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'Calidoso' es recordado entre los estudiantes de la Universidad Javeriana por acompañarlos a cruzar el túnel bajo la carrera Séptima, frente a esa institución. | Foto: Archivo particular

BOGOTÁ

Los gritos desesperados del ‘Calidoso’

A Marco Sevillano, un habitante de calle, lo quemaron con gasolina y murió tras una larga agonía. Autoridades en alerta.

14 de mayo de 2014

El reloj marcaba las 4:05 a .m. cuando con los gritos del ‘Calidoso’ despertaron al ‘Rolo’, su compañero de cambuche. No era para menos porque, extrañamente, el cuerpo del ‘Calidoso’, envuelto en cobijas rotas y viejas, ardía en llamas sin causa aparente.

“‘Ayúdame, ayúdame’, era lo único que imploraba”, narró el dolido amigo a Semana.com, mientras describía el lugar en donde dormían, un humilde refugio ubicado en el caño del río Arzobispo a escasos pasos de la estación de Policía de la carrera 13 con calle 39, en el oriente de Bogotá.

Los estudiantes de la Universidad Javeriana llamaban a Marco Tulio Sevillano el ‘Calidoso’ porque, aparte de sonreír siempre, los acompañaba –en especial a las jóvenes- a tomar el bus o a atravesar el túnel bajo la carrera séptima. Otros lo llamaban ‘Calidad’, por su natal Cali, de dónde viajó en su adolescencia para buscarse mejor futuro sin saber que le esperaban las frías calles bogotanas.

El desespero era tal ese fatídico viernes 2 de mayo, que el ‘Rolo’ no tuvo otra alternativa que sacar agua del caño para apagar las llamas, que terminaron por afectar el 40 % del su cuerpo de la víctima, según informaron médicos del Hospital San Ignacio, a donde fue trasladado.

Pero él no fue la única víctima de este atroz ataque. Sus mascotas, una perra y dos gatos, tampoco lograron escapar del infierno que causaron una lluvia de combustible y una simple cerilla. Mientras fue trasladado en busca de socorro, ‘Calidoso’ no hizo sino preguntar por el estado de los animales. Nadie tuvo el corazón de decirle que habían muerto carbonizados.

Durante una semana, Sevillano permaneció aislado en la Unidad de Cuidados Intensivos. En ese período, con excepción de médicos y enfermeras, nadie fue a visitarlo. El lunes pasado una falla cardiorrespiratoria apagó su vida.

Enterado de lo sucedido, el secretario de Integración Social del Distrito, Jorge Rojas, repudió el hecho y manifestó que la hipótesis que viene tomando más fuerza es que detrás del ataque criminal estaría un grupo neonazi que acostumbra recorrer la séptima entre la noche y la madrugada.

Para el ‘Rolo’ hay otra posibilidad: una retaliación por parte de una barra brava de fútbol con la que habría discutido días atrás por defender a su equipo del alma, el Deportivo Cali. “Lo que pasa es que él les gritó ¡Que viva el Cali! y eso pudo haber despertado la ira de ellos”. La Fiscalía analiza además la posibilidad de que otro indigente lo haya atacado.

Lo único cierto hasta el momento es que el cuerpo sin vida del ‘Calidoso’ permanece en el Instituto Nacional de Medicina Legal a la espera de ser reclamado por sus familiares quienes estarían siendo buscados en Cali.

Mientras tanto, los estudiantes de la Universidad Javeriana adelantarán desde las 4:00 p. m. de este miércoles diferentes actos para recordar la memoria del hombre que tenía 50 años de edad. Natalia Peláez, quien se puso al frente de los eventos, señaló que harán un sepelio simbólico con velas y flores, leerán cuentos para despedirlo y pintarán retratos del ‘Calidoso’, en un intento de que su memoria no se desvanezca como si nada.

Si bien es cierto que el cuerpo fue trasladado a Medicina Legal, aún no se han establecido los móviles de este atroz crimen, por lo cual la Secretaría de Gobierno exigirá que se realicen las investigaciones pertinentes para poder llegar al fondo de este caso. El secretario de Gobierno, Hugo Ernesto Zárrate, confirmó que se convocó a la Fiscalía y a la Policía a una reunión para que se agilice la investigación y se determine la responsabilidad de este crimen.

Alarmadas por el trágico hecho, autoridades como la Defensoría del Pueblo encendieron las alarmas. Ante ello, el brigadier general Édgar Sánchez Morales, comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, informó que si bien las diligencias están en cabeza del CTI de la Fiscalía, la institución a su cargo ofrecerá una recompensa de hasta 20 millones de pesos por información.