, Bolivia. El Centro Especializado de Inteligencia Policial (Ceip) y la Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico (Felcn) están disputándose como un trofeo la investigación de su caso. Cortés es colombiano, nació en el municipio santandereano de Vélez y desde hace unos años está vinculado al movimiento campesino en el departamento Arauca. En esta zona de rehabilitación los dirigentes lo conocen y dicen que los ha ayudado por sus contactos con la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (Anuc).

Para las autoridades bolivianas, en cambio, Cortés es mucho más que un simple líder agrario. El Ceip dice que le ha seguido los pasos al colombiano durante los últimos dos años. En este lapso habría ingresado en tres ocasiones a Bolivia. Según la misma fuente policial, habría adoctrinado y entrenado a los cocaleros de la misma zona y a los de Yungas en la elaboración de explosivos 'cazabobos'. Por eso el 10 de abril pasado un comando especial del Ceip capturó a Cortés en una vivienda del barrio Villa Adela, en el poblado de El Alto, a unos 20 minutos del centro de la capital boliviana.

Efectivos de la policía, acompañados por periodistas de prensa y televisión invitados especialmente para la ocasión, lo encontraron en compañía de Claudio Ramírez Cuevas y Carmelo Peñaranda Rosas. El primero fue concejal y alcalde de la localidad de La Asunta, en la zona de Yungas, y secretario ejecutivo de la Federación de Campesinos. El segundo es un dirigente cocalero del Chapare, al que las autoridades conocen por el alias de 'Chiquitín' y sindican de haber recibido entrenamiento guerrillero en Colombia.

Cortés les dijo a los periodistas que presenciaron su detención que ésta era el resultado de la estigmatización a la que someten a los colombianos: "Nos acusan de todo, de narcotraficante o subversivo. Yo soy trabajador social en derechos humanos, que coordino con la vicepresidencia de Colombia". También tuvo palabras para justificar su presencia en esa casa: "Hace varios años que vengo a Bolivia y trabajo con organizaciones sociales. Tengo amigos en Bolivia. Estoy alojado aquí porque no tengo dinero". Por último confirmó que conocía al líder cocalero y ex candidato a la presidencia de ese país, Evo Morales: "Hemos hablado en Bolivia y él ha ido a Colombia. Ahora, no me encontré con él".

Lo que éste y sus acompañantes no pudieron explicar son las pruebas que las autoridades bolivianas dicen haber encontrado en la vivienda: una bandera del Ejército de Liberación Nacional (ELN), panfletos de esta organización y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), 70 cartuchos calibre 7.62, dos uniformes camuflados, cuatro cédulas falsas, 4.000 dólares, más de dos kilos de cocaína y dos ejemplares de un 'Proyecto del Ejército de Liberación Nacional de Bolivia'. Este es el mismo nombre que tuvo el grupo guerrillero que organizó en la década de los 60 Ernesto Che Guevara.

El Movimiento al Socialismo (Mas) dice que todo el operativo fue un montaje para enlodar el nombre de Evo Morales y perjudicar al movimiento cocalero. El ministro de Gobierno, Yerko Kukoc, por su parte, dijo que estos sujetos podían ser el germen de un movimiento subversivo en las zonas cocaleras de su país. Mientras se dilucida la verdad sobre este caso las autoridades acusaron a Cortés de narcotráfico y de ser encontrado culpable podría ser condenado a 15 años de cárcel.