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FARC dejan sin luz a Buenaventura | Foto: Cristian Benítez

CONFLICTO

En tinieblas pasaron la noche 400.000 habitantes de Buenaventura

El apagón se produjo luego de que las Farc derribaron una torre de energía en la mañana de este domingo

31 de mayo de 2015

A punta de vela y plantas eléctricas pasaron la noche los cerca de 400.000 habitantes de Buenaventura, la ciudad portuaria más importante que tiene Colombia sobre el mar Pacífico y por donde se mueve la mitad de las exportaciones del país.

La emergencia se produjo luego de que guerrilleros del Frente 30 de las FARC detonaron una carga explosiva que derribó una de las torres de conducción que suministra energía a Buenaventura y una vasta región del Pacífico.

Ese atentado contra la infraestructura energética del país es el primero que cometen las FARC luego de declarar el fin de la tregua unilateral que ellos mismos habían decretado en diciembre del 2014.

El ataque ocurrió a las 9:45 de la mañana de este domingo cuando fue derribada la torre de energía No. 17 del circuito Bajo-Pailón-Tabor, en el sector de Llanobajo, zona rural de Buenaventura.

Desde entonces la Armada intenta llegar al sitio exacto de la detonación, para despejar la zona, acordonarla y permitir el ingreso seguro de los técnicos de la Empresa de Energía del Pacífico S. A. (EPSA), compañía generadora del fluido eléctrico en esa región del país.

Mientras ello sucede, los bonaverenses debieron recurrir como de costumbre al uso de las ya tradicionales plantas eléctricas para suplir la falta de fluido eléctrico y atender el comercio durante el día, “porque en la noche la mayoría de pobladores nos refugiamos en las casas al amparo de una vela”, explicó Cristian Benítez, funcionario de la Personería.

Las clínicas y los dos hospitales del puerto debieron afrontar a situación más difícil, ya que la línea de conexión de emergencia que se usa en esas situaciones tampoco funcionó, según explicaron voceros de EPSA.

“Esto no ha sido posible debido a las dificultades que presenta dicho circuito a la altura de Cisneros, donde hay presencia de minería y una considerable cantidad de conexiones ilegales que afectan el normal funcionamiento de esta alternativa a través de la cual en otras oportunidades se ha logrado brindarle el suministro a estas entidades”.

Ese circuito alterno que menciona EPSA es el que se usa como respaldo energético durante una emergencia, para atender la demanda de energía en las instituciones prestadoras de salud y los organismos de seguridad como la Policía, la Armada y la cárcel.

Sólo en la noche se conoció de un pronunciamiento del alcalde de Buenaventura, Bartolo Valencia, quien manifestó a través de un comunicado su repudio por el atentado y aclaró que “dependiendo de la información suministrada por la Armada Nacional, la Policía y la EPSA, la Alcaldía estará convocando a un Consejo Extraordinario de Seguridad para determinar las medidas a tomar en todo el territorio de Buenaventura”.

Históricamente los apagones en Buenaventura que han tenido como origen las voladuras de torres de energía a manos de la guerrilla han durado un promedio de 72 horas.

Así sucedió con los dos atentados que padeció la ciudad portuaria en el 2014. El más reciente ocurrió el 17 de diciembre y el anterior fue perpetrado el 28 de julio. En ambas acciones terroristas la emergencia eléctrica se mantuvo durante tres días. Desde entonces, líderes cívicos y empresariales de la ciudad han exigido la construcción de una segunda línea de conducción de energía que les permita enfrentar con mayor seguridad esos eventos.

voceros de EPSA estiman que si no hay nuevas eventualidades, sus operarios estarán este lunes en el sitio exacto de la voladura de la torre para levantar la nueva y restablecer el servicio.

No obstante, aclaran que todo ello depende de varias circunstancias: “Primero, de la hora en la que los organismos de seguridad tengan asegurada la zona y autoricen el ingreso del personal operativo, y segundo, de las condiciones climatológicas del área, que presenta altos índices de lluviosidad y además es de difícil acceso”.

Eso quiere decir que en el mejor de los casos los habitantes de Buenaventura tendrán que resignarse, como mínimo, a pasar otra noche en vela.