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La escuela para grafiteros se llamará: Escuela de Multiplicadores de Cultura para la Vida. | Foto: Tomada de Bogotá Graffiti Tour

BOGOTÁ

Grafiti responsable en Bogotá

Escuela formará a cientos de grafiteros de la capital sobre la práctica responsable de esta actividad.

25 de febrero de 2014

Los grafitis abundan en las calles capitalinas. Alrededor de este arte urbano han sucedido varios hechos que atropellan la dignidad de quienes lo practican y se generan indecisiones de si es correcto o no, que impregnen el mobiliario urbano de lo que se autodenomina expresión artística.


Para regular la práctica, la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, presentará la Escuela de Multiplicadores de Cultura para la Vida, con la que se busca generar procesos de formación y sensibilización sobre la práctica responsable del grafiti en Bogotá. 

Este jueves, en el lanzamiento del proyecto, representantes de la Policía, entre ellos, el general Édgar Sánchez, comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá y representantes de los grafiteros, suscribirán un acuerdo simbólico para favorecer esta expresión artística en la ciudad y para una práctica responsable.

Unas 150 personas, entre funcionarios, representantes de la Policía de Bogotá y grafiteros, harán parte de la Escuela de Multiplicadores de Cultura para la Vida. 

El objetivo de la escuela se estipuló según el Decreto 75 del 2013, teniendo en cuenta la libertad de esta práctica, pero también los lugares que la ciudad considera como inadecuados para su realización. 

La Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, explica que la estrategia del proyecto es parte del reconocimiento del arte callejero como expresión artística y cultural, para propiciar actitudes y conocimientos enfocados a mejorar la convivencia y la apropiación de la ciudad en situaciones cotidianas. 

La fórmula de trabajo es simple. Los participantes recibirán cinco talleres teórico-prácticos, un total de 20 horas de formación, en materia de pedagogía ciudadana y democrática. Esto lo hace Cultura con el fin de establecer diálogos que permitan trabajar conjuntamente por el respeto de los bienes patrimoniales y culturales de la ciudad.

En todo caso, se espera que el proyecto motive a la regulación de comportamientos sociales relacionados con el uso y el disfrute de los espacios públicos en Bogotá.