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Activistas viajaron a Cali desde Indonesia, Camerún, Estados Unidos, India, Vietnam y México para el encuentro 'Romper el silencio', donde compartieron sus historias como víctimas del tráfico de personas y los resultados de su lucha contra este delito. Foto: Ministerio del Interior.

DERECHOS HUMANOS

Víctimas de trata se unen a la lucha en Colombia

Activistas de varios países celebraron en Cali el encuentro ‘Romper el silencio’, en el primer Día contra el Tráfico de Personas.

Luisa Ramírez G.
31 de julio de 2014

Cuando tenía 7 años, una mujer muy respetada de la comunidad se acercó a la familia de Rani Hong, en India, y le prometió a su madre que si se la entregaba, le daría educación y una vida mejor. Pero en vez de cumplir su promesa, la vendió como esclava a un hombre en un estado fronterizo.

Su traficante, Paul, negociaba con niños. Los obligaba a trabajar como sirvientes o en fábricas de ladrillos o cemento. Incluso tenía un ‘cuartel’ para los niños con los que trataba, que mantenía bajo la fachada de ‘orfanato’.
“Yo lloraba y pedía ver a mi mamá, pero una vez dijo: ‘No va a venir, está muerta’, así que no volví a llamarla”, recuerda Rani en la celebración de la Iniciativa Mundial de las Naciones Unidas de la Lucha contra el Tráfico de Personas, celebrado en Cali el pasado 31 de julio.
“Mi hogar, mi identidad y, lo más importante, mis sueños y aspiraciones se perdieron. El mundo a mi alrededor se derrumbó en pedazos. Mi pequeño cuerpo soportó palizas y torturas. Día tras día, en esa empobrecida aldea en el sur de India, lloraba para que alguien me rescatara. A pesar de las lágrimas, nadie respondió”, cuenta Hong, ahora asesora especial para la Iniciativa Mundial de las Naciones Unidas de Lucha contra la Trata, además de fundadora y directora de Tronie Fundation, en la cual, junto con su esposo, Trong Hong, ayuda a las víctimas de este crimen en todo el mundo.
Pero Rani y Trong no se refieren a sí mismos como víctimas, sino como sobrevivientes. En 1978, cuando tenía 9 años, el padre de Trong, desesperado, lo envió en un barco de refugiados al sur de China para salvarlo de ser reclutado por las milicias comunistas que entrenaban niños para el combate. Cuando la embarcación naufragó tras un ataque de piratas, el esposo de Rani sobrevivió solo en una cueva y presenció horrorosos crímenes perpetrados contra sus compañeros de viaje.

Rani Hong y su esposo, Trong Hong, hablan con Oprah Winfrey sobre cómo sobrevivieron al tráfico de personas.
Por su parte, Rani recuerda su cuerpo cubierto de cicatrices por los golpes que recibía a diario; estaba desnutrida y era torturada física y psicológicamente. Cuando tenía 8 años, su condición física y emocional estaba tan deteriorada que “ya no le servía para nada a Paul; no me podía mover, mi cuerpo se cerró”, así que el hombre la entregó a una red de adopción ilegal.
Pero su pesadilla terminó cuando una mujer estadounidense la llevó a vivir con ella a Washington, con todos los privilegios. “Con su amor, empecé a encontrar estabilidad, curación y un sentido de la libertad personal”.
“Comparto mi historia por los millones de niños y niñas en el mundo que no tienen voz”, le dijo la activista a Semana.com.
El 3 de octubre pasado, Rani llevó su lucha a la ONU, donde pidió que se reconociera el dolor de todas las víctimas que sufren en silencio. “Un día. Solo pedía que me dieran un día”, señaló. 
Tras oír su historia, las Naciones Unidas reconocieron el 31 de julio como el Día de la Lucha contra la Trata y el Tráfico de Personas, crimen que en Colombia tiene una pena de 13 a 23 años de cárcel.
“Veintiún años después de ser objeto de trata, viajé a la India. Allí, vi a mi madre biológica en un hotel por primera vez desde que nos separaron. La escuché contar la historia de la pérdida de un hijo. Oí su dolor y devastación. Y decidí dedicar mi vida a detener el comercio de esclavos”, cuenta.
Rani señala que las personas suelen asociar la trata con el comercio sexual. Sin embargo, tanto ella como el viceministro del Interior, Juan Camilo Restrepo, insisten en la necesidad de dar a conocer las diferentes modalidades de este negocio, el tercero más lucrativo en el mundo, según datos de la ONU.
La explotación sexual, el trabajo forzoso, la mendicidad ajena, el matrimonio servil y la extracción de órganos son los crímenes que llevaron al gobierno a crear el Comité Interinstitucional contra la Trata de Personas, conformado por 16 entidades del Estado. Restrepo anota que el mayor reto, además de la prevención, es que la comunidad denuncie, desarrollar mecanismos para asistir a las víctimas y el subregistro de este delito en la actualidad.
“Preferimos tener unas cifras altas, pero que muestren cómo están las cosas realmente y así poder tomar todas las medidas necesarias”, asevera Restrepo.
Según cifras del Comité Interinstitucional de Lucha contra la Trata de Personas, 189 mujeres y 34 hombres fueron víctimas de este delito en el último año en Colombia.
Del total de los afectados, 147 casos fueron reportados como explotación sexual, 62 como trabajos forzados y 14 como matrimonio servil.
Restrepo advirtió que, “en la medida en que se conozcan las modalidades de trata de personas y se dé ejemplo de justicia contra los victimarios, se podrá decir que estamos trabajando en la ruta correcta”.

Línea gratuita nacional contra el tráfico de personas: 01 8000 52 2020