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GUILLERMO ALFONSO JARAMILLO

"Siempre he sido enemigo del narcotráfico"

7 de septiembre de 1998

GUILLERMO ALFONSO JARAMILLO ESTUVO varios años por fuera del país luego de renunciar a la gobernación del Tolima. Al regresar se unió con Alfonso Valdivieso y después con Andrés Pastrana. Cuando no hace política, vive de operar niños del corazón. SEMANA lo entrevistó.
SEMANA: Esta revista lo incluyó a usted por error en una lista de políticos que habían recibido cheques de empresas de fachada del cartel de Cali. ¿Ha tenido usted alguna relación con los miembros del cartel?
Guillermo Alfonso Jaramillo: Para mí fue una gran sorpresa el estar cuestionado de haber recibido dineros del narcotráfico, ya que siempre en mi vida pública he sido enemigo acérrimo del narcotráfico. No solamente asumiendo posiciones radicales en el Congreso de la República, sino también en la plaza pública. Y mi familia, la Jaramillo Martínez, siempre ha actuado radicalmente en contra del flagelo que ha azotado a la sociedad colombiana en los últimos años.
SEMANA: La Fiscalía dijo que no había ninguna investigación contra usted. Después se supo que se trataba de un homónimo.
G.A.J.: Por información aparecida en el diario Nuevo Día, de fechas 4 y 5 de agosto, el homónimo es Guillermo Jaramillo Acosta, director del Inat en el Tolima, esposo de Sara de Jaramillo, secretaria de toda la vida del ex senador y ex ministro Alberto Santofimio Botero, quien informó a ese diario que los cheques que se me atribuían a mí eran para el senador Santofimio y que habían sido recibidos por él en sus cuentas corrientes con destino a las campañas del senador.
SEMANA: Usted estuvo por fuera de la actividad política varios años. ¿Por qué y a qué se dedicó?
G.A.J.: Yo renuncié a la gobernación del Tolima en 1987 por problemas relacionados con la denuncia que se hizo de los grupos paramilitares en mi departamento, a los cuales tuve el carácter civil y patriótico de denunciar. Fui amenazado por estos grupos y en 1989 viajé a Suecia para iniciar una especialización en cirugía cardiovascular en Estocolmo. Hasta 1993 alterné mi posición de senador de la República y estudiante de cirugía cardiovascular.
SEMANA: ¿Mantuvo todo el tiempo esa doble posición?
G.A.J.: No. En 1993 renuncié al Senado, decepcionado en parte de la tarea en el Parlamento. No encontraba dentro de mi partido ningún aliciente. Yo me considero un socialdemócrata y mi partido se conservatizaba y aparecían cada día líderes que no eran representativos de un partido moderno y honesto. Por eso, antes de regresar al país hace dos años, renuncié públicamente ante más de 5.000 personas en una gran concentración que se me hizo para ofrecerme la candidatura a la gobernación del Tolima.
SEMANA: ¿Por qué no aceptó la candidatura?
G.A.J.: Porque quería apoyar a Alfonso Valdivieso en sus pretensiones presidenciales, por su labor moralizadora y por sus grandes resultados en contra del narcotráfico y el famoso proceso 8.000. Posteriormente acompañé, volviendo a la arena política en estos últimos meses, a la Gran Alianza por el Cambio, encabezada por Andrés Pastrana. Por eso fue tan extraño para mí el encontrarme en tan prestigiosa revista como es SEMANA al lado de quienes yo combatí y que el pueblo no desea.
SEMANA: ¿Y a qué se dedica en este momento?
G.A.J.: Actualmente soy jefe del departamento de cirugía cardiovascular pediátrica en la Fundación Cardiovascular del Oriente Colombiano, con sede en Floridablanca, Santander. Desde hace dos años hemos operado más de 600 niños del corazón y hemos atendido toda la región noroccidente de Colombia. Los resultados, que fueron presentados en el pasado congreso de cardiología, nos sitúan a niveles internacionales.