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| Foto: León Darío Peláez

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Guerrilleros de las FARC presos esperan "alguna amnistía" con la paz

Manifestaron varios insurgentes recluidos desde hace más de una década en las cárceles colombianas.

6 de agosto de 2015

Si Colombia firma la paz con las FARC, alzadas en armas desde hace medio siglo, debe haber "alguna amnistía, algún indulto" para los guerrilleros, aseguraron a la AFP insurgentes recluidos desde hace más de una década en cárceles colombianas.

Diego Restrepo y Luis Marulanda, tras las rejas por delitos de rebelión, mantienen intacto su compromiso con las FARC y confían en "un perdón y olvido" en "beneficio de todos" al cabo de las negociaciones que sus comandantes avanzan con el gobierno de Juan Manuel Santos desde noviembre del 2012 en Cuba.

"Con nosotros tiene que haber alguna amnistía, algún indulto", dijo Restrepo, de 42 años, desde la cárcel La Picota de Bogotá, donde están recluidos guerrilleros de izquierda y paramilitares de derecha, pero también políticos vinculados con grupos armados y narcotraficantes.

Restrepo, 'Mateo Ramírez', del Frente 45 del Bloque Oriental, ingresó a las FARC en 1994 y cayó preso el Viernes Santo del 2002 en una emboscada en el departamento de Arauca. Su condena acumulada puede llegar a 38 años, dos menos que la pena máxima en Colombia.

Su compañero Marulanda, 'César', de 44 años y también sumado a las filas de las FARC en 1994 pero en el noroeste del país, en el Frente 57 del Bloque Iván Ríos, coincidió: "Creo que si se da un proceso de paz, aquí tiene que haber un perdón y olvido en todos los procesos".

Para Marulanda, hacer pagar cárcel a los comandantes sería "satanizarlos" y dejarlos fuera de la arena política cuando más se necesitan.

"Ellos son los líderes, son nuestros jefes, ellos son los que necesitamos realmente en el recorrido de este proceso que apenas comienza (cuando) se firme una paz", apuntó, al destacar cuánto conocen "el país y el problema histórico de la sociedad colombiana".

"Todos han cometido errores"

Para él, que fue capturado en el 2001 durante la toma de una estación de Policía y convivió en varias prisiones con militantes de extrema derecha, los "errores" en 50 años de conflicto no son exclusivos de las FARC.

"Todos, empezando por las unidades que hacen parte del Estado colombiano, han cometido errores", dijo. Y apuntó: "Si a las Fuerzas Militares no las van a condenar, nosotros tampoco podemos ser condenados, ni nuestros jefes tienen que ser condenados".

Admiradores de 'Simón Trinidad', el "camarada de hierro", líder de las FARC extraditado en el 2004 a Estados Unidos y que la guerrilla quiere presente en La Habana como uno de sus delegados, los dos rebeldes presos lo ven como una motivación para soportar su propio encierro.

Según un informe de autoridades penitenciarias citado por medios locales y elaborado con motivo del inicio de los diálogos de paz en el 2012, unas 3.300 personas en Colombia estaban presas por rebelión en 142 penales del país. La Picota era uno de los centros con mayor número de detenidos.

Las FARC cuentan en la actualidad con unos 8.000 combatientes, según estimaciones del Gobierno.

"No solamente barrotes"


Tanto Restrepo como Marulanda, que adhirieron a las FARC de adultos, comprometidos con su ideología y conscientes de los riesgos, incluso el de ir presos por su lucha, rechazan soluciones de justicia transicional que impliquen cárcel para sus camaradas.

"Para poder llegar a una reconciliación y a una reconstrucción de estos 52 años que vamos a cumplir de confrontación, nos toca revisar y mirar de que no es solamente los barrotes el sitio para traer a las personas", dijo Restrepo, ante la posibilidad de que con la paz, guerrilleros activos terminen recluidos en granjas o cumplan prisión domiciliaria.

"No tenemos ningún problema" con eso, subrayó, convencido de que "los acuerdos y todo lo que hacen los camaradas (en La Habana) van en beneficio de todos".

Restrepo, que dice haber estudiado los procesos del IRA y de la organización independentista vasca española ETA, así como "las agresiones a Palestina", confía en que en Cuba surja pronto "una paz duradera" y aguarda "orientaciones" de sus jefes.

"Cuando ellos hablan es como cuando un padre empieza a hablar y entonces nosotros empezamos a entender qué es lo que está sucediendo en la casa", dijo.

Marulanda, que como su compañero no descarta hacer política sin armas, apuntó: "Nuestros líderes son los que deciden qué camino realmente tenemos que seguir".

Los delegados de las FARC en Cuba instaron en mayo a atender el mandato de la hoja de ruta de los diálogos sobre "la revisión de la situación de las personas privadas de la libertad, procesadas o condenadas, por pertenecer o colaborar con las FARC". Pero hasta ahora no ha habido pronunciamientos oficiales.