Home

Nación

Artículo

FELIZ NAVIDAD

Después de un año de padecimientos, el presidente Ernesto Samper cierra 1995 en alza, gracias al fallo de la Comisión de Acusaciones, la rueda de prensa y el nuevo gabinete.

22 de enero de 1996

EN AGOSTO PASADO, EN MEDIO DE LAS DEtenciones de Fernando Botero y de Santiago Medina y de las revelaciones hechas por éste en su indagatoria, y mientras las relaciones con Estados Unidos se deterioraban de modo acelerado, nadie imaginaba que el presidente Ernesto Samper pudiera pasar una Navidad tranquila. De hecho muchos alcanzaron a apostar que no llegaría a pasarla en la Casa de Nariño. Pero se equivocaron. Con esa descomunal capacidad que tiene para recuperarse de los peores golpes, el primer mandatario logró que el dramático 1995 que le tocó vivir tuviera un final feliz.
Las razones fundamentales de este éxito navideño están relacionadas con un eficiente aprovechamiento hecho por el jefe del Estado del fallo de la Comisión de Acusaciones, y del hecho mismo de que, contra numerosos pronósticos, Samper ha resistido en el poder pese a lo mucho que la nave del gobierno se ha meneado. Como remate de todo ello, el primer mandatario cambió su gabinete a cuenta gotas, con lo cual garantizó una noticia casi diaria en la semana previa a la Nochebuena. En el nuevo equipo se destacan golpes de populismo como el nombramiento del dirigente sindical Orlando Obregón en el Ministerio de Trabajo, y la presencia de nuevos hombres de la guardia personal del Presidente, como Carlos Medellín, quien de la secretaría jurídica de Palacio pasó al Ministerio de Justicia.
En cuanto al provecho obtenido del auto inhibitorio de la Comisión de Acusaciones, por un momento el propio gobierno creyó que, en medio del escándalo de la semana antepasada por cuenta del 'narcomico' aprobado en el Senado y oportunamente hundido en la Cámara, la fiesta derivada del archivo del proceso contra el primer mandatario en la Comisión se iba a aguar. Y algo de eso sucedió en las primeras horas, ya que al Presidente le costó trabajo hacer oír su voz en medio de la avalancha de los medios en contra del 'narcomico'.
Pero la semana pasada, cuando esas aguas se calmaron, Samper sacó a relucir lo mejor de su habilidad y contestó con acierto y seguridad las preguntas particularmente suaves que le plantearon seis importantes periodistas en el programa El Presidente responde, transmitido por la programadora RTI el martes 19, en directo y en horario triple A.
El jefe del Estado se mostró seguro, alegre y tranquilo, una imagen que contrasta vivamente con la de los peores días del gobierno en agosto y septiembre pasados. Se sostuvo en su versión de que los hechos de la campaña sucedieron a sus espaldas, y se escudó en lo jurídico ante preguntas que no podía responder adecuadamente desde el punto de vista de la lógica. Tuvo una que otra patinada, como cuando fue interrogado sobre su presencia en el apartamento del periodista y relacionista de los Rodríguez, Alberto Giraldo, para recibir la adhesión del general Miguel Maza. Pero aparte de esos lunares, el espectáculo fue sobre todo el de un Presidente que ganó por puntos una pelea que, dada la gravedad de los hechos denunciados este año, bien habría podido perder por K.O.
Quizás los planteamientos que mejor calaron en la opinión son los que tuvieron que ver con las relaciones con Estados Unidos. La dura declaración del subsecretario de Estado para narcóticos, Robert Gelbard, quien el viernes 15 había asegurado que para su gobierno la decisión de la Comisión de Acusaciones carecía de credibilidad, en un principio cayó como un balde de agua fría. Pero consciente de que ese tipo de pronunciamientos de Washington no le gustan al colombiano común y corriente, Samper sacó provecho de las circunstancias y se jugó la carta nacionalista en lo que constituyó uno de los mejores momentos de su faena del martes.
Las encuestas, todas a una, confirmaron que el Presidente había salido ganancioso: más del 60 por ciento de favorabilidad =unos 10 puntos por encima de la que traía antes de la rueda de prensa= confirmaron el buen resultado. Al desagregar esas encuestas por clases sociales, parece claro que el respaldo a Samper procede sobre todo de las huestes de sol, y que las dudas que siguen vivas sobre lo sucedido en la campaña se concentran principalmente en el tendido de sombra. Pero como los de sol son la inmensa mayoría de los colombianos, el balance matemático le permite con holgura al jefe del Estado irse de vacaciones e incluso esperar que 1996 marque el entierro definitivo de la pesadilla vivida en el 95. Habrá que ver si estos deseos se hacen realidad o si la siempre agitada actualidad vuelve a alejar el péndulo de la opinión del lado del Presidente.