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| Foto: Diana Sánchez

ENTREVISTA

“Hay que preservar la legitimidad de la Justicia”

Humberto Sierra Porto, presidente de la Corte Interamericana, habla del escándalo de la Corte Constitucional, de la crisis de la Justicia y del proceso de paz.

25 de abril de 2015

Semana: Esta Semana la CIDH sesionó en Cartagena. Más de 5.000 personas se inscribieron para asistir. ¿A qué cree que se deba esa acogida?

Humberto Sierra:
La CIDH ha venido ganando protagonismo en los 20 países en los que tiene jurisdicción. Cada vez los más de 500 millones de ciudadanos exigen más justicia. En este caso particular creo que hay mayor interés por las complejidades que existen en la costa Atlántica en cuanto a la vigencia y eficacia de los derechos humanos.

Semana: ¿Por qué la corte sesiona en otros países?

H. S.: La corte tiene sus sesiones ordinarias en Costa Rica, pero como una estrategia de la OEA para que este organismo sea conocido se han establecido las visitas a otros países. La Convención Americana es una norma que es parte de la Constitución. Por eso es importantísimo lo que se hace en la corte. Lo que se dice de los derechos de los indígenas, afroamericanos, mujeres, discapacitados tiene aplicación efectiva en nuestros Estados.

Semana: ¿Qué hizo la corte en estos días?


H. S.: La corte enjuicia a los Estados y determina si deben responder internacionalmente por violar los derechos humanos. Esta Semana se discutieron casos sobre discriminación y VIH, responsabilidad médica y derechos de género.

Semana: Debe ser difícil intentar impartir fallos en un continente tan polarizado políticamente, muchas veces en contra de la misma justicia internacional como en Venezuela. ¿Comparte esa percepción?

H. S.: En Venezuela no tenemos competencia porque el Estado renunció al sistema interamericano hace un tiempo. Por eso no conocemos sus casos. La corte intenta mantenerse al margen de las tensiones tradicionales a nivel internacional y político. Las discusiones se dan más en la Comisión Interamericana porque ellos tienen la competencia de hacer estudios sobre cada uno de los países y hacen relatorías sobre los derechos humanos.

Semana: Pues esa comisión acaba de concederle medidas cautelares al líder venezolano Leopoldo López…

H. S.: Sí, las medidas cautelares son de conocimiento de la comisión.

Semana: Usted fue presidente de la Corte Constitucional colombiana. ¿Cómo vio la crisis que sacudió ese organismo?

H. S.: Han sido unos incidentes muy tristes y muy lamentables. Creo que podemos intentar extraer algunas enseñanzas. Una es que hay que estar muy atentos en la actuación personal, siempre son bienvenidas las cautelas. Por otra parte, el país debe ser muy cuidadoso en preservar la legitimidad integral de la Rama Judicial. Estos hechos puntuales no pueden conducirnos a un desconcierto general, a una deslegitimación de todo el aparato de administración de Justicia.

Semana: Pero la Rama Judicial, y en especial las altas cortes, han salido muy golpeadas de los distintos escándalos…

H. S.: La Rama Judicial tiene que ser preservada de igual forma que las Fuerzas Armadas de nuestro país. Abusos y excesos puntuales de nuestros policías y soldados no deben conducir a un descrédito de toda la institución. Con una lógica similar se debe actuar frente a la Justicia.

Semana: ¿Usted cree que la corte se repone de este episodio?

H. S.: El tiempo pondrá las cosas en su sitio. Pero hay que debatir y aprovechar, incluso las experiencias negativas, para tomar decisiones y fortalecer la institución. La Rama Judicial requiere de una constante fiscalización de la opinión pública y de los medios, esto ayuda mucho.

Semana: ¿Qué cree que se necesita para devolverle la credibilidad a la Justicia?

H. S.: En un sistema jurídico como el colombiano, basado en las decisiones judiciales, la confianza en la independencia y la objetividad es esencial. Un derecho que se funda cada vez más en la jurisprudencia requiere redoblar esfuerzos en resultados y pautas de comportamiento. Una regulación clara en materia de comisiones de servicio, viajes, horas efectivas de docencia y austeridad en eventos de la Rama, contribuirían mucho en mejorar la percepción del trabajo de nuestros jueces.

Semana: Pero es un tema más de gerencia, que de justicia.

H. S.: Puede que sí. Una rápida definición sobre el modelo de administración permitiría que la Rama Judicial funcionara de manera más estable. La actual sala administrativa vive en una situación de precariedad desde hace más de seis años. En esas condiciones es difícil que se trabaje en políticas de mediano o largo alcance.

Semana: Este año la Corte Constitucional ha debatido derechos polémicos como la adopción gay. Cuando usted fue magistrado lideró las discusiones para que las mujeres pudieran interrumpir voluntariamente su embarazo. ¿Le han llegado esos temas a la CIDH?

H. S: En la Corte Constitucional me correspondieron muchos casos relacionados con esta situación y, en general, de derechos sexuales y reproductivos de la mujer. Sin embargo, se trataron de decisiones colectivas en las que no existió protagonismo personal alguno. Ahora en la CIDH solo he participado en una solicitud de medida provisional contra el Estado en el caso de una mujer cuya vida corría peligro. En casos ordinarios por su duración ante la comisión es difícil que se pueda utilizar el sistema interamericano.

Semana: ¿Pero cree que llegarán?

H. S.: Cada vez llegarán más. Pero hay que anotar que en temas relativos a la dignidad humana como los de matrimonio de parejas del mismo sexo, o de interrupción del embarazo, las decisiones por lo general son tomadas por el órgano legislador, a diferencia del caso colombiano donde la principal responsabilidad ha caído en la jurisprudencia de la Corte Constitucional. Ahora, respecto a que esos casos lleguen a la CIDH, no debemos olvidar que el principal responsable de garantizar estos derechos es el Estado. La justicia interamericana solo opera de manera complementaria.

Semana: El viernes pasado en el marco de las sesiones en Cartagena hubo un gran foro sobre justicia transicional. ¿Cuáles creen que pueden ser las lecciones de los fallos de la Corte Interamericana para el proceso de paz?

H. S.:
La CIDH no está en Colombia para dar lecciones, ni para decir cómo se debe actuar. Las valoraciones del país sobre el Estado de derecho, o las opiniones sobre aspectos como el proceso de paz son funciones más cercanas al trabajo de la Comisión Interamericana.

Semana: Pero hace un tiempo su antecesor, Diego García Sayan dijo que el orden jurídico no puede ser un obstáculo para la paz. ¿Piensa lo mismo?


H. S.: Precisamente la Corte Interamericana lo que ha querido es enterarse del estado actual de la discusión sobre la aplicación de los estándares internacionales, en particular de los establecidos por nuestra corte. La convocatoria amplia, que cobijó al presidente de la República en la inauguración y la del procurador en la clausura, tiene el propósito de apreciar las distintas perspectivas que se tienen sobre el mismo propósito, la consecución de la paz.