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Aunque no está de moda tener partido, la Farc lanzó el suyo

Lo que nunca dijo el oráculo fue que tenían que pasar más de 50 años para que un exjefe guerrillero se parara de nuevo en la Plaza de Bolívar. "Bienvenidos a la democracia", les gritaron a los excombatientes, universitarios, campesinos y curiosos en Bogotá.

2 de septiembre de 2017

"Nos pillamos en Bogotá", le decía Jorge Briceño a los hombres que entrenó como comandantes del Bloque Oriental. Tenían una misión clara: cercar la capital y tomarse el poder. Mucha sangre corrió sin que ese objetivo se lograra. Ahora, sin embargo, de civil, parado en la Plaza de Bolívar y rodeado de los tres poderes, Byron recuerda con lujo de detalles, las palabras que alguna vez le escuchó al jefe militar de las Farc.

Aunque el ‘Mono Jojoy‘ ya no está para corroborarlo: cerca de 1.200 excombatientes se concentraron por más de nueve horas a escasos metros de la Casa de Nariño. Desarmados, como pocas veces se les pudo haber imaginado, esperaron impacientes a Rodrigo Londoño, el máximo dirigente de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, que presentó el nuevo partido en sociedad.

Las Farc empezaron a hacer política y a la contienda aterrizaron en septiembre cuando por primera vez en la historia se citaron en la capital, sin temor de ser capturados. Uno a uno, con una roja en sus manos, los excombatientes que llegaron de todos los rincones del país a la Plaza de Bolívar se fueron organizandofrente al Palacio de Justicia donde se levantó la tarima que terminó de catapultar su debut en la política.

A pesar de las múltiples incertidumbres que rodean la implementación de los acuerdos, se ven felices. Se les siente el deseo de caminar por las calles, de bromear, de saludar a la gente, de ser parte de esta sociedad. Con cautela y a ritmo de la Orquesta Aragón, Benkos Bioho se acercó a la valla que separó a los 111 miembros de la nueva Dirección Nacional, del resto de delegados,  y empieza a saludar a la gente. "Una foto", le pidieron los asistentes una vez se percataron de su presencia. 

El nacimiento de las Farc en la política legal, dio para todo. Aunque los primeros en llegar fueron centenas de militantes farianos, exguerrilleros y milicianos, que desde el pasado domingo participan del congreso fundacional, con el paso de las horas se fue anchando el espectro. Nadie se quería matricular, pero tampoco dejaron pasar la oportunidad de sentir los réditos que empieza a dejar la paz. Más, cuando la música destiñe tantos colores.

*Andrea, por ejemplo, llegó con su esposo por una mentira piadosa. "Estoy con el ser humano ante todo. Predico la preservación de la vida, confío y tengo fe de que esto avanza por buen camino", dice. Sin embargo, para ser honestos, confianza, que le encanta la salsa. Por eso también fue que se coló a la presentación sonera que esa noche traía la orquesta habanera Aragón.

Un par de metros más allá junto a esta pareja, se encontraban Rubén. Es la primera vez que viaja a Bogotá. Al centro del país llegó a mediados de junio como parte de los 315 hombres y mujeres que presentaron el curso en Facatativá para empezar a hacer parte de la Unidad Nacional de Protección (UNP). "Sólo me falta la graduación", advierte. Está tranquilo. A diferencia de muchos de sus compañeros no se aglomera adelante frente a la tarima, ve toco con un poco más de cautela.

La Plaza de Bolívar se la imaginaba más grande. Viene de Caquetá y nunca se imaginó que algún día participaría de un espacio como el que la noche de ese viernes tuvo en frente. Mide palabras, es callado. "Uno piensa lo normal, se ve un ambiente bueno", concluyó.

El tema más difícil de negociar en La Habana, el que más peso tenía para el uribismo y al mismo tiempo el que más constituía un asunto de honor para la guerrilla, era el de elegibilidad política. Es el único punto sobre el que no hubo renegociación, el único que no se modificó. Era el intocable. Tanto en el viejo acuerdo como en el nuevo queda claro que los jefes de las Farc, aunque tengan condenas por graves crímenes en su contra, no tienen restricción alguna para presentarse a cargos de elección popular o para ser nombrados. 

Sin embargo, es casi seguro que no se presenten a elecciones, y que no los nombrarán, por lo menos en este gobierno. Tienen el derecho en virtud del acuerdo, pero es poco probable que lo ejerzan. Y eso demuestra que al ingresar a la política están pensando en serio en el largo plazo. Para entender la decisión hay que remontarse a la décima conferencia realizada a finales de septiembre en los llanos del Yarí.

Allí los insurgentes definieron tres escenarios para sus próximas batallas. El primero es el de posicionarse mejor en la opinión pública, especialmente en las clases medias y urbanas. Conscientes de que muchos sectores los rechazan, los dirigentes farianos han empezado a cambiar de imagen, de lenguaje y de estética, con resultados aceptables.

Mientras buena parte de los exmiembros del Secretariado se acomodaron al costado izquierdo del parque en la zona VIP de camisa, blazer y corbata, a Byron y Fabían Ramírez, se les vio por varias horas mezclados con la multitud. No estaban solos, universitarios, actores y curiosos también llegaron al lugar. "Estamos aquí por el proceso de paz y su feliz cumplimiento", explican dos cachacos parados cerca al Congreso. 

"Dejamos las armas para hacer política por vías pacíficas y legales, queremos construir con todos y todas ustedes un país diferente", se escuchó a las siete de la noche. Timochenko recibido en medio de cánticos de "Timo, Timo", reiteró la propuesta de un gobierno de transición lanzada en diciembre para apoyar a un candidato presidencial en las elecciones de 2018 que garantice el cumplimiento del pacto de paz alcanzado con el régimen de Juan Manuel Santos tras cuatro años de negociaciones en Cuba.

Por primera vez en la historia del país, un comandante de las Farc pronunció un discurso en la Plaza del Bolívar, frente a miles de espectadores. Rodrigo Londoño Echeverri, no lo hizo en nombre de la recién desmovilizada guerrilla, sino como vocero del nuevo partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común. 

En contexto: "No queremos una sola gota más de sangre por razones políticas": Timochenko

"Apoyaremos decididamente a todo aquel que esté dispuesto a blindarlo (al acuerdo), a impedir que lo afecten", agregó. Antes de empezar a hablar, recibió en tarima un ramo de rosas rojas, el nuevo símbolo del movimiento político de la exguerrilla marxista, que hace dos semanas finalizó su desarme tras la firma en noviembre del pacto de paz.

Como parte de este cambio que se comenzó a asomar es que comprenden que necesitan pedir perdón por los crímenes cometidos, pronto y unilateralmente. No en vano, Timochenko ha mencionado la palabra en todas sus intervenciones públicas. De hecho, durante su intervención, pidió perdón y propuso un gobierno de transición para 2018 al presentar en sociedad su partido político, al que definió como "revolucionario" y "de carácter amplio y diverso".