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Falta hacer la tarea: Porter

Michael Porter, el gurú de la competitividad en el mundo, les cantó la tabla a los empresarios y al gobierno durante su visita a Colombia. Estos son sus consejos.

12 de febrero de 2006

Para muchos empresarios, Michael Porter -profesor de la Universidad de Harvard y uno de los más respetados expertos en estrategia y competitividad del mundo- es una especie de semidios. No sólo porque los textos de Porter son la Biblia con la cual se aprenden los principios básicos de la actividad empresarial, sino porque a través de su ya imprescindible Índice Global de Competitividad en los Negocios se ha encargado de tomarles anualmente la lección a países y empresas de todo el mundo sobre sus avances en productividad y estrategia. Por eso, tener al profesor Porter durante todo un día dedicado a analizar a Colombia, sus instituciones económicas, sus políticas, sus normas, sus empresas, su visión y sus metas es un privilegio de pocos. Doscientos empresarios tuvieron esa oportunidad hace unos días en Cartagena, durante el Taller Misión: Competitividad, organizado por SEMANA y Gold Service International. Empresarios y el alto gobierno, encabezado por el presidente Álvaro Uribe, oyeron a Porter decir del país algunas cosas que ya sabían. Por ejemplo, el impacto que tienen sobre la competitividad la mala imagen del país y la visión de corto plazo que ha caracterizado la política económica. Y otras que resultaron no sólo novedosas, sino un verdadero reto para los empresarios, como la afirmación de que la competitividad no es responsabilidad exclusiva del gobierno y la prioridad es la transformación del sector privado. "Una de las grandes fallas de Latinoamérica -dice Porter- es que los ciudadanos esperan mucho del gobierno. Si en Estados Unidos nos hubiéramos sentado a esperar que el gobierno hiciera las cosas, probablemente todavía seríamos pobres". El mensaje de Porter fue contundente: Colombia está en un momento crucial. Ha logrado mejoras significativas en seguridad, confianza, tasas de crecimiento e ingreso per cápita, y tiene las condiciones necesarias para convertirse, según sus propias palabras, en "la estrella ascendiente de la economía internacional". Sin embargo, necesita urgentemente una dirección estratégica y unos nuevos mecanismos de colaboración entre el gobierno, el sector público y la academia, si quiere mejorar significativamente su competitividad. "Colombia puede triunfar. Si no lo logran, no será por falta de talento o de condiciones externas, será su responsabilidad", dice Porter. Para hacerle frente al desafío de Porter, durante tres sesiones trabajaron en identificar los factores que, a su juicio, constituyen un freno para la competitividad en Colombia. Entre ellos, el escaso desarrollo de la infraestructura física, la inestabilidad de las normas, las deficiencias del sistema educativo y la debilidad de las estrategias empresariales. Conscientes de que sobran diagnósticos y faltan acciones, también hicieron propuestas concretas sobre cómo posicionarse estratégicamente en el entorno mundial e incrementar la competitividad. Entre las iniciativas planteadas se destaca la necesidad de que haya una oferta institucional especializada que facilite el emprendimiento y la operación empresarial y un capital humano altamente especializado y calificado a un costo competitivo internacionalmente, bilingüe y con alta vocación de servicio. También resaltaron que debe haber una oferta de productos y servicios de valor agregado derivados del aprovechamiento sostenible de los recursos naturales del país y la creación de una plataforma logística sólida que aproveche la localización geográfica. La visión de Porter Los consejos de Porter fueron precisos. Aunque lo primero que se requiere para una economía productiva es un contexto político, macroeconómico y normativo sólido y seguro, ni el control de la inflación, ni la estabilidad legal generan riqueza. Ésta proviene de las compañías, los trabajadores y los gerentes. Por eso los esfuerzos se deben concentrar en la sofisticación y la modernización de las empresas y del ambiente de negocios. "Las empresas sólo pueden prosperar si el ambiente de negocios del país está estructurado para la competitividad", afirmó. Las empresas que tradicionalmente han sobresalido en Colombia son las que dominan un segmento pequeño o mediano del mercado y gozan de protección estatal. "Si en el pasado las empresas no tenían que competir porque estaban protegidas, primaba el oportunismo y se limitaban a copiar los productos de países más avanzados, para hacerlos más baratos y de menor calidad, en el futuro deberán usar mejor su potencial para sobrevivir en el mercado internacional, primará la estrategia y tendrán que crear sus propios productos distintivos para satisfacer las necesidades de un público determinado", señaló. Entre los factores decisivos para la competitividad, Porter destacó la necesidad de una estructura impositiva orientada a favorecer la inversión, exportar productos que contengan valor agregado, que los consumidores se vuelvan más exigentes y generen apetito por productos más sofisticados y, sobre todo, que los grandes conglomerados económicos den paso a grupos económicos más pequeños, enfocados y con mayor inserción en el mercado internacional. En opinión del profesor, los Tratados de Libre Comercio "crean oportunidades, pero no garantizan prosperidad". Son la mejor motivación para aplicar estrategias de competitividad y en las cuales los factores clave de éxito son: hacer un número limitado de proyectos priorizados y una secuencia en la ejecución, focalizar los esfuerzos en el ambiente de negocios y los clusters, no en las compañías individuales, y crear una institución neutral independiente del gobierno que impulse la competitividad del país y asegure la continuidad de las políticas. Los empresarios presentes en el Taller propusieron la creación de un Consejo Nacional de Competitividad promovido por el sector privado, el cual contó con el apoyo del presidente Uribe. El desafío ahora será demostrar que las enseñanzas de Porter calaron y son capaces de pasar del dicho al hecho.