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Cientos de personas, víctimas de la tragedia, no pierden la fe de encontrar algún día a sus seres queridos. | Foto: Justo Pastor Velasquez

REENCUENTRO

Armero: Increíble historia de dos hermanas que vuelven a verse 30 años después

Semana.com conoció que, luego de un cotejo de ADN, Jacqueline Vásquez Sánchez encontró a la hermana que creyó haber perdido en la avalancha que destruyó el pueblo en 1985.

23 de febrero de 2016

Suly Janeth Sánchez quedó huérfana luego de la tragedia que acabó con Armero, aquel poblado sepultado por una avalancha en 1985. Pero decidió emprender la búsqueda de sus padres biológicos tras considerar que quizá no hubieran muerto.

Ese último chispazo de esperanza permitirá que este jueves no se reencuentre con ellos, pero sí con su hermana Jaqueline Vásquez Sánchez, a quien creyó haber perdido ese fatídico 13 de noviembre.

Este impresionante caso es un ejemplo para muchos que aún hoy, 30 años después, no pierden la esperanza de encontrar con vida a sus familiares.

En efecto, cientos de personas, víctimas de la tragedia, no pierden la fe de encontrar algún día a sus seres queridos. Aún hay imágenes en la memoria de muchos colombianos que recuerdan a miles de armeritas desfilar por los medios para contar su historia y buscar a sus familiares.

Este jueves se dará uno de esos encuentros. Esto, gracias a la Fundación Armando Armero, dentro de la Investigación ‘Niños perdidos de Armero ¡Una causa que nos toca a todos!’ Esta sería la primera vez que una prueba de ADN logra que dos familiares se reúnan después de tantos años.

La historia de Lorena Santos (en realidad Suly Janeth Sánchez) y Jaqueline Vásquez Sánchez se remonta a un año aproximadamente, cuando Lorena decidió contactar la Fundación porque quería saber si sus padres biológicos aún vivían.

Lorena recordaba poco, o más bien, casi nada. Tenía tres años de edad cuando el ICBF la entregó en adopción, el 15 de febrero de 1986 y, debido a su corta edad, la imagen de una hermana mayor nunca pasó por su mente.

En el momento que tomó contacto con la Fundación le realizaron un video que se compartió en la página web de la organización y se distribuyó en redes sociales, especialmente en la página de Facebook: Niños perdidos de Armero.

En noviembre del 2015 se le practicó la prueba de ADN y esperó pacientemente con la idea de encontrar con vida a sus padres. Aunque estos no aparecieron, en enero de este año sí lo hizo Jaqueline, quien después de ver el video manifestó que la mujer de las imágenes podría ser su hermana Suly Janeth.

Cuando los doctores Emilio y Juan Yunis, del Instituto de genética Yunis Turbay, realizaron la prueba de ADN y confirmaron el resultado positivo del cotejo, el pálpito de Jaqueline se confirmó.

Sus padres  presuntamente murieron en la tragedia y hasta el momento Jaqueline, de 39 años, es el único familiar cercano de Lorena, que tiene 33. La primera vive en Bogotá y la segunda en Ibagué, pero ambas esperan con ansias verse frente a frente este jueves y confirmar la noticia en el Instituto Yunis Turbay en Bogotá.

Por su parte, la fundación Armando Armero, gracias a la donación de las pruebas y los cotejos por parte del Instituto de genética, ha realizado cerca de 200 pruebas de ADN y espera que una alegría como la que están a punto de vivir las hermanas Sánchez les ocurra a otros cientos de personas que aún después de tres décadas no pierden la esperanza de reencontrar a sus familiares.

“Hace 30 años las madres buscaban sus hijos con carteles, pero ahora las redes sociales nos sirven para ubicarlos”, asegura Francisco González, director de la Fundación, quien perdió a su padre y hermano en la la avalancha y desde hace cinco años se esfuerza por unir a los sobrevivientes de una de las tragedias más dolorosas para el país.

Como dato adicional se recuerda que el primer vínculo positivo por pruebas de ADN se dio en el 2012 entre Guillermo Cárdenas y Luis Gui Raaijmaakers, pero extrañamente Luis Gui, que según el ICBF era de Armero y que fue adoptado por una familia holandesa, resultó ser un bogotano y que se perdió en la capital.