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| Foto: Pablo Andrés Monsalve / SEMANA

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¿Benefició el secretario de seguridad de Medellín a la Oficina de Envigado?

Esa es la tesis que intentará demostrar la Fiscalía tras capturar a Gustavo Villegas, el alfil con el que el alcalde de la capital paisa planeó la lucha contra el crimen.

5 de julio de 2017

Gustavo Villegas, el hombre que 24 horas antes era el encargado de planear las estrategias en la lucha contra la criminalidad de Medellín, entró al Palacio de Justicia con un saco azul cubriéndole las manos esposadas.

Su captura se produjo en medio de un escándalo sin antecedentes recientes en la capital paisa. Villegas no solo era el secretario de Seguridad, sino la mano derecha del alcalde Federico Gutiérrez, cuya bandera de gobierno, desde su posesión, ha sido el ataque frontal a los combos delincuenciales.

Las acusaciones que prepara la Fiscalía en contra de Villegas son graves. De hecho, dentro del proceso, al secretario de Seguridad los investigadores lo reseñan como alias el Ingeniero. En la audiencia de legalización de captura que se estaba llevando a cabo en la mañana de este miércoles, a Villegas, quien no aceptó cargos, le imputaron el delito de concierto para delinquir. 

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El fiscal del caso asegura que cuenta con informes de policía judicial, evidencias físicas, intervención a teléfonos celulares y fotografías que indicarían que Villegas, al parecer, habría beneficiado a la Oficina de Envigado.

Horas antes, el alcalde Federico Gutiérrez le había dicho a Blu Radio que esperaba que su exfuncionario saliera bien librado de la situación. Fuentes muy cercanas al mandatario le han dicho a este portal que el alcalde cree que Villegas es inocente. Sin embargo, Gutiérrez le dijo a esa misma emisora desconocer las pruebas que la Fiscalía presentaría en audiencia.

Ahora bien, ¿de qué lo acusan específicamente? Villegas no está solo en este caso como involucrado. En la noche del martes, agentes llegaron hasta la casa de un hombre llamado Mariano Humberto Zea Ospina para informarle que había una orden de captura en su contra. Quienes han trabajado en procesos con combos en las últimas administraciones de Medellín saben muy bien que Zea es alguien que conoce el panorama delictivo de la ciudad. Por eso ha sido contratista y asesor.

Zea, según la tesis de la Fiscalía, era una especie de enlace con la Oficina de Envigado. Dentro de sus gestiones estaba enviar mensajes de parte de Villegas a Julio Perdomo, a alias Pichi y Barney, integrantes de la organización que querían posicionarse como gestores de paz para lograr beneficios.

Villegas, cuya defensa alegará su inocencia, puso medios y bienes de la Alcaldía para entablar un diálogo con la Oficina de Envigado, sin contar con el marco legal para hacerlo. Según el ente acusador, el secretario de Seguridad habría utilizado de manera indebida información oficial privilegiada para favorecer supuestamente a un ala de La Oficina. El fiscal asegura que el 8 de agosto de 2016, Villegas habría filtrado información para que alias el Gordo Arepas, el Diablo y el Pecoso huyeran. 

Perdomo, capturado en marzo de este año, es un vieja guardia de La Oficina. Su nombre está asociado hace varios años a estructuras criminales de la Comuna 8 de Medellín, como Caicedo y La Sierra. El 4 de noviembre del año pasado, Perdomo dice, de acuerdo a interceptaciones telefónicas, que mantiene reuniones permanentes con Villegas y con Mariano. "En más de 20 eventos se evidencian los acuerdos entre La Oficina y Villegas", dijo el fiscal en audiencia. 

Dentro del material probatorio, el fiscal también dice tener fotografías que muestran que Perdomo y Villegas mantuvieron reuniones clandestinas de manera directa.