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EN PLATA BLANCA

"Hay muchos militares investigados en un limbo"

El ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, habla de la decisión de la Corte Constitucional de tumbar la reforma al fuero militar.

María Jimena Duzán
26 de octubre de 2013

MARÍA JIMENA DUZÁN: ¿Lo tomó por sorpresa este fallo?  

JUAN CARLOS PINZÓN: Hay que acatar el fallo  y punto. Lo que sí me ha llamado la atención es que la Corte no haya hecho un debate de fondo y que se hubiera caído por un vicio de forma. Eso no me lo esperaba. 

M.J.D.: Uno de los magistrados que salvó el voto, Jorge Pretelt, en un inusual pronunciamiento ha salido a explicar su posición y ha dicho que ese vicio de forma es un invento…¿Alguna opinión? 

J.C.P.: No me corresponde a mí abrir ni participar en ese debate. Sí creo que se han dicho cosas que llaman la atención. Por ejemplo, que hubo simultaneidad en los debates. Pues ahí están las actas que demuestran que no es cierto. Segundo: que esta reforma se adelantó con la jurisprudencia con que se aprobó el marco jurídico de la paz, que sí pasó la revisión de la Corte. 

Sin embargo, en esta ocasión se cambió la jurisprudencia y a partir de un vicio nuevo, se tumbó la reforma.  El presidente no se metió en este tema porque hubiera una falencia de poca monta. Hay mucha gente investigada que está en un limbo. En las hostilidades, los militares actúan bajo los parámetros del Derecho Internacional Humanitario, pero cuando los investigan es bajo el prisma de los derechos humanos. Esta reforma sacaba a muchos militares del limbo en el que están ahora.
 
M.J.D.: Esta reforma ha sido criticada porque ampliaba el fuero. A pesar de que reconocía siete delitos que no podían ser juzgados por la justicia militar, dejaba a otros por fuera que sí podían llegar allá, como detención arbitraria, toma de rehenes, además de que la definición del delito de ejecuciones extrajudiciales contradecía la definición internacional…

J.C.P.: Esta reforma imponía lo contrario: excepciones y reglas que limitaban el uso de la fuerza. Pero, el pasado es pasado. Y el gobierno ha decidido seguir trabajando por la seguridad jurídica de los miembros de la fuerza pública porque eso contribuye a la de los colombianos.Y por eso vamos a presentar un proyecto de ley para crear el fondo que garantice la defensa de los militares. 

M.J.D.:¿Y cómo evitar que del bolsillo de los colombianos se pague la defensa de militares por delitos sin relación con actos del servicio? 

J.C.P.: Le aseguro que este fondo es para financiar a los militares investigados por actos del servicio en cumplimiento de sus deberes. No vamos a defender casos de violaciones, ni de corrupción, ni de actividad privada. 

M.J.D.: ¿Y quién va a tomar esa decisión?

J.C.P.: En el proyecto de ley se define muy bien las conductas excluidas y una comisión dentro del Ministerio de Defensa podrá determinar que otros casos quedan por fuera. Este proyecto busca que las personas de las Fuerzas Armadas que actúan legítimamente  se sientan acompañados y puedan cumpir bien con su deber. 

M.J.D.: ¿Van a volver a presentar la reforma?

J.C.P.: El tema es de tiempo. Si no nos alcanza lo haremos en una legislatura posterior.  Hay que reconocer que la Corte lo tumbó  por un tema de forma y en el fondo tal vez quiere señalar que podría estar de acuerdo.

M.J.D.: Usted ha dicho que el fuero que existe maniata a las Fuerzas Armadas contra las Farc. Sin embargo, con este fuero se produjeron los golpes más duros contra este grupo.

J.C.P.: El fuero existe desde la Constitución de 1886. Sin embargo, a finales de los noventa sentencias producto de decisiones judiciales hicieron que ese fuero no funcionara. Que quede claro que esta reforma se hizo por la inoperancia del fuero. Hoy a un miembro de las  Fuerzas Armadas, cuando se presenta un combate, no lo investiga la justicia militar sino la ordinaria. En conclusión: ¿Cuál es el fuero? Los grupos armados buscan convertir el marco de las operaciones militares en violaciones a los derechos humanos.  

M.J.D.: Las Fuerzas Armadas siempre han sido reacias a reconocer el Derecho Internacional Humanitario porque entre otras, obliga a reconocerles beligerancia a las Farc. Uribe durante ocho años negó que hubiera conflicto, requisito para regular la guerra. ¿De cuándo acá a las Fuerzas Armadas les gusta ahora el DIH? 

J.C.P.: Desde hace años, la Fuerzas Armadas están operando bajo el DIH. Además, somos firmantes de los convenios de Ginebra y de otros tratados que forman nuestro bloque de constitucionalidad. Pero le repito, a las Fuerzas Armadas no les aplican ese marco sino el de derechos humanos. A un hombre en un combate en el Caguán le aplican la misma normatividad que a uno que está cogiendo un atracador en la Séptima. 

M.J.D.: Pero ante esa situación, ¿cómo explican los golpes que les han asestado a las Farc?

J.C.P.: Pues le cuento que muchos de esos oficiales están hoy investigados.  

M.J.D.: ¿Y no existe la posibilidad de que hubiesen podido cometer delitos por fuera del servicio?

J.C.P.: Yo no digo que no haya que investigarlos. Pero deben serlo bajo un marco apropiado y de acuerdo con la normatividad en la que están actuando que es la del DIH. Ahí es donde se han presentado injusticias.   

M.J.D.: Según los críticos, la reforma abría una ventana para que los falsos positivos terminaran en la justicia penal militar. 

J.C.P.: Eso es falso. En ese debate quienes más participaron fueron el Polo Democrático y el Partido Liberal. Se aprobaron propuestas de distintos partidos y las mayorías que alcanzaron no las había tenido ningún proyecto. Además le recuerdo: los militares no redactaron esta reforma sino los mejores constitucionalistas del país, incluyendo el actual fiscal.  Esto no era una reforma sacada de los cuarteles para beneficiar a las Fuerzas Armadas. 

M.J.D.: ¿Esta reforma no fue concebida para tranquilizar a los militares y permitir que se abriera paso el proceso en La Habana? 

J.C.P.: No lo creo. El presidente conoce esta problemática. En cuanto al proceso ha sido muy explícito en que debe haber beneficios también para los miembros de las Fuerzas Armadas condenados en el marco del conflicto.   

M.J.D.: ¿Cree que si se firma la paz, esos militares van a pedir perdón y a resarcir a las víctimas para ser beneficiarios de una justicia transicional?

J.C.P.: Le soy franco: a ese nivel de detalle nunca se ha llegado. Ni se ha discutido aún.
 
M.J.D.: ¿Y no es contradictorio que se abra la ventana de un proceso de paz mientras se busque ampliar un fuero inspirado en las reglas del DIH que es un marco para regularizar la guerra?

J.C.P.:Las Fuerzas Armadas van a estar aquí siempre, aún cuando las Farc no existan. Y tienen que tener un marco apropiado para operar.  ¿Quién está pensando que cuando las Farc se acaben ya va a acabar el narcotráfico, la minería ilegal o la extorsión? El país necesita unas Fuerzas Armadas fuertes hoy, porque esta guerra aún no se ha acabado y porque hay que enfrentar el futuro. Necesitamos un marco que les permita operar con tranquilidad, pero con las restricciones del DIH. 

M.J.D.: Pero el DIH es un marco para la guerra no para la paz ni el posconflicto…

J.C.P: No se equivoque. Se persigue a las Farc no porque sea solo una guerrilla, o terrorista, o extorsionista. Sus acciones habilitan a la fuerza pública a actuar en el marco del DIH. El día de mañana habrá otros delitos y la fuerza pública debe proteger a la población civil. 

M.J.D.: En su revisión estratégica que se viene haciendo no hay ninguna variable que tenga que ver con el posconflicto…¿Por qué? 

J.C.P.: ¿Y qué hacemos con la gente de Tumaco?  Les decimos que estamos pensando en el posconflicto mientras las Farc se toman el casco urbano? ¿Qué le decimos a la gente del Catatumbo? Hoy trabajamos en tres tiempos. En el hoy: mientras haya terroristas las Fuerzas Armadas tienen que seguir elevando su capacidad. No de otra manera habrían perdido 47 cabecillas en tres años o el ELN,13, o las bacrim. casi todos sus jefes. Un segundo tiempo es la transición. Si alguna vez se firman acuerdos con las Farc, se va a seguir luchando contra la criminalidad mientras  se le permite a esta gente que entregue sus armas y se desmovilice. Y un tercer momento que es cuando ya todas estas amenazas desaparezcan. ¿Cómo van a ser las Fuerzas Armadas del futuro?  

M.J.D.: ¿Y cómo serían? 

J.C.P.: Tienen que ser fuertes. Porque hay que  mantener el control territorial para garantizar la paz. Hoy el 90 por ciento del país ya vive en posconflicto. Mire a Bogota, Medellin, Bucaramanga. En el 91 por ciento de los municipios no ha habido un atentado en tres años. Solo hay actividad en un 10 por ciento del territorio, sobre todo en las fronteras.  

M.J.D.: Eso por las Farc,… ¿y las bacrim? 

J.C.P.: Si mañana firman el ELN y las Farc ¿ese periodo se puede llamar posconflicto? Ahí están otros desafíos como las bacrim. Por eso necesitamos unas Fuerzas Armadas muy fuertes.
 
M.J.D.: ¿Lo que está diciendo es que en el posconflicto las Fuerzas Armadas deben crecer más en vez de dedicar dinero para la educación y salud? 

J.C.P.: Como mínimo deben ser igual de fuertes. Los países que han estado en conflicto han llegado a tener más del 5 por ciento del PIB en la guerra y en Colombia solo estamos en el 3,5 por ciento. Desmontar las Fuerzas Armadas sería un error histórico.

M.J.D.: ¿Y en qué tiempo ubica el proyecto de ley calificado por juristas como Yesid Reyes de ser una versión del estatuto de seguridad de Turbay? 

J.C.P.: Ese proyecto de ley busca luchar contra la criminalidad de hoy: el microtráfico, la extorsión, el bloqueo y la protesta violenta. Y castiga a las personas que participen en un acto vandálico y que afectan los derechos de las mayorías. Nunca a la protesta pacifica. 

M.J.D.: Si ese proyecto fuera ley, el dirigente César Pachón de Dignidad Papera estaría en la cárcel…

J.C.P.: No voy a entrar en si la gente tiene razones o no para protestar. Seguro que sí las tiene y esa es la democracia. Pero sí creo que ese debate se debe dar en el Congreso.