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| Foto: Archivo particular

JUSTICIA

Traición y perdón: guerrilleros de Justicia y Paz piden tregua

Habla Hernando Buitrago, el segundo de la Teófilo Forero que se desmovilizó con honores después de pasar ocho días en una suite del Tequendama y de haberse volado del búnker. En nombre de 500 guerrilleros presos pide entrar a la JEP. Exclusivo.

13 de marzo de 2017

Al amanecer de la noche de brujas del 2004, Hernando Buitrago Marta, alias ‘Julián’, el segundo al mando de la temida columna Teófilo Forero de las FARC, puso a andar el plan que lo convirtió en el único hombre que ha logrado fugarse del búnker de la Fiscalía en Bogotá.

“No fue cosa del otro mundo, tuve un poco de suerte”, relata hoy desde la cárcel La Picota uno de los llamados a escribir la historia del baño de sangre de las FARC en Colombia y quien recorrió un camino difícil y casi de película para terminar poniéndole la cara a la justicia.

“Me puse una gorra azul y le puse CTI con papel y cinta. A una chaqueta azul que tenía le coloqué CTI, en la espalda también. Todo con el fin de que si de pronto alguien me veía se confundiera. Era cortar los pesados barrotes, con tiempo, poco a poco lo fui haciendo; levantar el vidrio blindado y la ventana era plegable pero estaba asegurada, muy asegurada, tuve que quitarle las grapas para abrirla”.

“No fue cosa del otro mundo, tuve un poco de suerte”, dice Buitrago sobre su fuga del búnker de la Fiscalía.



Salió de uno de los complejos más custodiados del país –según dice- sin extorsionar y sin que nadie lo ayudara. En cambio atribuye la fuga del año a un golpe de suerte que le dejó la celebración del 31 de octubre de los guardianes con sus familias.

“Detrás de toda esa tecnología, a pesar estar lleno de cámaras, los seres humanos se cansan de la rutina, el trabajo, los malos sueldos. Estaba casi seguro que en esta fuga estaba incluida mi vida, y me la jugué. Estar contra la pared hace que los seres humanos nos lancemos así sea por un abismo”.

No cayó a un abismo. Cayó a la esquina de la 50 con avenida Esperanza donde comenzó a vivir su último periodo en libertad, según relata, con apenas 20.000 pesos en el bolsillo. A la salida de la celda, dejó una carta dirigida al Fiscal General de la Nación expresándole que se iba por temor al traslado a una cárcel de máxima seguridad.

Estando en la calle, Buitrago se dio cuenta que no tenía escapatoria: era el principal objetivo militar de las FARC que lo acusaban de haber escapado de la organización robándose 7.000 millones de pesos. Era objetivo de las AUC que lo perseguían por ser un guerrillero de alto valor. Y con todo y el escándalo de la fuga del búnker su recaptura era un asunto de honor para el entonces presidente Álvaro Uribe que no tardó en reaccionar: “Que se pongan las pilas porque así es muy difícil trabajar!”.

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Después de combatir en el bando de las FARC, señalado de ser un torturador, alias ‘Julián‘ comenzó hace 17 años a pelear por su libertad. Su última jugada fue encabezar un grupo de 72 guerrilleros que solicitaron su libertad condicional inmediata, en el marco del acuerdo de paz con las FARC.

Sin embargo, el Tribunal Superior de Bogotá hace dos semanas les negó esta posibilidad, al considerar que su nombre hace parte de la lista de guerrilleros que se postularon a la Ley de Justicia y Paz. A este marco de justicia transicional, creado para los paramilitares y que estableció penas alternativas hasta de 8 años a cambio de verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición, se acogieron casi 500 guerrilleros de las FARC.

Para el tribunal, Buitrago no puede aspirar a beneficiarse de la Jurisdicción Especial para la Paz porque para el momento de la firma del nuevo acuerdo ya estaba desmovilizado, lo que quiere decir que no hacía parte de las FARC. Además –explica el fallo- la Ley de Justicia y Paz no pierde vigencia por la coexistencia de dos justicias transicionales.

“Quiero pedirle al Presidente Juan Manuel Santos en nombre de casi 500 guerrilleros en mi misma situación, que recuerde que la gran mayoría nos desmovilizamos cuando él era Ministro de Defensa del gobierno del expresidente Uribe por lo que él conoce la situación. Señor presidente: ¿Qué pasa con nosotros? ¿Cuáles es la razón por la que no podemos acceder a la nueva Jurisdicción Especial para la Paz?”

La fuga del búnker no es la única historia increíble con la justicia de la que es protagonista alias ‘Julián’.  Dos semanas más tarde, estando acorralado por su situación de seguridad y presionado por las amenazas contra su familia, inicia un acercamiento al gobierno de Álvaro Uribe Vélez para desmovilizarse a través de la Ley de Justicia y Paz.

"Mándelos a dormir a una ‘suite‘ del Hotel Tequendama. Si le ponen problema por la cuenta, yo la pago". Con esta frase el expresidente Uribe desafió todos los cuestionamientos alrededor de la desmovilización de quien se había volado del búnker de la Fiscalía. Uribe lo recibió con honores en la Casa de Nariño y se cumplió su estadía de una semana en el lujoso hotel de Bogotá. 

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“Me dijeron que Uribe me daba la oportunidad por lo menos de presentarme ante la justicia y de resolver mi situación", explicó ‘Julián‘ a Semana.com, quien confirmó que estuvo ocho días hospedado en una suite, custodiado por 10 policías en el piso de su habitación y otros diez ubicados en el primer piso. 

"Me decían que por seguridad. Pero mentira, yo sabía que estaba detenido. Hasta que el personal administrativo del hotel se incomodó”. De esta manera, la mano derecha de Hernán Darío Velásquez Saldarriaga, ‘El Paisa’, fue trasladado sin esposas rumbo a la Dijín una vez terminó su estadía en el centro de la ciudad.

Así volvió a la cárcel alias ‘Julián‘, a quien se le señalaba de ser el ‘torturador‘ de la Teófilo Forero de las Farc. Por su jefe, ‘El Paisa‘, el gobierno llegó a ofrecer una recompensa de 1.300 millones de pesos como el capo más importante de las FARC y uno de los hombres más sanguinarios de la guerra en Colombia.

“El Paisa es un excelente ser humano. Tuvimos una buena amistad de muchos años. Yo creo que la vida militar nos vuelve prepotentes, nos endiosa, nos vuelve únicos, todos pasamos por esta etapa. Pero es una excelente persona. No lo veo en muchos espacios porque no tiene buena relación con los periodistas. No lo veo en la política, no le gusta la política. Lo veo buscando la paz. Yo diría que ellos comenzaron a recorrer el camino espinoso que nosotros ya recorrimos”.

"La vida militar nos vuelve prepotentes, nos endiosa, nos vuelve únicos", dice alias "Julián".



-¿Por qué un carro bomba como el del Club El Nogal?

“Desconozco totalmente qué pasó en el Club El Nogal, su planeación, quién lo hizo, lo desconozco. Sí quiero decirle que hacia 1999 o 2000, el ‘Mono Jojoy’ ya sabía y me hizo un comentario: que Salvatore Mancuso era quien cuadraba reuniones dentro de ese club. Es todo lo que sé”.

Según la versión de Buitrago, que por su cercanía con el Secretariado de las FARC puede conocer varios de los secretos mejor guardados por la organización, la columna Teófilo Forero existía para garantizar la seguridad de los más altos mandos de la guerrilla.

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“Puedo decir con seguridad que la Teófilo no está inmersa en narcotráfico, y de hecho por eso nos tocó meternos en delitos más graves como el secuestro, en San Vicente, en Huila. Muchas responsabilidades teníamos que surtirlas con eso por no tener un área de grandes extensiones de cultivos de coca, ni de laboratorios, ni nada parecido. Lo que pasa es que el Yarí tenía un pasado, tenía una historia de narcotráfico, pero esa historia la dejó Rodríguez Gacha, estuvo Leonidas Vargas, ellos tenían propiedades en el Yarí, todo ese historial, los medios nos acomodaron esas actividades a nosotros pero la realidad es que nada que ver con eso”.

La persecución de décadas contra esta estructura guerrillera contradice esta versión. Para cualquier autoridad, esta columna no solo es la responsable del tráfico de las mayores cantidades de droga vinculadas a las FARC sino que les atribuyen crímenes que sacudieron al país: el asesinato a sangre fría de los 11 diputados del Valle después de años de cautiverio; el ataque de las Farc a El Billar (Caquetá) en el que 64 soldados murieron, 19 resultaron heridos y 43 fueron secuestrados; el asesinato de la familia Turbay Cote, en el año 2000; la toma al edificio Miraflores, en Neiva, que dejó 15 personas secuestradas; el asesinato de seis concejales en Puerto Rico (Caquetá). La lista del baño de sangre es larga.

“Hubo dos momentos fuertes con las víctimas. Cuando estuve, no frente a frente pero sí de manera virtual, a la viuda del concejal Miller Polanco y cuando acepté un secuestro en Puerto Rico (Caquetá). Son dos momentos muy fuertes para los que nadie está preparado, para enfrentar a una víctima sobre todo si pedir perdón se hace con el corazón. Es un momento muy conmovedor”.

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Doble traición

La historia que cuenta Buitrago es que su responsabilidad en la organización se limitaba a abastecer a “Manuel Marulanda”, al ‘El Mono Jojoy’ y a otros miembros del secretariado. No tenía el poder de manejar grandes sumas de dinero. Sin embargo, la versión al interior de las FARC y la persecución que emprendieron en su contra, que incluso dejó varios de sus hombres de confianza muertos, es que ‘Julián‘ se voló con plata de la organización. Si hubiera caído en manos de la guerrilla habría sido fusilado de inmediato.

Desde La Picota, Buitrago desmiente esta versión: “Me vi obligado por algunas circunstancias que se presentaron a abandonar las filas, una situación de esas que en la vida usted quisiera mejor no ver, me enteré de algunas cosas delicadas que estaba haciendo uno de los jefes inmediatos que era comandante del bloque sur y no me quedó otra alternativa. No pude hablar con Marulanda, con el Mono, pese a que tenía una excelente amistad con ellos. No era ético dar a conocer ese problema. Me vi forzado a retirarme”.

En cuanto llega a Bogotá –dice- se pone en contacto con ‘Raúl Reyes’, quien lo conocía por haber estado varios años a su lado como su radio operador. Trató de arreglar su situación para que volviera a las FARC y se sometiera a consejo de guerra en el que se le respetara la vida.

Sin embargo, cuando ‘Reyes’ adelantaba las gestiones para presentarlo ante otro bloque donde pudiera continuar, ocurrió la Operación Fénix, en la que el jefe guerrillero fue abatido en la frontera con Ecuador. Según ‘Julián’, la razón por la que huye de las FARC será un secreto que se llevará a la tumba.

“Yo no estoy en contra ni ninguno de los desmovilizados, los de Justicia y Paz no estamos en contra del proceso de paz. Todos queremos la paz, la reconciliación. Si en algún momento se me trata de traidor será por haber reconocido los hechos que estaban bajo mi responsabilidad ante la justicia. He aceptado y reconocido mis errores”.

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Además de su dudosa salida de las FARC, Buitrago hace parte del grupo de 500 guerrilleros que son considerados traidores por haberse acogido a la Ley de Justicia y Paz, que supone un acuerdo de delación de la verdad de lo ocurrido en el conflicto a cambio de beneficios. Para este grupo que está en la cárcel, la Ley de Justicia y Paz pasó de ser una alternativa a un castigo.

Explica, por ejemplo, que en su momento, cuando se acogieron a los beneficios, había guerrilleros que llevaban 12, 15 hasta 20 años en la cárcel. Sin embargo, el tiempo de cumplimiento para la pena alternativa solo se toma a partir de la postulación: “no nos valieron el tiempo que llevábamos presos".

“Consideramos que al acogernos a la Ley respondimos por todos nuestros actos. Les estamos respondiendo a las víctimas, a sus necesidades, a la reparación, estamos diciendo la verdad al país. No veo nada distinto a lo que hay en la JEP. Y si de interpretaciones se trata me gustaría escuchar en este momento qué opinión tiene "Simón Trinidad" o "Iván Vargas" que están pagando largas penas en Estados Unidos ¿qué entienden ellos como traición? Porque nosotros quizá el único delito que tenemos es habernos acogido a programas del gobierno y haber confesado la verdad. No somos nosotros los que entregamos la organización”.

Buitrago insiste que si sus antiguos compañeros y jefes, entre los que también están Iván Márquez, Joaquín Gómez, Timoleón Jiménez, pudieron reconciliarse con su enemigo número uno: el Ejército, la Policía y el Gobierno ¿por qué no quieren reconciliación con excompañeros que están en Justicia y Paz? Alegan además que Justicia y Paz dejó explícito que por principio de favorabilidad se puede acoger a la jurisdicción que más les beneficie. 

Esta semana, cuando se termina el último debate de la JEP en el Congreso, el exguerrillero, protagonista de crudas y cinematográficos escenas de la guerra de las FARC, pide pista para aterrizar en el Acuerdo de Paz que firmó el gobierno con la guerrilla a la que alguna vez perteneció y que hoy lo considera un traidor.