Home

Nación

Artículo

FENALCO: TENSIONES Y RECONCILIACION

En el congreso de Fenalco, con motivo de los 100 días de gobierno, el ministro de Hacienda salvó la reunión

6 de diciembre de 1982

El documento apareció en manos de Javier Ayala, uno de los más conocidos cronistas económicos. Como de costumbre, un funcionario se lo entregó con la instrucción clara de que, al divulgarlo, nunca mencionara el nombre de quien se lo dio. A través de una emisora ambulante, instalada en la puerta del salón de deliberaciones del Congreso de Fenalco, la noticia se difundió a todo el país. Pronto, en los salones atiborrados de comerciantes, funcionarios dirigentes gremiales y decenas de periodistas, se comenzó a sentir ese clima expectante que, quizás, a esas horas también invadía los despachos de los altos funcionarios del Estado. La chiva de esa hora se pudo resumir en cinco palabras: van a atacar al gobierno.
Al termino de los cien primeros días de luna de miel con la nueva administración, parecía que por fin se levantaba una voz en contra para realizar enjuiciamientos de fondo a la gestión del equipo económico de Betancur. En 26 Páginas, la vicepresidencia de Fenalco resumió el resultado de un estudio que realizaron 14 economistas al mando de Hernando Ruiz. El objetivo era analizar todos los aspectos de la gestión económica del gobierno. Fue una bomba informativa que, como era previsible y lógico, se dispersó rápidamente. Partiendo de un diagnóstico de la situación actual que subrayaba esencialmente cuatro problemas --insuficiencia de la demanda, crisis financiera, déficit fiscal e inflación--, Fenalco criticaba al gobierno: "Aunque el gobierno ha reconocido cabalmente los principales problemas que afronta el país, no puede decirse que haya actuado todavía con la celeridad que sería deseable, dadas las exigencias de la situación actual".
La argumentación partía de que, si bien el esfuerzo inicial del gobierno tuvo que destinarse a poner orden en el sector financiero, la labor y los esfuerzos de los ministros y organismos estatales no relacionados con ese tema, no mostraban dinamismo. Pusieron en tela de juicio las medidas para estimular la construcción: "Los incrementos en los recaudos de las corporaciones, por efecto de las medidas adoptadas, pueden ser neutralizados por las limitaciones que les impusieron en esas medidas". El déficit fiscal: "Hasta el momento no ha sido estudiado y no se han tomado medidas para remediarlo". La inflación: "El gobierno no deberá recurrir a un muy austero crecimiento de los medios de pago a menos que logre reactivar la demanda en el tiempo y la magnitud adecuada como para compensar los efectos recesivos de una política monetaria de este tipo". E incluso el propio saneamiento del sector financiero: "Aunque se tomaran las medidas estrictas con rapidez y muy bien concebidas, deberá cuidar de no agravar la actual situación de iliquidez que afrontan la mayoría de las empresas productivas, pues quitarle intempestivamente otras formas de financiación, podría ser mortal. Hace falta un programa económico explícito y coherente", concluyó Fenalco. Parecía un buen abrebocas para los debates que vendrían después y en los cuales participaron los más importantes personajes del mundo económico: los ministros de Hacienda y Desarrollo, los presidentes de Andi, Asobancaria; Anif, y cerca de 20 técnicos y académicos.
24 horas después, sin embargo, la situación había cambiado. Aunque la noticia de los cuestionamientos de Fenalco fue registrada con despliegue por todos los periódicos, los temas que posiblemente orientarían el debate fueron sepultados durante la segunda mañana del congreso. Fue una obra del ministro de Hacienda Edgar Gutiérrez Castro, quien llegó con una hora y media de retraso al salón de deliberaciones. Luciendo traje color crema y camisa beige, el ministro apareció sonriente en el atril para explicar que Avianca le había suministrado un itinerario desactualizado del puente aéreo. Con un marcado estilo académico comenzó rompiendo el hielo. "Ya leí en los periódicos lo que se dijo aquí y estamos muy preocupados por ello" dijo. Después volvió al tono de broma: "Hace cuatro años tuve un accidente en motocicleta y me destrocé una pierna. Ahora alguién me decía que si en ese mismo accidente no habría súfrido un golpe en la cabeza, porque esos golpes suelen tener efectos retardados. No me quedó más remedio que contestarle que si era así, tenía la esperanza de que el presidente Betancur no lo había notado hasta ahora". Terminadas las carcajadas, Gutiérrez Castro inició el resumen de la posición de defensa del gobierno. Apuntó directamente a los argumentos claves: "El gobierno sí tiene una política amplia y coherente que fue formulada por el presidente Betancur. Tal política se diseñó a partir del diagnóstico de los principales problemas: una crisis profunda en el ahorro público nacional, un déficit fiscal cuya verdadera magnitud apenas estamos estableciendo. Tan sólo desde el 7 de Agosto hasta hoy el gobierno ha efectuado pagos por 46 mil millones de pesos para atender obligaciones contraídas por la pasada administración en materia de obras públicas, salarios y prestaciones. En el congreso se encontró un proyecto de presupuesto que tiene un faltante monetario de 90 mil millones y no pudimos echar atrás el presupuesto para no paralizar al país.
Encontramos crisis general en los sectores productivos. Y todo este panorama de desajuste y de desequilibrio en un clima de inflación. La tarea realizada por el gobierno a partir de ese diagnóstico ha estado encaminada en primer término al saneamiento del sector de intermediación financiera. El saneamiento fiscal a partir de la base del diagnóstico que culmina y a través de la comisión de reformas fiscales convocada recientemente. También hay normas para la recuperación general de la economía a través de planes de vivienda, medidas en el sector agropecuario, medidas de comercio exterior y otras medidas que se conocerán en estos días".
El resumen claro y directo fue complementado con la formulación de normas básicas del estilo económico del gobierno: "en ningún caso se contratarán empréstitos para afrontar las crisis internas. Y en ningún caso se propiciará el desarrollo con inflación. Compete a los empresarios y trabajadores ponerle una cuota seria de responsabilidad con el propósito de menguar el impacto de la inflación. En esta empresa, los beneficios son para todos o no son para ninguno". El discurso cambió inmediatamente el ambiente de la reunión y al finalizar fue objeto de larga ovación. Fue publicado bajo un título obtenido de la última frase expresada por el ministro: "no podemos hablar de que habrá ríos de miel y rosas sobre la economía en un corto plazo". Después del discurso del ministro de Hacienda, el congreso de Fenalco cambió de rumbo y se centró en el análisis de temas específicos que echaron una gruesa capa de olvido sobre la primera salida. A raíz de eso, los presidentes de los gremios, invitados al congreso, se pusieron del lado del gobierno. "Para saber si se va demasiado despacio, hay que saber con respecto a qué. No se puede hacer una carrera con una pierna atada y el gobierno tenía la atadura del escándalo financiero" --dijo a SEMANA Fabio Echeverri Correa, presidente de la Andi. "El panorama es bastante difícil pero hay que confiar en que el gobierno va a conjurar la crisis. Y lo está haciendo, sólo que las medidas mostrarán sus efectos a mediano plazo". Algo similar, pero en otras palabras, expresaron Pedro Javier Soto, presidente de Anif y Núñez Vergara, presidente de Asobancaria: "No se podía emprender la reorganización de la economía. Pero algo indiscutible es que desde el 7 de Agosto, se recuperó la confianza en el gobierno. Con estos puntos de partida hay que esperar que la situación se corrija".
Sin embargo, algunas inquietudes salieron a flote. Los comentarios realizados por economistas y observadores que asistieron al congreso, apuntaban a que es preciso corregir el atraso cambiario para mejorar la demanda externa de productos nacionales y tender hacia la competitividad, aumentando el ritmo de devaluación y actuando sobre los aranceles de aduana.
También concluyeron que aprovechando la altísima demanda que tienen los papeles del Estado, se podrían poner en práctica políticas más agresivas para controlar las tasas de interés. Los más graves problemas siguen siendo el déficit fiscal, el centralismo y la falta de confianza en las regiones para el manejo de sus propios recursos. Problemas que estarán en posición de ser mejor tratados, si de algún modo se canaliza la predisposición a colaborar de los distintos gremios del país.
Lo único que se puede inferir entonces del congreso, es que la luna de miel del gobierno se está acabando, pero, en lo que se refiere a los gremios, el matrimonio no ha acabado.