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GUERRA DE REHENES

Con el secuestro de los familiares de dos comandantes de las Farc, los paramilitares de Carlos Castaño pagan a la guerrilla con la misma moneda.

2 de septiembre de 1996

Los secuestros realizados por comandos urbanos de las autodefensas de Córdoba y Urabá a familiares de miembros del secretariado de las Farc dispararon las alarmas en las cúpulas de estos movimientos. El primer secuestrado fue José Ricardo Sáenz, hermano de Guillermo León Sáenz , alias 'Alfonso Cano', comisario político y miembro principal del secretariado de las Farc. La semana pasada el turno le correspondió a Janet Torres, hermana de Jorge Torres Victoria, alias 'Pablo Catatumbo', hombre clave del estado mayor y el comité central de esa organización.
Ambas acciones fueron reivindicadas por las autodefensas que dirige Carlos Castaño en Córdoba y Urabá. En un comunicado, dichas autodefensas se responsabilizaron de la acción y exigieron desafiantes condiciones a Cano para la devolución de su hermano: la liberación de todos los secuestrados en poder de esa organización y el reintegro del pago que hicieron en 1981 Carlos y Fidel Castaño por su padre a las Farc. El padre de los Castaño murió en cautiverio.
El secuestro de Janet Torres, ocurrido el lunes pasado, no es el primero que afecta a la familia de este guerrillero. Hace cuatro años, por orden de José Santacruz, uno de los jefes del cartel de Cali, fue secuestrada otra hermana, Amparo Torres. El objetivo era presionar la liberación de Cristina Santacruz, hermana del desaparecido capo, por cuya liberación las FArc exigían 12 millones de dólares.
El ELN también ha sido víctima de su propio invento. En efecto, el año pasado las autodefensas de Castaño capturaron en Medellín a un jefe miliciano muy apreciado por la cúpula de esa organización guerrillera. Una de las condiciones que pusieron los paramilitares para soltarlo fue la liberación de seis personas secuestradas por el ELN. Esa negociación se hizo efectiva sin contratiempos. Algunos medios de comunicación llegaron a hablar, inclusive, de que el secuestrado había sido el propio 'Gabino', el segundo hombre del ELN.
Pero estos no son los dos únicos casos entre cúpulas de organizaciones armadas. El más sonado de todos fue el de Martha Nieves, hermana de los Ochoa Vásquez, entonces miembros del cartel de Medellín, quien fue secuestrada por el M-19 en 1981. Este suceso dio origen al tenebroso grupo Muerte a Secuestradores _MAS_, organizado por el desaparecido Gonzalo Rodríguez Gacha para enfrentar los secuestros de la guerrilla. A la postre Martha Nieves Ochoa, por la presión ejercida por el MAS, fue devuelta. El MAS fue financiado mediante la creación de un fondo común de 446 millones de pesos al cual aportaron todos los narcotraficantes de Cali y Medellín. La razón de ser del MAS era supuestamente combatir el secuestro con sus propias armas. No obstante, el grupo terminó por desbordar todas las fronteras y se convirtió en un engendro de violencia que castigó por igual a secuestradores, sindicalistas, abogados y estudiantes con ideas de izquierda.
La ley del talión
¿Qué es lo que realmente está pasando ahora? ¿Se trata de una nueva guerra de rehenes entre la cúpula de la principal organización paramilitar y el más grande grupo subversivo del país? De acuerdo con informaciones suministradas a SEMANA por personas vinculadas a las investigaciones, todo el origen de la nueva vendetta estaría en un secuestro realizado por las Farc de alguien muy allegado a la organización que dirige Carlos Castaño. El secuestro de esa persona, cuya identidad es mantenida en secreto, habría llevado a Castaño a pagarle con la misma moneda al grupo guerrillero."Es una especie de ojo por ojo y diente por diente. Es la versión criolla de la ley del Talión", dijo a SEMANA uno de los investigadores.
Sin embargo las mismas autoridades no descartan que pueda tratarse de un asunto más complejo. Por los argumentos expresados por las autodefensas en su comunicado se puede concluir que detrás de esta exigencia hay una estrategia política con un gran poder disuasivo y publicitario. El hecho de que las autodefensas, utilizando las mismas crueles armas del secuestro, soliciten a las Farc que liberen a todas las personas que tienen en su poder, podría convertirse en una causa popular en un país que ha padecido como ningún otro el flagelo del secuestro. En 1996 han sido secuestradas en Colombia, según las autoridades, cerca de 600 personas, de las cuales aproximadamente el 50 por ciento están en manos de las Farc y el ELN. Acciones que le reportan al año 150.000 millones de pesos, según el Ejército.
Sobre los dos secuestros de los familiares de los guerrilleros las autoridades han planteado la siguiente hipótesis: si en los próximos días se presentan nuevos plagios, lo que hoy es considerado una pasajera guerra de rehenes podría convertirse en una estrategia a largo plazo de los paramilitares orientada a buscar solidaridad en la opinión pública y lavar su imagen de narcotraficantes. La experiencia ha demostrado que los jefes guerrilleros, siempre fríos e insensibles ante la crueldad de la guerra, se comportan como mansas palomas ante el secuestro de sus seres queridos y por lo tanto terminan haciendo concesiones en una negociación.
De acuerdo con analistas consultados por SEMANA, la nueva arremetida de las autodefensas contra las Farc estaría apuntando en dos direcciones. La primera es la liberación, si no de todos los secuestrados, sí por lo menos de un buen número de ellos, incluyendo, obviamente, al allegado a la familia Castaño Gil. Y la segunda es la de empezar a consolidar ante la opinión pública un espacio político que les permita negociar en igualdad de condiciones no sólo con las Farc, sino con el propio gobierno. "Las Farc tienen que empezar a considerar seriamente que en el futuro la negociación para un proceso de paz tiene que ser a tres bandas: el gobierno, los paramilitares y ellos mismos", dijo uno de los analistas.Sin embargo, otras fuentes no descartan que se trate de la antesala de una gran ofensiva contra la guerrilla y que los secuestros buscan minimizar la reacción de estos grupos. Esto coincide con lo que se considera una nueva etapa que están viviendo las autodefensas de buscar interlocución política con el gobierno y con la sociedad. De hecho, el propio gobierno las ha reconocido como organizaciones dignas de ser llamadas a una mesa de conversaciones y el propio ministro del Interior Horacio Serpa aceptó los contactos que tuvo con sus voceros a finales del año pasado.Los antecedentes han demostrado que el secuestro es un arma que sienta a negociar a los jefes de la guerrilla Por eso es muy posible que una vez más se dé un canje de prisioneros entre estas dos organizaciones. De no ser así, este episodio sería el inicio de una confrontación sin precedentes entre dos de los grupos armados más tenebrosos del país. Ello rompería lo que hasta hoy era considerado como una ley tácita de esta guerra: los familiares de los enemigos son intocables.