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JUSTICIA

La extorsión por la que piden cárcel para la hija del magistrado Malo

La Fiscalía le imputó el delito de extorsión por pedirle parte del sueldo a Angélica Padilla, una funcionaria de la Fiscalía. Yara Milena Malo no aceptó los cargos.

30 de octubre de 2017

Las consignaciones a Alejandro Botero, el novio de Yara Milena Malo, son una de las evidencias con las que cuenta la Fiscalía para demostrar que la hija del magistrado Gustavo Malo tenía un negocio extorsivo. 

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Aprovechándose de su poder, Yara habría sometido a Angélica María Padilla a múltiples presiones para que desembolsara una parte de su sueldo. Ella era una amiga del colegio y le ayudó a tener un cargo como fiscal delegada de circuito en la Unidad de delitos contra la fe pública. Para ello, le emitió una carta de recomendación y en la hoja de vida puso como referencia el nombre de su padre, Gustavo Malo. El ente investigador asegura que un ofrecimiento similar lo recibió otra de sus amigas, Diana Jaramillo.

A cambio, Yara Milena Malo exigía el pago del 20 o 30 por ciento del salario, y en consecuencia, se tienen rastreados un total de 4 millones y medio que fueron girados a favor de la hija del magistrado.

Para cobrar las extorsiones a Padilla -asegura la Fiscalía- uso el carné de Katia Espitia en tres ocasiones con el que logró entrar a la sede de la Fiscalía. Espitia es funcionaria del CTI asignada a la Corte Suprema, específicamente al despacho del magistrado Gustavo Malo. Según el exmagistrado auxiliar José Reyes Rodríguez, testigo del cartel de la toga, Espitia llegó a trabajar al despacho sin ninguna experiencia; en su hoja de vida aparecía como único antecedente un empleo en un call center.  

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“Judicialícela o deténgala por el carné pero yo no puedo denunciarla porque son personas muy peligrosas”, dijo Padilla en un informe del CTI que fue puesto en conocimiento por parte de la Fiscalía. En reiteradas oportunidades, Espitia manifiesta que los Malo son una familia peligrosa y que teme por su vida.

Malo tenía como propósito -según el fiscal Daniel Cardona- coptar puestos en entidades públicas para intereses privados. “Estamos ante la intimidación ante abuso de poder, ya sea económico, social e incluso funcional”. 

El ente investigador cuenta con las consignaciones que no llegaron directamente a las cuentas de la hija del magistrado Malo sino a las de su novio Alejandro Botero. Él, gracias a Yara Malo, encontró también puesto en Fonade, una entidad que al parecer hacía parte de la burocracia al servicio de congresistas y magistrados involucrados en el cartel de la toga.

El anónimo  

La Fiscalía pidió cárcel para Malo al considerar que intentó inducir a Padilla para que cambiara su versión ante la Justicia y por el acceso que logró tener al proceso disciplinario que se seguía en la Fiscalía contra Katia Espitia.

El ente investigador recoge las declaraciones que rindió Padilla y que dan cuenta de una supuesta reunión en la que participaron Yara Malo y Gustavo Malo, y le pusieron en conocimiento el hecho de que tuvieran esa información.

Adicionalmente, también se habla de una reunión en el centro comercial Colina, en el norte de Bogotá, en la que Yara Malo le pidió supuestamente a Padilla que le dijera a la Fiscalía que el escándalo era fruto de un simple mal entendido. También habría intentado usar como medio de presión información de audio que tendría en contra de Padilla.

“Era como una agencia de empleos que desde el exterior manejaba la nómina de la Fiscalía”, dijo el fiscal Cardona al mencionar que los mensajes de chat dan cuenta no solo de su intervención en cargos de la Fiscalía sino en otras entidades como la Registraduría y Fonade.

“¿Crees que soy Sor Teresa de Calcuta?

De esos mismos chats se desprende también que Yara Malo manifiesta que lo mejor para su negocio particular era que la Corte Suprema de Justicia siguiera enfrascada en la elección del fiscal. Indicó que le favorecía que quedara como jefe de la Fiscalía el exvicefiscal Jorge Perdomo. 

A modo de contexto de lo ocurrido, la Fiscalía reveló unas declaraciones de Hilda Niño Farfán, la exfiscal de Justicia transicional que se defiende de un proceso en su contra por corrupción. Ella aseguró que durante la administración de Eduardo Montealegre se creó un grupo especial para investigar las compulsasde copias.

"Carlos Villamil dice que quiere sacar 15.000 copias, pero esto lo logra siempre y cuando contrate 120 personas. El 90 por ciento de estas hojas de vida eran recomendados de Leonidas Bustos. Entre los nombres estaba el abogado Pedro Niño, hermano de la fiscal. Villamil y Leonidas Bustos dictaban cátedra de posgrados de la Universidad Libre", indicó el fiscal.

En los chats se habla de otras personas que también habrían sido nombradas con la ayuda de la familia Malo. Aparecen los nombres de Romel Arévalo, que se desempeñó como juez 13 de circuito. Arévalo fue jefe de Padilla y renunció para irse de director seccional de la Fiscalía de Bolívar.

También aparece el nombre de Osbaldo Madariaga, quien fue judicante de Gustavo Malo y pasó a ser asistente de Romel Arévalo. Y se menciona el nombre de Carlos Bula, otro exjudicante de la corte, hermano del exdirector de Fonade Alfredo Bula Dumar.

Llama la atención uno de los chats en donde se pregunta si Padilla y Osbaldo Madariaga corrían peligro. Yara Malo responde que no porque Romel ya está ubicado.

También se destaca el caso de Diana Jaramillo, quien se negó a quedar contratada a cambio del pago de un porcentaje de su sueldo. En una de las discusiones por el tema Yara Malo manifiesta: ¿crees que soy Sor Teresa de Calcuta para ponerme a ayudar a todo el mundo?”.