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Goles de contragolpe

Una propuesta de democratizar los clubes, la extinción de las acciones de los narcos y el reconocimiento delos derechos laborales de los jugadores son buenas noticias

13 de octubre de 2002

El actual futbol profesional colombiano ofrece un balance bastante triste, sobre todo tras la eliminación al Mundial de Corea-Japón 2002. Bajo nivel técnico, tribunas desocupadas y una sensación de no futuro entre los seguidores. Por ese motivo tres propuestas y noticias acerca de su posible depuración que se conocieron esta semana les subieron el ánimo a los hinchas.

La que más expectativas ha producido la enunció esta semana el gobierno nacional y se basa en un documento elaborado por la caja de compensación Familiar Compensar. Esta propuesta busca democratizar los equipos, borrar las costumbres adquiridas en tiempos de los llamados 'dineros calientes' y convertir los clubes en entidades sin ánimo de lucro.

El vicepresidente, Francisco Santos, un reconocido hincha del fútbol, planteó en la asamblea ordinaria de la Dirección Mayor del Fútbol Colombiano (Dimayor) un programa de transformación total del fútbol en el cual participarían la Presidencia de la República, el Ministerio de Educación, las alcaldías, Coldeportes y las cajas de compensación familiar.

El objetivo de esta propuesta es democratizar el balompié colombiano y permitir que los distintos clubes profesionales consigan entre 6.000 y 100.000 socios de acuerdo con el tamaño de su ciudad y de su hinchada y así impedir que estén en manos de muy pocas personas o de únicos dueños, que no siempre tienen la capacidad financiera necesaria para garantizar su normal desempeño deportivo.

Esta alianza estratégica aprovecharía el inmenso potencial de las cajas para convocar a los hinchas: casi tres millones de familias están afiliadas en cajas de ciudades con equipos profesionales. Estas promocionarían y organizarían la afiliación de los socios pero una fiduciaria privada se encargaría de la operación financiera para transferirles las acciones a los nuevos socios y reembolsar a sus actuales propietarios a través de pagarés con vencimientos de entre seis y 24 meses, y también nombrarían en cada equipo una junta directiva integrada por representantes de la alcaldía, la caja de compensación y los actuales dueños de cada club. Esta junta redactaría los nuevos estatutos de cada institución y se encargaría de conseguir los socios a través de las cajas, que en ningún momento se convertirían en dueñas de los clubes.

Otra noticia relacionada con la depuración del fútbol colombiano beneficia al club Los Millonarios de Bogotá. Tras realizar la extinción de dominio de las acciones del equipo que estaban en manos de los familiares de Gonzalo Rodríguez Gacha, la Dirección Nacional de Estupefacientes nacionalizó el 29,15 por ciento de las acciones del club. De este modo el Estado colombiano es el socio mayoritario del equipo y desde ya se buscan posibles alternativas para sanear sus finanzas.

Por su parte, la Corte Constitucional reconoció que los derechos deportivos, laborales y económicos de los jugadores de segunda división, o Primera B, deben ser respetados por los clubes dueños de sus pases. Esta decisión se tomó a raíz de la acción de tutela que interpusieron los jugadores Héctor Fabio Bermúdez y Héctor Andrés Torres, miembros del equipo B de Cortuluá, que se encontraban sin posibilidad de trabajar pues su club no los contrató y tampoco les permitió vincularse a otros equipos, negándoles el derecho al trabajo.

Estas iniciativas y medidas pueden ser el punto de partida para que el fútbol colombiano ingrese en una etapa de democratización y transparencia que tanta falta le hace para salir de sus crisis financieras y de credibilidad.