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GRUPOS DE AUTODEFENSA Y SICARIOS

Causas, historia, clasificación e implicaciones para la sociedad de los grupos paramilitares y de asesinos a sueldo, en una conferencia del general Maza en reciente congreso de criminalística, que SEMANA reproduce...

MIGUEL MAZA MARQUEZ
9 de enero de 1989

Las autodefensas en Colombia adquirieron entidad después del asesinato del líder liberal Jorge Eliécer Gaitán, cuando en el VI Congreso celebrado en 1949, lanzaron la consigna de organizar la "resistencia armada" contra la "represión oficial". Las primeras en organizarse fueron las "autodefensas campesinas" en Chaparral (Tolima) con una concentración humana de más de 1.000 familias; luego se crearon grupos armados de autodefensa que generalizaron la violencia en el sur del Tolima.
En el lapso comprendido entre 1954 y 1957 las autodefensas se extendieron al Meta, Caquetá y el Huila y durante el periodo 1957-64 irradiaron su influencia en las regiones del Tequendama y Sumapaz a tiempo que en su conjunto desembocaron en la consolidación de las "Fuerzas Armadas Revolucionarias Comunistas"
(FARC) .
Paradójicamente, con el crecimiento de las FARC y la progresiva hostilidad de sus cuadrillas contra la población inerme, los campesinos de filiación política tradicional, especialmente residentes en zonas como el Magdalena Medio, acudieron también a la estructura de las "autodefensas" para repeler la agresión guerrillera.
Una de las expresiones de las "autodefensas" ha tenido lugar con la reacción de ganaderos, hacendados y empresarios tradicionales, que han visto rebasada su capacidad de tolerancia por el constante "boleteo", de los alzados en armas, optando en la misma forma por administrar justicia por cuenta propia.
La faceta más reciente de las "autodefensas" la ha entronizado el narcotráfico con la estructuración de "ejércitos privados" integrados en su mayoría por delincuentes adolescentes; hacia 1981, el secuestro de Martha Nieves Ochoa Yepes por parte del M-19, desató una reacción sin precedentes de los carteles del narcotráfico, habiéndose reunido sus principales cabecillas en la ciudad de Cali, para recoger un total de $280 millones como presupuesto inicial de un "ejército privado" que surgió a la luz pública con el movimiento "Muerte a Secuestradores (MAS)".
Después de la liberación de la secuestrada, sin el pago del rescate exigido, comenzó el MAS a realizar asesinatos sin compadecerse de la calidad y condición de las víctimas. Este antecedente fue el preámbulo de la llamada "guerra sucia" porque la guerrilla identificó en esa agrupación la más fuerte y principal amenaza, procediendo entonces a vincularla con el orden institucional dentro de una vasta campaña de desprestigio contra las autoridades.
El Magdalena Medio, Medellín y Cali se constituyeron en los principales epicentros de las escuelas de sicarios por albergar en sus alrededores las mejores propiedades de los carteles y por encontrar en esos sitios una población dispuesta a atender sus ofertas luego de estar agobiada por el asedio de la guerrilla.
El comienzo de la utilización del homicidio selectivo por parte de organizaciones delictivas diferentes a los grupos subversivos y la conformación de bandas de sicarios, dedicados inicialmente a eliminar a los funcionarios que de alguna manera intervenían en el proceso de extradición de los narcotraficantes solicitados por el gobierno de los Estados Unidos, la marcó el asesinato del entonces ministro de Justicia, doctor Rodrigo Lara Bonilla en 1984.
Las bandas de sicarios, constituidas por grupos de jóvenes que inicialmente operaban en motocicletas, fueron patrocinadas por el narcotráfico para cobrar cuentas pendientes, producto de la venta de estupefacientes. Los primeros pistoleros tuvieron su origen en Medellín y fueron reclutados en los barrios nororientales;entre ellos sobresalió el grupo que se autodenominó "Los Quesitos", a cuyos miembros se sindicó el asesinato de Lara Bonilla. Otros crímenes de resonancia en el ámbito nacional, atribuidos a estas organizaciones del delito, fueron los asesinatos del magistrado de la Corte Suprema de Justicia, Hernando Baquero Borda, del coronel Jaime Ramírez Gómez, ex jefe antinarcóticos de la Policía Nacional y el del periodista Guillermo Cano Isaza, el cual fue atribuido a la banda de "Los Priscos", y la que se ha caracterizado por su "profesionalismo y audacia", no obstante las bajas sufridas con ocasión del operativo realizado por el DAS en la ciudad de Bogotá, cuando iban a perpetrar un atentado .
Como consecuencia de la acción represiva del gobierno contra el tráfico ilícito de drogas, los narcotraficantes vieron la necesidad de desplazarse a zonas tradicionalmente ocupadas por la guerrilla, sitios a los cuales no tenían acceso las fuerzas del orden a raíz de la celebración de los acuerdos, de paz entre la subversión y el gobierno del entonces presidente Belisario Betancur, circunstancia que fue aprovechada para que los primeros contrataran los servicios de vigilancia de los alzados en armas para el cuidado de sus cultivos, laboratorios y sitios de embarque de la cocaína.
Tal situación se corroboró con posterioridad a la celebración de la VII Conferencia de las FARC, cuando las autoridades incautaron documentos alusivos al citado evento que contenían claras directrices para los frentes guerrilleros sobre el tratamiento que la agrupación debía suministrar al cultivo, procesamiento y transporte de coca.
Con el proceso de paz, los alzados en armas trataron de evadir su responsabilidad, al presentar el cultivo de la coca como una actividad propia del colono en los Territorios Nacionales, aduciendo un supuesto abandono oficial en la áreas agrarias.
Posteriormente, los grupos subversivos, dadas las condiciones favorables y la alta productividad económica del tráfico de la cocaína, procedieron directamente al cultivo, procesamiento y distribución de la droga, para la financiación de sus organizaciones y la obtención de armas y municiones destinadas a fines desestabilizadores de las instituciones del Estado.
Los miembros de las organizaciones guerrilleras imponen a los grandes cultivadores gravámenes en especie por cada kilo de coca que se procese y cuentan además con una compleja infraestructura que incluye la posesión de numerosas pistas clandestinas y pequeñas aeronaves, posiblemente utilizadas para trasladar personal, equipos y la misma droga hacia los centros de distribución y consumo, principalmente Villavicencio y Bogotá.
En épocas más recientes, lo que se ha puesto de manifiesto es el divorcio entre los alzados en armas y los narcotraficantes, con ocasión de las notables divergencias de carácter económico y político y que se evidencian en los frecuentes atentados y asesinatos de campesinos, líderes populares y dirigentes de la Unión Patriótica. De otro lado la arremetida de la subversión en el chantaje y extorsión a las mafias ha despertado la reacción de éstas a través de la creación de grupos de autodefensa encargados de eliminar a los miembros y militantes de las orgánizaciones guerrilleras.

FACTORES QUE EXPLICAN SU PROLIFERACION
El fenómeno de las autodefensas surge básicamente por varios factores, que podrían ser clasificados así:

1.COMO FENOMENO DE GENERACION ESPONTANEA.
a. Es la respuesta de quienes han visto rebasada su capacidad de tolerancia, frente al constante hostigamiento e intimidación que ejercen los grupos subversivos.
b. Se explica por las dificultades del Estado para garantizar la protección de la honra, vida y bienes de los asociados en la totalidad del territorio nacional, ya como consecuencia de los factores que inciden en la impunidad generalizada, como por la carencia de recursos humanos y logísticos de que adolecen las Fuerzas Armadas del país para poder cubrir eficaz y oportunamente todas las áreas en conflicto.

2.COMO ESTRATEGIA DE LA SUBVERSION ARMADA.
A pesar de que las agrupaciones guerrilleras, a través de sus conocidos brazos políticos y órganos de comunicación, reiteradamente han criticado la existencia de grupos de autodefensa, endilgándole al Estado la gestación de los mismos y confundiéndolos con el concepto de grupos "paramilitares" que de acuerdo a afirmaciones carentes de veracidad están conformados por miembros de las Fuerzas Armadas y son los encargados de ejecutar homicidios políticos, aquellas -las agrupaciones guerrilleras- manejan el concepto de autodefensa a su acomodo y según sus intereses, al afirmar que "el pueblo colombiano, y en primer lugar la clase obrera, tiene que demostrar el inmenso potencial de la solidaridad de clase y, con la lucha, con la presencia en las calles, con el mitin, el bloqueo de vías y el paro de la producción, detener la ola de tendencia terrorista oficial. Además, es indispensable que los sindicatos... trabajen arduamente por la defensa de sus objetivos y sus organizaciones. Los piquetes de Autodefensa, las Brigadas Populares, las Milicias, se ponen al orden del día". El anterior párrafo fue extractado de un panfleto suscrito por el ELN.

3.COMO RESULTADO DE LA DESCOMPOSICION SOCIAL.
La irrupción del narcotráfico generó también otra situación en la que sus cabecillas asimilaron el modelo de la "guerrilla" o el "bandolerismo", para crear sus propios mecanismos de defensa, mediante el reclutamiento y preparación armada de elementos destinados a la protección personal y patrimonial de las "mafias", amenazadas por sus iguales o por otros grupos interesados en obtener de ellas un beneficio económico a través de medios de fuerza.

4. COMO REFLEJO DEL DESEQUILIBRIO JURISDICCIONAL.
La justicia fue perdiendo la dinámica que antes le era reconocida, debido a que, mientras aumentan en cantidad y calidad los delitos de las más sofisticadas características, el engranaje institucional del Poder Judicial ha quedado rezagado y cada vez más, perdiendo el control sobre los componentes nocivos de una organización social desequilibrada.

5. COMO RESULTADO DE LA DESERCION GUERRILLERA
Algunos de sus integrantes han sido expulsados, otros han renunciado a sus convicciones ideológicas y algunos más, contaminados por el narcotráfico, optaron por abandonar la lucha revolucionaria.

TIPOS DE AUTODEFENSA

1.Los grupos de autodefensa concebidos por las mafias del narcotráfico están integrados por personal de amplio conocimiento
sobre armamento de diferentes características,siendo algunos de ellos desertores de los grupos subversivos que persuadidos por las atractivas ofertas salariales ofrecidas por los "carteles", acceden a entrenar jóvenes de escasa edad para convertirlos en "sicarios".
2. En el caso de la guerrilla se han incautado valiosos documentos que evidencian la existencia de organizaciones de apoyo a las estructuras subversivas, calificadas por ellos mismos como "Autodefensas Populares de Masas (ADPM)", que además cuentan con una "Autodefensa Regular" como nervio Smilitar encargado de adelantar campañas de limpieza entre la población campesina renuente a aceptar la presencia de los subversivos y sus áreas de residencia.
3. Las Autodefensas subsidiadas por sectores vinculados a la actividad agropecuaria, entre ellos algunos propietarios de fincas, han contratado personal experimentado para desarticular los reductos guerrilleros que atentan contra su propio patrimonio económico.

ESCUELAS DE SICARIOS
Las investigaciones adelantadas por el Departamento Administrativo de Seguridad sobre los homicidios de algunos magistrados y genocidios campesinos en Antioquia, Córdoba, Bogotá y Magdalena Medio han permitido establecer la existencia de centros de capacitación de sicarios tanto a nivel urbano como rural.
En el primer caso, las "Escuelas" han tenido origen en el interés de los "Carteles del narcotráfico" por mantener incondicionales con capacidad de movilizarse contra las autoridades encargadas de administrar justicia o contra quienes incumplen las demandas de los capos, sustraen beneficios del comercio de la droga sin el consentimiento de aquellos o en represalia por presuntas delaciones.
De esta manera, la modalidad ha tenido epicentro en las ciudades de Medellín, Cali y Bogotá, donde tienen igualmente su asiento los cabecillas de las mafias, en ocasiones enfrentados entre sí por asegurarse el control de las principales rutas del mercado internacional.
De acuerdo a los informes de inteligencia, tales escuelas han funcionado con mayor énfasis en la ciudad de Medellín y municipios aledaños, acudiendo sus promotores al reclutamiento de adolescentes y desempleados que en ocasiones son trasladados a fincas de propiedad de los narcotraficantes para ser adiestrados durante dos o tres semanas en las prácticas delictivas correspondientes. De estos centros de entrenamiento han surgido bandas conocidas como "Los Quesitos", "Los Guantes Blancos", "Los Magnificos", "La Ñata" y "Los Priscos", que posteriormente se han dedicado también a ejecutar modalidades típicas de la delincuencia común, tales como el asalto a mano armada, hurto de bancos, pirateria terrestre, etc.
La trayectoria delictiva de los sicarios empieza con su vinculación como expendedores de droga, su posterior utilización como intermediarios en el ejercicio de amenazas y, finalmente, su conversión en asesinos con entrenamiento en el hurto, conducción y acondicionamiento de automóviles y motocicletas, manejo de armas, prácticas de tiro al blanco, maniobras de seguimiento y vigilancia, etc. Los "campamentos o convivencias", como aquellos denominan algunas veces su entrenamiento, se adelantan en lugares diferentes y prosperan como un mecanismo de sustitución inmediata, cuando los sicarios son dados de baja por las autoridades o por sus mismos compañeros para hacer desaparecer los testimonios o traumatizar el curso de las investigaciones.
En el segundo caso, es decir, respecto a las escuelas existentes a nivel rural, éstas han surgido para conformar "ejércitos privados", con características similares a la guerrilla en aras de proteger zonas de cultivo y procesamiento de coca que en la mayor parte de los casos coinciden con los territorios bajo la influencia subversiva, circunstancia que desemboca en un agudo enfrentamiento del que no queda exenta la población agraria ya que la capacidad de intimidación de ambos bloques la obliga a adherirse a las redes de información o apoyo de uno y otro bando, convirtiendo tal comportamiento en una alternativa de supervivencia.
No resulta extraño comprobar que las regiones contaminadas por la doble presencia del narcotráfico y la guerrilla sean precisamente aquellas en la que han surgido con mayor vigor los llamados grupos "irregulares o de autodefensa", utilizados por unos y otros para evitar comprometer la identidad de los verdaderos promotores de esa hostilidad.
Los epicentros del reclutamiento, entrenamiento y formación de sicarios al servicio de las mafias y de otros intereses no menos graves para la seguridad social, están ubicados en una zona estratégica y equidistante a las demás regiones del país, en lo que parece obedecer a un solo patrón y a una amplia infraestructura con capacidad de desplazar a los mercenarios a otras regiones. Este epicentro parece localizarse en el Magdalena Medio e irradiar sus actividades hacia Urabá y Valle del Sinú, Ariari, sur del Cesar, occidente de Boyacá y cualquier otro punto donde el narcotráfico y guerrilla forcejean por el control del territorio y la población.
En este sentido vale la pena resaltar que durante las investigaciones adelantadas por la institución para esclarecer los genocidios de Urabá y Valle del Sinú, se han encontrado serias evidencias sobre la misma procedencia de los sicarios que intervinieron en las masacres, siendo aquellos ajenos a las regiones donde se escenificaron los crimenes .
Se ha detectado igualmente que algunas escuelas de sicarios vienen funcionando en los siguientes lugares del Magdalena Medio, ubicados entre Puerto Boyacá (Boyacá) y Cimitarra (Santander):
1. El Nueve
2. El Cincuenta
3. Playa Rica
4. Loma Redonda.
Otros centros de adiestramiento se han localizado en el sector de San Cayetano (Cundinamarca), subsidiados por el reconocido narcotraficante Gonzalo Rodríguez Gacha (a. el Mejicano), para asegurarse un cuerpo de guardaespaldas, en Otanche (Boyacá), financiados por comerciantes de esmeraldas y narcotraficantes, como mecanismo de protección para sus yacimientos; y en la región de El Arizá, ubicada entre Puerto Wilches y Cimitarra (Santander).

De acuerdo a la información disponible en aquellos lugares se han adelantado "cursillos de entrenamientos" con duración de tres y cuatro meses, tiempo en el cual se preparan contingentes de 50 a 80 hombres, con hospedaje asegurado en los mismos campamentos. El adiestramiento incluye manejo de armas, protección de la identificación personal, manipulación de equipos de comunicación, supervivencia, reconocimiento de terrenos y defensa personal. A quienes reciben capacitación se les impone la premisa de mantenerse indefinidamente en la organización, recibiendo en principio una asignación mensual entre $30 mil y $50 mil que se va incrementando de "acuerdo a los méritos y calidad de las víctimas".
No sobra agregar que en su afán de legalizar los dineros provenientes del narcotráfico, los testaferros de las mafias han terminado por desplazar a los empresarios tradicionales y convertir esos predios en áreas de cultivo; es decir han terminado por monopolizar un alto porcentaje de la finca raíz.
A ello obedece que la modalidad del sicariato se haya extendido a las áreas rurales, con el agravante de que los criminales se escudan en aparentes "grupos de autodefensa" de dudoso origen y oscuros propósitos.
Otra clase de "grupo irregular" es la que prospera en la zona del occidente de Boyacá y norte de Cundinamarca, donde el interés de algunos empresarios por monopolizar la producción de esmeraldas ha derivado en la conformación de grandes bandas de delincuentes que ejercen una hostilidad permanente contra la población vinculada a la explotación de los yacimientos.
La presencia de tales bandas en la zona minera, entre las cuales resaltan las de "los López y los Barrera", se prolonga en virtud de las siguientes variables:
1. La amplia masa de población flotante, ante la miseria que afronta, endosa sus servicios a los grandes comerciantes de las gemas, comprometiéndose a mantener la seguridad de éstos.
2. Numerosos guaqueros, al comprobar el fracaso de su actividad, desisten de la minería para engrosar los "ejércitos privados", subsidiados por los grandes comerciantes y propietarios de los yacimientos, aplicando a nombre de estos y sin escrúpulo alguno las represalias que sus patrones ordenan, especialmente contra aquellas personas que intentan penetrar al negocio sin el consentimiento de sus propietarios.
3. El traslado de los capitales obtenidos en el comercio de gemas hacia negocios más lucrativos como el narcotráfico, deriva en la preparación de ese mismo personal para actividades conexas como la protección o mantenimiento de cultivos de coca, compra de insumos, procesamiento de la droga, transporte del alcaloide y otras labores inherentes.
Se ha comprobado que muchas de las personas que ocupan posiciones intermedias en los llamados "Carteles" o que colaboran con éstos y con las FARC en el cultivo o procesamiento de coca, previamente han permanecido por un periodo considerable en la zona esmeraldífera de Otanche, Muzo, Coscuez y Borbur, ratificando con ello las apreciaciones anteriores.