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En esta imagen proporcionada por el Ejército de EE.UU., Marc Gonsalves, Keith Stansell y Thomas Howes (de izquierda a derecha, centro), a su llegada a los Estados Unidos luego de su liberación. | Foto: AP

JUDICIAL

Extraditado otro exguerrillero por secuestro de los tres estadounidenses

Se trata de Diego Alfonso Navarrete, quien aseveró que no tuvo responsabilidad en ese episodio.

22 de noviembre de 2014

Estuvo en la cárcel La Picota, más exactamente en el pabellón de extraditables, por algo más de un año a la espera de su extradición a Estados Unidos. Aunque apenas tiene 42 años su cuerpo no conserva la misma vitalidad que tenía cuando entró a las FARC siendo apenas un adolescente.

De su historia se sabe poco. Diego Alfonso Navarrete Militó en el frente primero de las FARC con influencia en Meta, Vaupés y Guaviare.

Conocido con el alias de ‘Sebastian’, este excombatiente no sólo fue el carcelero de los estadounidenses, sino que también entre sus obligaciones en las filas de ese grupo guerrillero estaba el cuidar a la candidata presidencial Ingrid Betancourt.

Navarrete es requerido por la justicia colombiana por narcotráfico, secuestro y concierto para delinquir. Sin embargo, para una Corte estadounidense el accionar dentro de este grupo guerrillero fue más allá.

Se le acusa de concierto para suministrar material de apoyo a una organización considerada terrorista, y además, es investigado por violar el derecho internacional Humanitario.

La justicia norteamericana lo señala como uno de los responsables del secuestro de los norteamericanos de quienes se dijo estuvieron encadenados de manos y pies.

Fue capturado por unidades del grupo élite de la Dirección Antisecuestro en el barrio Cuidad latina en Soacha (Cundinamarca), en 2013, luego de que en 2012 se ex pidiera una orden de captura por una corte de Estados Unidos.

Desde su fría celda alzaba la voz para decir que él no fue quien secuestró a los tres estadounidenses Marc Gonsalves, Thomas Howes y Keith Stansell, en 2003, cuando trabajaban como empleados de una empresa de seguridad privada subcontratada por el Pentágono.

Así también lo dijo en una entrevista para Semana.com hace varios meses. "Yo sí fui guerrillero durante muchos años. Pero ni ordené ni secuestré a esos señores. Lo único que hice, como muchos otros, fue ser parte de la compañía que cuidaba el campamento donde los tenían. Van a extraditar al que no es", dijo y repitió en esa entrevista.

Aseguró que estaba dispuesto a pagar la condena que fuera por haber integrado al grupo rebelde, pero que no tenía nada que ver con la acusación que le formularon.

Durante la entrevista que brindó a Semana.com fue contundente y reiterativo al señalar que prefería morir en una celda colombiana, que pagar por un delito en Estados Unidos que no cometió.

Pero sus palabras cayeron al vacío y las autoridades lo extraditaron esta semana, según informó el Departamento de Justicia de EEUU.

Navarrete ahora está en una celda de 3x3 metros bajo los rigores del sistema carcelario de ese país.

Tiene todo en contra pues está considerado, y así será procesado, como un terrorista y secuestrador. Así los indicó el agente especial de la división de Miami (EE.UU.) del FBI George Piro.

Se trata de dos cargos que no le dejan mucho espacio de negociación, mucho menos por haber secuestrado, presuntamente, ciudadanos estadounidenses.

Así se cierra un capítulo más para un miembro de la guerrilla que, según él, no tuvo mando alguno sobre la tropa ni poder para ordenar el secuestro de alguien.