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Humo blanco

Tras un tira y afloje sobre la reforma política la semana pasada hubo más acuerdos que diferencias entre el gobierno y las bancadas del Congreso.

9 de septiembre de 2002

La posibilidad de un acuerdo entre el presidente Alvaro Uribe y la bancada liberal oficialista sobre el contenido del 'Referendo contra la corrupción y la politiquería' era una posibilidad lejana. Los senadores serpistas estaban a la expectativa ya que la actitud conciliadora del ministro del Interior y Justicia, Fernando Londoño Hoyos, en su primera comparecencia al Congreso de la República, fue una verdadera sorpresa. A diferencia de lo que esperaban, el Ministro no atacó a los parlamentarios y dejó la revocatoria, uno de los puntos de choque entre Congreso y gobierno, como una posibilidad.

Los liberales oficialistas habían lanzado la idea de un gran acuerdo nacional para sacar adelante el trámite de las reformas al sistema político. Sin embargo el balance de su reunión con Uribe no fue muy positivo. Tanto el gobierno como los grupos minoritarios mostraron sus cartas. Para el Presidente la reducción del número de congresistas, la conformación de un Parlamento unicameral y la revocatoria del mandato del Legislativo eran temas del referendo que se mantenían mientras que los representantes del Partido Liberal defendían las dos cámaras, la lista única, un estatuto para las bancadas, un umbral más alto y que la posibilidad de la revocatoria fuera eliminada de la discusión.

Con este ambiente enrarecido se encontraron los ponentes del referendo con el ministro Londoño el pasado viernes en el club El Nogal. Sin embargo, al caer la tarde, la reunión terminó en un ambiente de cordialidad. Las nubes negras de principios de la semana dieron paso a un humo blanco en muchos de los temas más controvertidos. Para el senador liberal oficialista Andrés González, "es muy positivo que la reforma esté precedida de un acuerdo político nacional en el que participen todos los sectores".

Tras el acuerdo nacional

Varios puntos quedaron en claro para los ponentes del proyecto. En primer lugar, no habrá revocatoria del actual Congreso y la propuesta del unicameralismo está enterrada. Lo que sí se acordó fue la reducción de un 20 por ciento del número de congresistas a partir de 2006. Por otra parte, el gobierno aceptó que el referendo sea acompañado del trámite de un acto legislativo, radicado por los liberales oficialistas, y de otras leyes que traten sobre financiación de campañas. En palabras del representante Armando Benedetti, "esto garantiza que la reforma política sea una reforma integral que agrupe los temas más importantes".

Las distintas bancadas aprobaron la introducción de un umbral, aunque el gobierno y los conservadores quieren el 2 por ciento, los independientes el 1,5 por ciento mientras que los liberales proponen el 3 por ciento. En lo que sí estuvieron de acuerdo fue en que sería progresivo.

No obstante los representantes liberales oficialistas insisten en la inclusión de medidas de fortalecimiento de los partidos políticos en el referendo que se someterá al voto de los colombianos. Asimismo, el control a los avales y el funcionamiento de las bancadas también entraron a la discusión para ser tramitados por el Congreso.

No hubo temas vedados. Los ponentes acordaron la supresión de los dos artículos constitucionales que dan vida a la Comisión Nacional de Televisión. La propuesta de los senadores uribistas Rafael Pardo y Claudia Blum y la representante Gina Parody sobre la elección del alcalde mayor de Bogotá comenzó a tener acogida. Como lo reveló SEMANA, de ser aprobadas estas reformas locales, el sistema político bogotano se convertiría en parlamentario al ser elegido burgomaestre la cabeza de la lista más votada. Según algunos asistentes la medida está siendo discutida para aplicarse para las gobernaciones y el resto de municipios. "La idea está recogiendo un consenso importante", dijo uno de los representantes de la capital.

En general, la posibilidad de un acuerdo político para un trámite ágil de las reformas políticas salió fortalecida de la reunión del viernes. "No hubo vencedores ni vencidos. Lo importante es el entendimiento entre el gobierno y las distintas bancadas políticas", afirmó el senador liberal José Renán Trujillo.

¿Y ahora que viene?

No deja de sorprender que las relaciones entre el gobierno y el liberalismo oficialista cambien de un día para otro. En la noche del jueves el ex candidato presidencial Horacio Serpa calificó de precario el referendo propuesto por el presidente Uribe. No obstante, la actitud conciliadora del ministro Londoño ante los ponentes del proyecto, que en resumidas cuentas son quienes deciden, disipó muchas de las críticas y el camino para la reforma política parece hoy más despejado que nunca.

En la próxima semana los ponentes entrarán a consultas con el resto de miembros de sus respectivas bancadas y volverán a reunirse este jueves. Será una prueba de fuego a la "cooperación constructiva con independencia crítica" que ha sido el estilo de las relaciones que la dirigencia del liberalismo ha planteado con la administración Uribe. Queda la duda si el resto del serpismo acepta los acuerdos a los que llegaron sus representantes en las comisiones primeras de Senado y Cámara.

De todas maneras el acuerdo entre los grupos políticos del Congreso para tramitar una reforma política está de un pelo. El gobierno asumió una actitud abierta para discutir todos los temas del referendo y eso se reflejó en los acuerdos en puntos tan espinosos como el bicameralismo, la revocatoria y la fecha de elecciones.

Sin embargo, como en todo acuerdo, la clave está en mantener la palabra. Es importante que el presidente Uribe respalde las decisiones a las que llegó el ministro Londoño con los congresistas y que, a su vez, las bancadas parlamentarias respeten los puntos en los que ya hay una postura concertada. Es el primer paso en unas relaciones entre el Congreso y el gobierno que empezaron mal pero que están mejorando. La confianza mutua de este episodio podría repetirse con otros proyectos clave para el gobierno y en los que el Congreso no está de acuerdo, como las reformas tributaria, pensional y laboral.