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Garantes invitan al diálogo a Cumbre Agraria y Gobierno

A través de una carta el grupo de líderes propone una agenda para concretar soluciones frente a tres temas: "protección de líderes, sustitución de cultivos y comercio de productos locales para la paz.

8 de abril de 2017

Bajar la tensión y recuperar la vía del diálogo es la propuesta que tienen los garantes al Gobierno y la Cumbre Agraria. A través de una carta conocida por Semana.com el grupo de líderes les propone a las partes empezar a trabajar desde tres frentes: Protección de líderes, sustitución de cultivos y comercio de productos locales para la paz.

Francisco De Roux, Ernesto Samper, Iván Cepeda, Alberto Castilla, Martín Santiago y Todd Howland se comprometen a buscar una cita con ambas partes con el fin de encontrar una solución conjunta a las diferencias que se vienen presentando frente al incumplimiento de los acuerdos que se negociaron en el 2014.

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La diferencia esta vez es que con la firma del acuerdo de paz con la guerrilla de las FARC el encuentro tendría como columna vertebral el acuerdo de paz ya que, de acuerdo con los garantes, "lo que pide la Cumbre Agraria se encuentra en el marco de la construcción de una paz estable y duradera". A su juicio, "hay una necesidad prioritaria de poner sus múltiples diferencias al lado y de comenzar a trabajar juntos en favor de la paz".

Carta Abierta para el Gobierno y la Cumbre

Queremos expresarles varios puntos que enumeramos a continuación:

Hace unas semanas, la Cumbre Agraria, Étnica y Popular decidió declararse en sesión permanente en las instalaciones del Ministerio de Interior como una medida de hecho. Al no encontrarse vías de solución entre las partes, se generó una nueva crisis en este importante espacio de diálogo, iniciado en 2014. En virtud del llamado de la Cumbre a una Minga permanente y a una movilización nacional, se hace muy necesario evaluar los aprendizajes de lo sucedido y hacer todo lo posible para que se restablezca el diálogo en búsqueda del cumplimiento de los compromisos acordados.

Sabemos por experiencias previas que la Cumbre cuenta con un gran potencial de movilización social que reúne a un amplio número de autoridades indígenas y afro-colombianas, así como a una cantidad significativa de organizaciones campesinas.

Situación de defensores

Esta situación de protesta ha surgido principalmente por las preocupaciones de los movimientos sociales cuyos integrantes y líderes han sido asesinados, hostigados y amenazados.

Sabemos que compartimos con el Gobierno y la Cumbre una profunda preocupación por la situación de líderes sociales y defensores de derechos humanos, la cual debe ser abordada con urgencia.

De hecho, algunos líderes han sido asesinados y amenazados por defender ese mismo proceso de paz (en favor de la sustitución de cultivos y en contra de la minería ilegal). En ese sentido, resaltamos la importancia de enfocarse en los puntos de encuentro para generar confianza en el diálogo.

Observamos que en las actuales circunstancias del país, hay una oportunidad única para el Gobierno y el Estado de crear nuevas relaciones. Una de ellas es la de contar con socios para enfrentar los asesinatos contra defensores de derechos humanos. Por ejemplo pensamos que es posible profundizar las relaciones entre Policía, Fiscalía e indígenas, afrocolombianos y campesinos. Además creemos que es útil programar una reunión sobre cómo facilitar esta nueva relación lo más rápido posible.

Ser Socios para la inclusión

Como garantes de este proceso recogemos el clamor de los actores locales que piden convertirse en verdaderos socios para la paz.

Un activista afro señala: “en resumidas cuentas, nosotros los campesinos, indígenas y afros conocemos nuestros territorios y cómo implementar el proceso de paz para maximizar los limitados recursos gubernamentales que existen para crear una inclusión económica, social y política. Pensamos que el Gobierno está en lo correcto, necesitamos acabar con los cultivos y apoyar el proceso de paz, pero no se han dado cuenta de que nos necesitan para que funcione.”
 
Otra integrante de la Cumbre, autoridad indígena expresa: “el Gobierno todavía no entiende que gana al apoyar nuestro gobierno propio y tratarnos como socios.” Ella explica que la Guardia indígena ha sido más efectiva que las fuerzas armadas para alejar a la minería ilegal por fuera de los territorios. “Lo que necesitamos -explica- es cambiar la estigmatización de lado y lado y encontrar un nuevo nivel de cooperación entre la Guardia, la Policía y la Fiscalía…todos necesitamos trabajar juntos para contribuir a parar los asesinatos de los líderes.”
 
Como garantes visualizamos además una posible sinergia entre el Gobierno, la Cumbre y las comunidades locales para maximizar los cambios necesarios dentro de los fondos limitados que pueden esperarse.

Partir de los territorios y sus poblaciones

Para consolidar la paz, es fundamental partir del conocimiento desde los mismos territorios y sus poblaciones.

Para incluir a los territorios de manera decidida, es vital que las soluciones que el Gobierno encuentra para la implementación de los acuerdos se descentralicen y sean endógenas en lo local, con una visión integral, no sectorial, que incorpore las culturas, el medio ambiente y la totalidad de los actores. Es importante, también, tomar en cuenta que soluciones locales ahorrarán costos, apoyarán las economías de la región y generarán procesos inclusivos para la recomposición del tejido social.

Tal como lo expresó EF Schumacher en su ensayo del 1973, “Lo pequeño es hermoso: estudio de economía como si la gente importara”, la producción de los recursos locales debe destinarse primero a las necesidades locales como la manera más racional de la vida económica.

Estamos convencidos de que la construcción de la paz pasa por la generación de resultados tangibles con y para las comunidades afectadas por el conflicto. Hoy, hay un gran potencial para tender puentes. Hay una gran oportunidad para ceder en posiciones. Ojalá la Cumbre y el Gobierno aprovechen el gana-gana de ser socios en la construcción de paz.