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Alejandro Gaviria | Foto: SEMANA

SALUD

Imatinib a punto de ser declarado de interés público

La negociación entre Novartis y el Ministerio de Salud, para llegar a un acuerdo sobre el precio del medicamento que trata cáncer, se disolvió. El Gobierno toma medidas.

9 de junio de 2016

La tensa batalla jurídica que libra el Ministerio de Salud y la multinacional suiza Novartis está a punto de llegar a su fin. Tras dos semanas de negociación, para llegar a un acuerdo sobre el precio del Imatinib –un medicamento que trata el cáncer-, las partes agotaron el diálogo y la posibilidad de llegar a un consenso.

Durante el Foro Farmacéutico de la ANDI, que se celebró este jueves en Cartagena, el jefe de la cartera anunció que sigue en marcha las sugerencias del comité de expertos, y por ende, el plan para declarar el medicamento de "interés público".

"Estamos perfeccionando el acto administrativo y pensando en hacer una declaración de interés público con fines de una fijación de precios y no con fines de licencia obligatoria", dijo Gaviria.

Por ahora, la medida sólo contempla una regulación del valor del medicamento para tratar el cáncer y no de suprimir la exclusividad que desde el 2012 conserva Norvartis. Aun así, la decisión representa un duro golpe a las finanzas de la multinacional.

Actualmente, el medicamento cuesta 700 pesos el miligramo, y el Gobierno sugiere reducirlo a un costo de 140 pesos. El pronunciado ajuste que se propone toma relevancia si se tiene en cuenta que el tratamiento anual por paciente cuesta alrededor de 60 millones de pesos.

Es decir, "el país generó a Norvartis ingresos por $400.000 millones entre el 2008 y el 2014, sólo por este fármaco", advierte Germán Manga, docente de la Universidad Externado.

En ese sentido, no van a cambiar las reglas del juego y las puertas siguen cerradas para otras empresas que aspiraban competir en el mercado, reconociéndole a Norvartis regalías por la patente.

Así pues, tan pronto el Gobierno declare el interés público, "habrá una fijación unilateral del precio. Es decir, una reducción que fijará la Comisión Nacional de Precios de Medicamentos y Dispositivos", agregó el jefe de la cartera.

La manzana de la discordia entre Novartis y el Ministerio de Salud es una "superdroga" que revolucionó los tratamientos contra el cáncer: ataca las células malas sin afectar las sanas. En lugar de atacar indiscriminadamente todas las células como sucede con las terapias convencionales, este medicamento tiene un objetivo específico.

Aunque hasta ahora no se ha tomado una decisión de fondo, se vuelve a calentar el debate por la suerte que corren los negocios en Colombia de la farmacéutica, una vez el Gobierno decida fijar el precio a través del histórico acto administrativo.

Novartis, por su parte, ha sostenido que una declaratoria de interés público es una herramienta "legítima que sólo debe ser utilizada en casos excepcionales". Sin embargo, con insistencia ha advertido que no aplica en este caso.

"No procede en este caso particular dado que su precio ha sido controlado por el Gobierno en tres ocasiones, hay competencia en el mercado -hay cuatro compañías que comercializan este principio activo adicionales a Glivec-, no existe riesgo de desabastecimiento, ni evidencia de problemas de acceso, ya que el medicamento está incluido en el POS", advierte la empresa en un comunicado.

Pero el ministro Gaviria no está sólo en esa lucha. Alrededor de un centenar de abogados, economistas y académicos reconocidos internacionalmente en el campo de la propiedad intelectual enviaron hace unos meses una carta al presidente Juan Manuel Santos, en la que expresan su apoyo al ministro de Salud para expedir licencias y lograr que entren genéricos de la molécula al mercado colombiano.