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David Neslin, exdirector de la Comisión de Conservación de Petróleo y Gas de Colorado, asesoró al gobierno colombiano para el marco normativo de recursos no convencionales.

FOROS SEMANA

‘Fracking’: la nueva apuesta

La puesta en marcha de esta práctica sigue en el debate público.

13 de diciembre de 2014

Autoridades del gobierno y expertos internacionales hicieron un llamado para considerar la técnica de fracking como una oportunidad para aumentar la producción de hidrocarburos, siempre y cuando se haga bajo condiciones que garanticen menores impactos ambientales y sociales.

Esta fue la principal conclusión del Foro ‘Preguntas y respuestas sobre el fracking’, organizado por la revista SEMANA, la revista Dinero y la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), en días pasados.

Tomás González, ministro de Minas y Energía, dijo que “con la ciencia actual y desarrollos tecnológicos, Colombia puede manejar y mitigar todos los riesgos. Es importante resaltar que así como nos preocupa el medioambiente, desde el gobierno tenemos una gran responsabilidad con la pobreza  de las regiones y el desabastecimiento de hidrocarburos”.

Actualmente, el Estado colombiano viene tomando como ejemplo el modelo normativo de exploración y explotación de Colorado. Uno de los panelistas del foro, David Neslin, exdirector de la Comisión de Conservación de Petróleo y Gas de ese estado norteamericano, señaló que es clave que las empresas reporten al gobierno los planes de trabajo y resaltó la integridad de los pozos no como la única, sino como la primera instancia de defensa ambiental.

Sobre los riegos sísmicos y en las fuentes de agua, los especialistas afirmaron que son mínimos si la técnica es aplicada rigurosamente y se aplican planes de trabajo que cumplan con los estándares. Según estudios, el índice de sismicidad es inferior a 1 en la escala de Richter (de hecho, ocurre durante el fracturamiento y cesa cuando la labor termina), lo cual es prácticamente imperceptible.
Frente al tema del agua, el conferencista Mark D. Zoback, profesor de geofísica de la Universidad de Stanford, dijo que lo ideal es minimizar la inyección por medio del reciclaje de agua, pues en promedio en un pozo pequeño se requieren de 10 a 12 millones de litros en una acción de fracturamiento hidráulico.

Diana Rodríguez, investigadora principal del Centro de Estudios de Derecho, Justicia y Sociedad (Dejusticia), concluyó que lo importante es que este tipo de prácticas se implementen en consenso con las comunidades que habitan las regiones esto con el fin de no afectar su cultura y entorno.

Hacia una minería responsable

El principal reto del sector minero colombiano es desarrollar su actividad de manera responsable. Disminuir pobreza en las zonas de exploración y explotación, además de luchar contra la ilegalidad, son algunas de las acciones en las que se viene trabajando.

Según Natalia Gutiérrez Jaramillo, presidenta de la Agencia Nacional de Minería (ANM), para cumplir estos dos temas es determinante “dialogar con las comunidades, establecer leyes y reglas claras, y que las empresas trabajen a conciencia”.

Durante el Foro ‘Minería responsable: ¿es posible?’, organizado por la revista SEMANA y la ANM, se hizo énfasis en estos desafíos y en el papel de los actores que participan en la actividad. Una de las conferencistas, María Isabel Ulloa, viceministra de Minas, llamó la atención sobre la política pública, que –a su juicio– debe involucrar y atender las necesidades de la minería a grande, mediana y pequeña escala, e “ir más allá de legalizar o entregar un título”.

Los participantes en el foro reconocieron que aunque aún hay camino por recorrer se han dado pasos contundentes. Muestra de ello es el cumplimiento de las obligaciones administrativas y operativas. Según el proceso de fiscalización, el 94 por ciento de los títulos cumplen con las obligaciones de seguridad industrial; el 91 por ciento con las ambientales, 78 por ciento con las económicas, el 71 por ciento con las técnicas y 56 por ciento con las jurídicas.