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Gobierno calcula que 70% de hectáreas despojadas por las FARC están minadas

La guerrilla ha sido denunciada como responsable del despojo de 662.468 hectáreas en siete departamentos del país. La restitución de esas tierras se tardaría hasta que queden libres de minas antipersonales.

3 de octubre de 2012

El ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, demandó ante un juez agrario de Ibagué la restitución de 225 hectáreas ubicadas en la vereda Balsillas, zona rural del municipio de Ataco, en el sur del departamento del Tolima.

Esos terrenos son reclamados por 33 familias quienes denunciaron, ante la Unidad de Restitución de Tierras del ministerio de Agricultura, a las FARC como las responsables de su despojo y desplazamiento.

Según las denuncias, estas tierras fueron despojadas por el frente 21 de esa guerrilla entre los años 2000 y 2005, años en los que fueron asesinados representantes indígenas, líderes campesinos, en una zona estratégica para las FARC y epicentro de fuertes combates de los insurgentes con el Ejército.

Fue entre diciembre del 2001 y enero del 2002 cuando aproximadamente 800 campesinos del sur del Tolima se vieron obligados a abandonar sus tierras por la presión de la guerrilla y tuvieron que refugiarse en la cabecera municipal de varios municipios del departamento.

Estas son las primeras 225 hectáreas despojadas por las FARC que podrían regresar a manos de sus verdaderos dueños a comienzos del próximo año, pues la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras fijo a los jueces agrarios un término no superior a seis meses para dar su veredicto.

Sin embargo, no son las únicas. Desde que entró en vigencia la Ley de Víctimas, el Gobierno ha recibido 23.199 reclamaciones de restitución que corresponden a concretamente a 1.754.275 hectáreas.

De esas reclamaciones, 7.946 han denunciado a las FARC como las responsables de su despojo. Según el Gobierno, de las casi dos millones de hectáreas que se reclaman, 662.468 fueron despojadas de forma violenta por la acción de la guerrilla, principalmente en los departamentos de Tolima, Meta, Norte de Santander, Bolívar, Magdalena, Sucre y Cesar.

El Gobierno ha ido denunciando las enormes dificultades que el proceso de restitución de tierras ha tenido, especialmente, en las antiguas zonas de influencia de paramilitarismo. Amenazas y atentados a líderes campesinos, son los principales obstáculos.

Pero en cuanto a las tierras despojadas por la guerrilla, el principal "retén" para el regreso de los campesinos a sus tierras es que el 70 por ciento de los predios despojados por las FARC están sembrados de minas antipersonales, según el ministro Juan Camilo Restrepo.

Por eso, el proceso de restitución de tierras despojadas por las FARC solo puede iniciarse hasta que la fuerza pública y organismos humanitarios no hayan desminado los terrenos.

Las 225 hectáreas de la vereda Balsillas son las primeras en las que están garantizadas las condiciones de seguridad para que las 33 familias campesinas que las reclaman puedan volver a habitarlas.

Solo en el departamento del Tolima, el Gobierno ha recibido 1.943 reclamaciones por 73.001 hectáreas de tierra. De estas, 1.267 reclamaciones señalan a las FARC como las responsables del despojo de 41.234 hectáreas.

El Gobierno anunció que solo acompañara las demandas ante los jueces agrarios hasta tanto dichas hectáreas estén libres de artefactos antipersonales. "No es sorprendente indicar que la mayor cantidad de minas se encuentran en territorios donde opera la guerrilla, sur del Tolima, Valle, Cauca. La cantidad de minas sembradas en Colombia apenas es comparable con Afganistán", dice el ministro Restrepo.

Sin embargo, el Gobierno aclara que esta situación "no va a detener" la aplicación de la Ley de Víctimas y Restitución y que la fuerza pública ha adelantado una ofensiva para desminar el territorio.

La siembra de minas antipersona no está en los seis puntos de dialogo entre el Gobierno y las FARC para poner fin al conflicto.

El sur del Tolima sirvió como corredor de seguridad a 'Alfonso Cano', el abatido número uno de esa guerrilla, que solía moverse por aquella zona. Así mismo, fue una de las regiones más afectadas por los ataques de ese grupo desde que se acabó la antigua zona de distensión en Meta y Caquetá.