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Christian Grossmann, director de Cambio Climático de IFC.

INDUSTRIA

Buen negocio

Las acciones para mitigar el cambio climático no solo representan un compromiso responsable, sino que presentan importantes retornos de inversión.

18 de junio de 2016

El cambio climático ha puesto a pensar a los líderes mundiales. Si bien hasta ahora el llamado para atajarlo ha sido un imperativo moral, hoy se presenta como una oportunidad para negocios que contribuyan al desarrollo económico y social.

Para Christian Grossmann, director de Cambio Climático de la Corporación Financiera Internacional (IFC), la experiencia de esa organización demuestra que el fenómeno climático global presenta oportunidades de negocio para muchos sectores. “Las economías de bajo carbono no solo son ecológicamente correctas, sino también económicamente sostenibles para las empresas que están interesadas en invertir en negocios verdes, pues generan altos retornos de inversión”.

Agregó que “la evidencia demuestra que las empresas en la región están logrando un promedio anual combinado de retornos del 17 por ciento en sectores como renovables y eficiencia energética”. 

El acuerdo del COP21 firmado en París fue histórico, no solo por los compromisos que adquirieron 195 gobiernos, sino por la participación voluntaria del sector privado que se comprometió a reducir sus emisiones de carbono, adoptar energías renovables y mejorar la administración y gestión de los recursos naturales. Por su parte, las instituciones financieras mundiales destinarán recursos en nuevas inversiones durante los próximos 15 años a proyectos de energías renovables y eficiencia energética. Precisamente, este sector se presenta como una posibilidad para movilizar capital.

Para Grossman, los altos niveles de compromiso del sector privado parten de un acuerdo básico. “La acción urgente para enfrentar el cambio climático es un imperativo para mantener al mundo en un camino de crecimiento resiliente, bajo en carbono y más verde para nuestros hijos y las generaciones que vienen. Pero invertir en estrategias de crecimiento bajo en carbono no es solamente la decisión correcta en términos de conciencia ambiental. Las industrias climáticamente inteligentes son sostenibles en términos financieros y presentan retornos saludables a la inversión”. Además, el sector privado tiene enormes ventajas para cumplir con los retos, particularmente en términos de su capacidad de innovar y ser flexibles frente a situaciones cambiantes. 

Pese a que satisfacer los compromisos del COP21 no será una tarea fácil, la banca y el sector privado serán dos grandes jugadores para contribuir con la gran meta: reducir las emisiones de carbono y mantener el incremento en la temperatura global en un rango menor a 2 grados.