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El ‘cuento chino’ de la energía de Gecelca

La construcción de dos centrales termoeléctricas contratadas por el gobierno tienen un retraso de tres años y más de US$660 millones comprometidos.

11 de julio de 2015

En medio de la crisis que se ha vivido en los siete departamentos de la costa Caribe, por la mala calidad del servicio que presta Electricaribe, ha pasado inadvertido el incumplimiento de un consorcio chino y la responsabilidad de la empresa Gecelca en la construcción y puesta en funcionamiento de dos gigantescas plantas termoeléctricas contratadas por el gobierno hace siete años, que están enredadas.

En mayo de 2008, la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg) diseñó un plan de expansión eléctrica consistente en la construcción de nueve proyectos de generación de energía en distintos lugares del país (seis hidroeléctricas y tres centrales termoeléctricas) para que garantizaran la disponibilidad de 3.448 megavatios nuevos al sistema eléctrico nacional.

En ese mismo año se decidió que una de esas termoeléctricas se construiría en el municipio de Puerto Libertador (Córdoba), a cargo de la Generadora y comercializadora de Energía del Caribe (Gecelca), una empresa ciento por ciento capital del Estado y controlada en su integridad por los ministerios de Hacienda y de Minas y Energía. Para su construcción, el gobierno hizo una licitación que fue ganada por el consorcio chino CUC-DTC, una de las empresas de diseño más importantes en ese país con experiencia en la construcción de 6.000 proyectos de ingeniería. El proyecto, que fue bautizado como Gecelca 3, tendría un costo de 236 millones dólares y debería estar finalizado en 2012.

Sin embargo, el prestigio de los chinos no se ha visto en la construcción de esa térmica, que ya tiene más de mil días de retraso. De hecho Gecelca, ante lo que consideró incumplimientos parciales de las obligaciones contractuales, les impuso una multa en mayo de 2013 de 75.000 dólares diarios a los constructores hasta que no cumplan el contrato. Como la planta no ha entrado en funcionamiento, la sanción ya va en 163.000 millones de pesos.

Ese mismo año, el 28 de octubre, y ante los reiterados incumplimientos de CUC-DTC, la Contraloría General de la República emitió un informe de hallazgos dirigido al presidente de Gecelca, Andrés Yabrudy, en donde cuestionan desde la planificación de la obra, que no contaba con opción de compra de los terrenos, hasta los trámites de financiación, previstos para 180 días y que se demoraron aproximadamente 1.123 días.

Lo sorprendente es que, pese a los incumplimientos, a finales de 2013 el consorcio chino ganó una nueva licitación para construir en el mismo municipio otra planta térmica de 250 megavatios, bautizada con el nombre de Gecelca 3.2, cuyo costo es de 430 millones de dólares y que debió estar en funcionamiento hace 300 días.

Todas estas irregularidades llevaron al senador antioqueño Juan Diego Gómez Jiménez a convocar hace unas semanas un debate de control político en el que denunció que los chinos no solo no han pagado las multas, sino que ahora están exigiendo a través de un tribunal de arbitramento una indemnización de 40 millones de dólares. Además expresó su preocupación por un posible detrimento patrimonial que ha causado el retraso en la puesta en funcionamiento de Gecelca 3 que, según la Contraloría, asciende a 28.000 millones de pesos.

Por su parte el presidente de Gecelca, Andrés Yabrudy, reconoció que aunque el proyecto de Gecelca 3 se encuentra en un 98 por ciento de ejecución todavía no sabe cuándo entrará en funcionamiento, pues en las últimas pruebas han tenido problemas con varios equipos. En la costa, conocedores del tema eléctrico opinan que si estas plantas estuvieran funcionando con la oferta de los 414 megavatios, el valor del kilovatio que están pagando los usuarios finales sería más económico o no estuviera sujeto a variaciones tan impredecibles.

La incertidumbre es aún mayor en Gecelca 3.2 cuya construcción se encuentra en un 57 por ciento y con un panorama complejo. Alstom Power Inc., empresa que provee tecnología a los chinos, como los hornos, anunció que iniciaría un litigio contra CUC-DTC por el uso no autorizado de tecnología y propiedad intelectual en territorio colombiano, pues los acuerdos entre las empresas son únicamente y exclusivamente para proyectos en la República Popular China. Es decir, que las térmicas, sin ni siquiera arrancar, ya están inmersas en un conflicto internacional.

Lo grave de los retrasos en Gecelca 3 y 3.2, es que podrían comprometer la sostenibilidad energética nacional en los próximos 15 años, especialmente en la costa. Por eso es importante que el presidente de Gecelca y la Contraloría tomen cartas en el asunto para que las dos termoeléctricas no resulten siendo ‘cuento chino’.