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| Foto: Archivo SEMANA

JUDICIAL

Fiscalía acusa al Ejército de ocultar información

El Ejército no entregó el material solicitado sobre la lista de inteligencia de periodistas y funcionarios.

30 de octubre de 2014

El miércoles pasado una comisión de la Fiscalía se desplazó hasta el comando del Ejército para recibir la documentación que prometió el comandante de ese cuerpo armado, sobre la extraña lista de correos electrónicos de periodistas y servidores públicos con la que contaba la central de inteligencia.

Pero a los investigadores no les entregaron nada y se marcharon con las manos vacías. Julián Quintana, director del CTI de la Fiscalía, aseguró que el pasado miércoles las Fuerzas Militares no permitieron la realización de la inspección judicial como lo había prometido el comandante del Ejército.

"Los investigadores se encontraron con la sorpresa de que, primero, no entregó la base de datos. Segundo, tampoco entregaron copias de la investigación disciplinaria, y tercero, tampoco hizo entrega de la auditoría que supuestamente habían hecho".
 
Así las cosas, la Fiscalía tomó la decisión  de abrir una investigación a varios miembros del Ejército. Sin embargo, Quintana se abstuvo de revelar nombres.

"Se abrirá una investigación para descubrir por qué la institución está ocultando estos documentos", informó Quintana, quien aseguró que para la Fiscalía "es claro que el Ejército está ocultando información, y no se va a permitir que se juegue con la justicia".

El general Guillermo Suárez, inspector general del Ejército, salió en defensa de la institución y dijo que no se le ha ocultado información a la Fiscalía. El oficial dijo a Blu Radio que no se ha entregado información porque él no se encontraba en su despacho.

Dijo que estaba en chequeos médicos y que por ello no pudo atender la comisión de la Fiscalía. "No sabíamos que la Fiscalía iba a ir a esa visita", dijo el general. Sin embargo, lo más curioso es que el propio fiscal general había anunciado la visita a este cuerpo armado.

¿Operación tapen tapen?

La explicación de Suárez no deja de ser exótica porque tan sólo 24 horas antes, su jefe, el comandante del Ejército, general Jaime Lasprilla, dijo en todos los medios de comunicación que sabían que iría una comisión del CTI. Pero no sólo esto.

Tanto Suárez como el comandante del Ejército y el segundo comandante de esa institución, general Ernesto Maldonado, conocían del tema hace más de dos semanas y para ellos era claro que en el momento de hacerse pública la existencia de la lista existía una alta posibilidad que el CTI realizara una inspección.

El pasado viernes 17 de octubre, SEMANA consultó a estos tres generales sobre las razones de la existencia de esa lista. Los uniformados pidieron un plazo para realizar las verificaciones y se comprometieron a entregar una versión de los hechos el martes 21, después del puente festivo.
 
Inicialmente contemplaron informar sobre el asunto al almirante César Narváez, inspector general de las Fuerzas Militares y jefe de la comisión especial creada para investigar el tema de los hacker y las filtraciones. “El Ejército protege al Ejército”, dijo uno de los altos mandos en ese momento, y optaron porque la investigación de la lista la asumiría el general Suárez, con personal exclusivamente del Ejército.

El sábado 18, Suárez y su gente estuvieron todo el día en las instalaciones de la Central de Inteligencia Militar (CIME) y el domingo 19 hicieron los mismo en la sede de la Central de Inteligencia Técnica del Ejército (Citec). Cuando se cumplió el plazo para dar una respuesta a las inquietudes, no la hubo.
 
Una semana después dijeron que seguían en investigación y que no podían contar nada por la reserva. Cuando el tema fue publicado el martes 28 de octubre, Suárez ya llevaba 11 días de exhaustivas investigaciones y muchas reuniones con sus jefes sobre el tema. El martes, cuando se anunció que el CTI haría una inspección, los militares llevaban casi dos semanas “investigando” y, según dijo este jueves Suárez, no han encontrado nada.

A la grave denuncia hecha hoy por el director del CTI se suma el interrogante de qué pudieron hacer los militares durante los casi dos semanas que tuvieron de margen de maniobra desde cuando se enteraron del tema. Hecho al que hay que agregarle que Suárez, cuando conoció los hechos, hace dos semanas, también fue informado, al igual que sus jefes, de la existencia de oficinas externas de la CIME en donde posiblemente se harían actividades irregulares.
 
También que desde hacía varias semanas, según las fuentes, se habría llevado a cabo una operación de borrado seguro de información de algunos computadores de la CIME. El incidente con el CTI deja sin duda un mal sabor al que se le suman todos estos antecedentes que generan nuevos interrogantes y graves cuestionamientos sobre la transparencia.