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Frontera caliente

¿Hasta qué punto los paramilitares colombianos pueden desestabilizar al gobierno de Hugo Chávez?

30 de junio de 2002

Todo empezo con la aparición de unas frases pintadas en algunas casas de varios pueblos venezolanos perdidos en la selva: "AUV". "Ya vienen las AUV". Aunque los moradores no entendieron el significado la semana pasada un hombre armado y oculto por un pasamontañas lo explicó con tranquilidad: "Somos las Autodefensas Unidas de Venezuela".

Se identificó como el comandante 'Antonio', jefe del 'bloque Fidel Castaño', llamado como uno de los fundadores de la organización paramilitar colombiana. Comenzó pidiéndoles "perdón" a los venezolanos por la "sangre que se iba a derramar" y, por si fuera poco, anunció que sus primeros objetivos militares serían el presidente Hugo Chávez por ser el representante de un "gobierno narcoguerrillero", el ex ministro del Interior Ramón Rodríguez Chacín y el comandante del frente 10 de las Farc, Rubén Zamora, de quien aseguró se encuentra en Venezuela.

Como era de esperarse, semejante anuncio produjo toda clase de reacciones en Venezuela. Los sectores democráticos recordaron que en Colombia los paramilitares se han convertido en un remedio peor que la enfermedad. Pero hubo voces que no vacilaron en mostrar su beneplácito por la llegada de esta organización armada ilegal.

El presidente de la Comisión de Política Exterior de la Asamblea Nacional, Julio Montoya, sostuvo que todo se debía al surgimiento de una organización guerrillera colombo-venezolana, a la que llamó "el Frente Bolivariano de Liberación", que según él opera en Guasdualito o en el Alto Apure, con influencia sobre los estados Táchira y Portuguesa. Para el diputado las autodefensas "están surgiendo donde la ley no llega y la gente tiene que tomar la justicia por sus propias manos".

La pregunta es si el anuncio de la creación de unas AUV es una realidad formada por algunos extremistas de ese país o un sueño de los enemigos de Chávez, que no vacilan en recurrir a cualquier cosa para debilitarlo. Si bien la amenaza suena convincente porque la supuesta fuerza está compuesta "por 2.200 hombres entrenados" en "su mayoría militares activos y retirados de Venezuela" hasta ahora no han ejecutado ninguna acción armada como suelen hacer las AUC. Por eso se explica la reacción de Chávez, quien al finalizar la semana intentó desactivar las alarmas: "Aquí en Venezuela no habrá ni guerra civil, ni habrá autodefensas no se qué, ni paramilitarismo", nada hecho por "un grupito de personas que salgan autodesignándose, llamándose autodefensas".

Lo que sí es verdad es que desde hace un tiempo tanto paramilitares como guerrilleros colombianos (del ELN y las Farc) han aprovechado el abandono en el que ambos gobiernos tienen la frontera para imponer allí sus fusiles. Avance que han logrado, además, por las propicias condiciones geográficas para esconderse, entrenarse y llevar secuestrados. Como también es un hecho que los opositores venezolanos, que han demostrado su determinación de sacar a su presidente a como dé lugar, podrían ser los gestores de un movimiento capaz de polarizar a la población rural en su contra ahora que la división popular a nivel urbano es evidente. En cualquier caso se trata de una metástasis preocupante de la problemática colombiana al norte de la frontera.