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En audio: sicario pidió un Xbox One a cambio de no matar a una familia

Grabaciones revelan cómo un estudiante de medicina contrató a una red de sicarios para asesinar a sus padres y a su hermana. Uno de los hombres puso en evidencia el plan al intentar extorsionar a la familia a cambio de 4 millones de pesos y una consola de video. Policía frustró el crimen.

27 de abril de 2017

En Chinchiná, Caldas, un joven de 18 años fue capturado por el Gaula de la Policía cuando se disponía a dormir a su familia con un poderoso narcótico para que los rematara un sicario con el que tenía negocios.

En esta macabra historia, Felipe es el hijo menor de una familia de clase media acomodada caldense dedicada al negocio de transportes. Creció en un ámbito común con una hermana profesional en derecho y unos padres que al parecer nunca lo maltrataron durante su infancia e, incluso, lo apoyaron en su decisión de cambiar de carrera de ingeniería a medicina, sin saber que un día intentaría asesinarlos a todos.

El 5 de noviembre pasado, Felipe había realizado un primer atentado sin éxito en contra de su padre; en esa ocasión fue capturado el asesino a sueldo. Desde entonces, era un enigma para la familia los motivos de aquella acción criminal en la que el padre recibió cuatro balazos. Con las investigaciones rondando, Felipe decidió acelerar la segunda etapa del plan que consistió en contactar a la banda delincuencial de ‘los Picasos‘ de Medellín, para que le ayudaran a cumplir su objetivo de quedarse con la herencia familiar.

Una conversación interceptada por las autoridades revela la existencia de un acuerdo entre Felipe y un segundo sicario que fue contratado; en ella se pone a disposición la red de asesinos de la que disponen estas pandillas (escuche audio):

Sicario: Oiga mijo, esto se vino encima, ¿entonces qué? ¿cómo va a ser la vuelta pa‘ mañana? Dígame cómo los vamos a matar, ¿o qué? Pero usted sabe que tiene es que llorar, mejor dicho como hizo con su papá.
Felipe: (Audio inaudible)… ¡Relájese!
Sicario: Usted sabe que mañana es viernes santo y usted sabe que hay más de uno que se tira la chorrera. Entonces yo voy a subir con estos chinos, ¿usted cuándo nos da la plata?
Felipe: (Audio inaudible)…. Si todo sale como es, en un mes.
Sicario: ¿Un mes? Pero entonces cuánto nos baja, porque es que también hemos perdido tiempo, mijo. Y otra cosa, el man de la cárcel ¿qué? Usted sabe que a ese man también hay que darle bala. […] yo ya tengo el parcero en la cárcel mijo, si no es que usted me diga cuánto va a dar y lo cascamos.
Felipe: Sí, claro… (inaudible) […] pero por el momento lo más importante es que los maten todos.



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En ese momento de la conversación, el sicario le recomendó a Felipe usar tramadol o escopolamina para poder realizar la masacre con más tranquilidad. Pero el cuento no acaba allí.

De acuerdo con el trabajo de inteligencia de la Policía, Felipe no solo había intentado asesinar a los miembros de su familia y a su cuñado. En febrero anterior había empleado a otro matón para acabar con la vida de un hombre conocido como alias ‘Ratón‘, con quien tuvo en algún momento diferencias personales.

Y aunque el caso no pareció tener relación con el atentado en contra de su padre en su momento, luego se aclaró que el joven había contratado a ambos servicios en la ciudad de Medellín con una promesa de pago que hasta ahora no ha cumplido. Y menos ahora, después de la imputación efectiva de delitos de homicidio y tentativa agravada de homicidio que se presentarán en su contra.

Esta modalidad de contratar sicarios en Medellín para que cometan crímenes en otras ciudades no es nueva. En este caso que está siendo judicializado, el tétrico plan quedó al descubierto por cuenta de Víctor C., el segundo sicario contratado y quien habla en el audio. Este trató de chantajear a la familia de Felipe para que le pagaran 4 millones de pesos y una consola de Xbox one por no cometer el crimen previsto para viernes santo.

Más allá de la historia inverosímil en la que se vieron involucrados la familia de Felipe y dos sicarios diferentes; para el director nacional del Gaula de la Policía, el general Fernando Murillo, el caso es representativo de la descomposición social que opera en la sociedad colombiana. Contratar a un sicario para matar a sus padres y que este se atreva a anunciar la muerte a sus víctimas y extorsionarlos a cambio de la promesa de no asesinarlos, es sencillamente un acto deleznable.

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