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GUERRILLA

Historias estremecedoras de las víctimas sexuales de las FARC

Semana.com revela en exclusiva los testimonios de mujeres civiles que fueron violadas por las FARC.

25 de julio de 2015

“Violaron desde mi abuela de 70 años hasta mi sobrinita de 9”

Llegaron unos señores que eran de las Farc. Venían a pie y eran bastantes. Rodearon toda la finca. Llevaban botas de caucho e iban con uniformes como los del Ejército pero con unos brazaletes con la bandera de Colombia. Cuando entraron a la casa, uno de esos señores le dijo a mi abuela que se metiera a un cuarto de la finca que tenía algo que decirle. Yo me quedé en la cocina cuando llegó uno de ellos y me dijo que también fuera al cuarto. Me metí y había unos hombres. Cuando entré vi a mi mamá, que tenía 47 años, mi tía, de 40, mis dos hermanas de 28 y 26 años, y mi abuela, de 70 años, todas desnudas. Yo tenía 24 años. Cuando mi mamá me vio les pidió que no me hicieran nada y todas empezamos a gritar. Nos dijeron que si no nos callábamos también iban a traer a mi sobrina de 9 años. Por la gritería a todas nos amordazaron y amarraron las manos. Ahí nos empezaron a violar a todas delante de todas, incluida mi sobrinita. Nos tuvieron ahí encerradas como tres horas hasta que se fueron”.

“Yo escuchaba los gritos de mi hija”

Yo tenía ocho meses de embarazo de mi tercer hijo. Vivía con mi hermana, su esposo y sus dos hijos en una vereda de Norte de Santander. Cuando llegaron cinco hombres vestidos de camuflado que tenían brazaletes de las Farc yo estaba sola con mi hija de 14 años. Nos dijeron que les hiciéramos almuerzo. Después de cocinarles me llevaron a una pieza y empezaron a desnudarme. Como me resistí me golpearon y ya no pude resistir. Dos de ellos me violaron. Lo peor es que yo escuchaba los gritos de mi hija que la estaban violando los otros tres en la pieza del lado”.

“Por dos días abusaron de mí por turnos”

Yo estaba sola en mi casa en una vereda de un municipio de Antioquia. Como a mediodía llegaron cinco hombres uniformados y encapuchados. Tres de ellos me cogieron a golpes y me empezaron a violar por turnos en el piso de la cocina. Cuando acabaron me dijeron que iban a volver porque habían quedado faltando los otros dos compañeros de ellos y ya tenían que irse. A los ocho días volvieron los mismos cinco hombres y me sacaron de la casa y me llevaron hasta una enramada. Ahí comenzaron, me violaron los dos que no alcanzaron la primera vez. Me tuvieron dos días en ese lugar en donde abusaron de mí por turnos hasta que se fueron y me dejaron tirada. Yo me fui de la vereda, no volví a mi casa, dejé todo tirado y terminé desplazada”.

“Por lo que me hicieron perdí a mi bebé”


Eso fue un 20 de noviembre. Nunca se me va a olvidar esa fecha. Yo estaba en un rancho en un caserío de Arauca. Era de noche y estaba durmiendo con mi esposo cuando llegaron cuatro guerrilleros, vestidos de civil, gritando el nombre de mi esposo. Él salió a ver qué pasaba y de una vez le comienzan a pegar y lo tiran al piso en donde le dan patadas y le pegan con los fusiles sin decir nada. Yo salí a ver qué le estaban haciendo. No me podía mover mucho porque tenía seis meses de embarazo y había sido complicado. Cuando salí uno de ellos me coge del pelo y me tira al suelo al lado de donde le estaban pegando a mi esposo. Uno me coge las manos y el otro sacó una pistola y me dijo que me quedara quieta. Me empezó a quitar la ropa y comenzó a violarme. Hacían que mi esposo mirara todo. En ese momento mi hijo de 10 años salió llorando y les pedía que no me mataran ni al papá. Otro de ellos lo cogió y lo puso a mirar. Cuando el que era el jefe terminó de violarme, se paró y le dio dos tiros en la cara a mi marido y se fueron. Yo estaba sangrando mucho por la vagina y no podía casi moverme. Mi niño les avisó a unos vecinos y me llevaron al hospital. Me tuvieron que hacer un legrado y perdí a mi bebé”.

“Todo fue delante de mi compañero”


Yo era líder indígena en Cauca, y en 2005 nos tocó salir de la casa unos días porque donde vivíamos había combates entre las Farc y el Ejército. Cuando volvimos con mi compañero y mis dos hijos vimos que en la casa estaban viviendo como diez guerrilleros de las Farc. Cuando mi compañero les reclamó por estar ahí, el que estaba de jefe le dijo que él era comandante y que se iban a quedar el tiempo que les diera la gana. Al rato llegó un carro con mucha comida y la descargaron. Se iban a quedar muchos días. Mi compañero le volvió a reclamar al jefe. Le comenzó a pegar con la cacha de la pistola. Cuando estaba tirado me cogió a mí del pelo y me puso la pistola en la cabeza y me hizo que le practicara sexo oral. Después me violó delante de mi compañero y mis hijos. Nosotros nos fuimos desplazados por los lados de la capital. Mi esposo no superó el tema y me abandonó con mis hijos”.

“La niña de 12 años quedó embarazada”

Yo tenía 32 años y vivía sola con mis tres hijas de 10, 12 y 15 años en Caquetá. Llegaron cuatro hombres con fusiles y me empezaron a insultar diciendo que yo era amiga de los paras. Me empezaron a pegar delante de mis hijas que estaban llorando. Como ellas no se callaban, el que iba al mando les dijo que les iba a dar razones para llorar de verdad. Me empezó a violar delante de ellas. Y los que iban con él cogieron a cada una de mis niñas y las comenzaron a violar también delante de mí. La niña de 12 años quedó embarazada. Ellos se enteraron y volvieron cuando estaba por parir y se la llevaron. Cuando nació el bebé se lo quitaron y a ella la dejaron tirada”.

“Abusaron de mi mamá y la mataron”


La guerrilla en Bolívar había matado a mi papá y a mi mamá, porque no quisieron que se llevaran para el monte a una de mis hermanas. Los llevaron a una cancha de fútbol abandonada y a mi papá le pegaron dos tiros en la cara. Mi mamá tenía seis meses de embarazo y delante de mí y de mis tres hermanas la violaron para que nosotras viéramos. Cuando acabaron le dieron unas puñaladas en la barriga y la mataron. Ahí se llevaron a una de mis hermanas. Mis otras dos hermanas y yo nos fuimos del pueblo. Pero siempre trataba de averiguar qué le había pasado a mi otra hermana que se llevaron y puse las denuncias. Yo trabajaba de empleada doméstica en una ciudad de la costa. Cuando iba para la casa dos milicianos me cogieron, me dijeron “sabemos que usted es la hermana de fulanita. No pregunte más”. Me llevaron a un potrero y los dos me violaron. Cuando se iban a ir me dijeron que si seguía buscándola iban a volver y me violaban otra vez”.

“Me atacaron diez guerrilleros”


Yo vivía en uno de los corregimientos de Medio San Juan en el Chocó. Yo ejercía la agricultura en una parcelita que tenía. Yo tuve familiares que prestaron servicio en el Ejército y la Policía. Y de un momento a otro la gente del pueblo me comenzó a decir que la guerrilla me estaba buscando. Yo no sabía por qué o para qué hasta que un día me llegaron a la finca y comenzaron a insultarme, pegarme y preguntarme por mis familiares de los que yo ni siquiera sabía dónde estaban porque hacía rato habían acabado el servicio. Me hacían cocinarles y a veces me robaban los animalitos y la remesa. Fueron varias veces con lo mismo hasta que un día volvieron y después de cocinarles a todos me violaron los diez que estaban ahí. Cuando se fueron me dijeron que si no me iba al otro día me hacían lo mismo otra vez. Me tocó salir y dejar todo tirado”.