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Al paredón con María Isabel

¿Habrá Ley de Justicia y Paz para Arellán, autor material del atentado contra El Nogal?

El comisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo, le contesta esta pregunta a María Isabel Rueda.

2 de octubre de 2005

M.I.R.: Lo sentí muy pesimista en una columna de 'El Espectador'?

L.C.R.: Pesimista no, realista. Hemos hecho un esfuerzo titánico y logrado lo imposible, la desmovilización de las autodefensas a buen ritmo y esperamos culminarla antes del 31 diciembre de este año. Pero hay una minoría selecta, con gran audiencia internacional, que está banalizando este proceso.

M.I.R.:¿Qué quiere decir por banalizar?

L.C.R.: Desprecio por las entregas de armas, insinuaciones de que es un espectáculo montado, sospechas de todo lo que se está haciendo? Este sector de la opinión está completamente centrado en los victimarios. Lo único que le interesa es ver esposados a Mancuso y a Báez, pero olvida la seguridad de las comunidades.

M.I.R.: Las comunidades deben sentirse seguras de que la guerrilla no volverá a ocupar los espacios de los paras?

L.C.R.: Hay que desmontar el paramilitarismo porque si no este será un Estado ilegítimo. La guerrilla acecha sobre estas comunidades y no existe el suficiente acompañamiento nacional e internacional para su protección. La seguridad democrática se está poniendo en juego. El gobierno optó por el camino más difícil, enfrentar simultáneamente a la guerrilla a la vez que desmoviliza el paramilitarismo. Pero si toda la sociedad no asume el riesgo, corremos el peligro de fracasar.

M.I.R.: ¿Por qué parece ir todo tan lento?

L.C.R.: Duramos dos años discutiendo la ley, y apenas se aprobó empezamos a recibir presiones nacionales e internacionales para que la hiciéramos efectiva de manera inmediata. Eso es un error. Se necesitan recursos que no hay, capacitar a los funcionarios, organizar a las víctimas? Esta es una ley única en el mundo, y tenemos que ir abriendo camino en su aplicación.

M.I.R.: Hay mucha gente recelosa del proceso porque cree que el narcotráfico se está legitimando. La revista 'Cambio', por ejemplo, menciona el caso concreto de un tal Eduardo Restrepo Victoria, alias el 'Socio', narcotraficante del Tolima, quien supuestamente compró la franquicia de 300 hombres y ahora negocia en Ralito?

L.C.R.: Falso. El primer asombrado al leer eso fui yo. O soy ciego y sordo, o el periodista tiene unas fuentes que no corresponden a la realidad.

M.I.R.: ¿Es cierto que Báez se le presentó armado y vestido de camuflado?

L.C.R.: Eso sí es cierto. En ese momento Báez no conocía el acuerdo de que todos se desarmaban ese día. Sencillamente fue y se cambió.

M.I.R.: ¿Es cierto que desmontaron el puesto de Policía de de Valencia por exigencia de los paras?

L.C.R.: Eso tampoco es cierto. Hemos reforzado la presencia de Policía en toda la zona, incluyendo a Valencia, por instrucciones del propio Presidente, a raíz de unas incursiones de las Farc.

M.I.R.: 'Cambio' también dice que 'don Berna' es el que manda allá?

L.C.R.: 'Don Berna' está bajo control de la Fuerza Pública, no tiene ningún mando. Sus estructuras se desmovilizaron en su totalidad.

M.I.R.: 11 de septiembre. Quinientos individuos concentrados en Valencia, para una reunión política con Rocío Arias? ¿Ese tipo de proselitismo se puede hacer?

L.C.R.: No tengo conocimiento de alguna reunión ilegal de Rocío Arias.

M.I.R.: Con todo respeto,¿ no será que usted está mal informado?

L.C.R.: O yo soy incompetente como funcionario, o las fuentes que manejan los periodistas no tienen nada que ver con la realidad. Es de ese tamaño.

M.I.R.: ¿Usted les cree a los paramilitares?

L.C.R.: Yo no me desgasto pensando en las intenciones de la gente. Creo en la coacción, combinada con la persuasión. El comportamiento es producto de una aplicación seria de la ley y de unas alternativas generosas para que las personas abandonen la ilegalidad. Estoy seguro de que el proceso está funcionando y de que el desmonte de la estructura paramilitar es real. Eso lo sabe Dios, testigo de todos mis actos, y las Farc, que están al acecho, tratando de penetrar los territorios que ellos han abandonado.

M.I.R.: Moreno de Caro acaba de decir que va a meter a Báez en sus listas. ¿Eso es posible?

L.C.R.: No tomo muy en serio lo que dice Moreno de Caro. Él es básicamente un senador mediático. El que tenga cargos pendientes con la justicia no puede acceder a cargos de representación popular. Creo que debe haber un análisis muy cuidadoso de los nombres que aspiran al Congreso. Me ha parecido especialmente bochornoso lo que está ocurriendo en Córdoba, una disputa entre un señor Andrés Angarita, protegido por Zulema Jattin, y el secretario de Salud de Córdoba, ambos acusándose mutuamente de influencias indebidas. La Fiscalía debería llamarlos de manera inmediata. Cualquier mínima queja sobre presión indebida a la libertad de los electores debe ser investigada.

M.I.R.: Otro tema que ha inquietado mucho a la opinión es el de los 38 reclusos de Cómbita, supuestos guerrilleros, que están pidiendo que se les apliquen los beneficios de la Ley de Justicia y Paz. Uno secuestró a dos niños, otro botó a un profesor por el Salto del Tequendama?

L.C.R.: Esos 38 reclusos deben colaborar activamente con las autoridades para esclarecer los hechos en los que estuvieron involucrados y reparar a las víctimas. Sólo después de eso se valorará si pueden recibir los beneficios judiciales.

M.I.R.:¿ No se suponía que la ley era para los que se desmovilizaran, y no para los capturados y condenados?

L.C.R.: La obsesión de la guerrilla es sacar a sus presos por el canje. Y con esa promesa del canje los domina ideológicamente. Por eso es tan positivo que este grupo de personas, muchos de ellos canjeables, diga que prefiere colaborar con el Estado. En todos los países del mundo existen los beneficios por colaboración. Este es el único país donde nos escandalizamos por eso. Ha habido más escándalo y poca comprensión de la importancia del paso político que están dando estas 38 personas, muchos de ellos comandantes de frentes de la guerrilla. Ellos quieren una alternativa con el Estado, y no esperar al día en el que la guerrilla los saque de ahí y los obligue a volver a sus filas.

M.I.R.: ¿El señor Arellán, importante autor material del atentado contra el club El Nogal, quien acaba de ser capturado, también puede obtener la rebaja de su pena si se acoge a la ley?

L.C.R.: En principio podría hacerlo, si cumple con los requisitos, que por cierto son bastante exigentes. Pero he recibido instrucciones precisas del señor Presidente, que no considera conveniente que el mencionado señor pueda acogerse a la ley. Por decisión presidencial, esa puerta está cerrada.

M.I.R.: ¿El paralítico que secuestró el avión de Aires, podría recibir más pena que guerrilleros y paras, por el sólo hecho de que no pertenece a una organización ilegal?

L.C.R.: Personalmente mi línea es la de la justicia restaurativa. No creo en las penas largas de cárcel. Ese es un viejo modelo de venganza. Toda la justicia colombiana se debería volcar hacia lo restaurativo. Es el camino de la resocialización efectiva. Lo pragmático, lo que se debatió en el Congreso, sin embargo, es que la ley sea para las organizaciones ilegales. En algún momento hasta se llegó a discutir, muy a soto voce, que también se debería incluir los militares, pero ellos mismos dijeron: "Ni se les ocurra meternos en eso". Yo en principio creí que sí, pero el alto mando militar considera que eso no va con el honor militar y que los que en esa condición han delinquido deben pagar la pena plena. Además, eso daría un mal mensaje internacional. Sin embargo, yo el modelo de justicia y paz lo haría extensivo a todo el Código Penal colombiano.

M.I.R.: No puedo despedirlo sin preguntarle por la protesta de nuestra Canciller contra el gobierno francés?

L.C.R.: Resulta asombroso que haya un facilitador francés que se reúna con la guerrilla pero que jamás se haya reunido con el gobierno. Nos hemos enterado de esas reuniones por los medios de comunicación, por filtraciones probablemente hechas por las propias Farc. Doña Yolanda Pulecio y el director de Voz, Carlos Lozano, se asombraron en privado cuando yo les informé que el gobierno colombiano no conocía de esos encuentros, pero lamentablemente en público nos atacan muy duro por la nota de protesta. He pedido conocer al facilitador francés, y no ha sido posible. Nunca hemos podido saber qué habla con las Farc. Y cuando le preguntamos a Francia sobre el asunto, nos contesta que no ha habido ningún avance. Me preocupa que el gobierno francés, de buena fe, pueda caer en el juego del grupo terrorista. Las cosas resultarían mejor si trabajáramos juntos.

M.I.R.: ¿Una última pregunta: le molesta que le digan el 'doctor ternura'?

L.C.R.: Para nada. Finalmente esa fue mi bandera vital durante muchos años, y en el fondo de mi corazón sigue siéndolo. Suena un poco chistoso y hasta ridículo, pero yo soy un amante de la vida, un cuidador de la vida. Lo que más valoro es una caricia. Si uno tiene quién lo acoja y quién lo abrace, todas las heridas se cierran. Eso es el doctor ternura.