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El municipio celebra la reanudación de sus operaciones aéreas después de 15 años. | Foto: Fuerzas Militares

CONLFLICTO

El renacer del municipio donde se produce el mejor café del mundo

Con la construcción de su nuevo aeródromo, Planadas espera dejar atrás la historia de violencia y narcotráfico que envolvió a esa población por años.

31 de diciembre de 2015

Muchos recuerdan al municipio de Planadas (Tolima) por haber sido escenario de excepción del conflicto armado que vive el país desde hace más de 50 años. Sin embargo, sus habitantes sienten que las instituciones hoy les están dando una segunda oportunidad de abrirse al mundo. La razón, la construcción de un aeródromo que promete con revivir su prestigio como el bastión cafetero que es el municipio.

El Ministerio de Defensa y la Fuerza de Tarea Zeus le entregaron a los planadunos la buena nueva. El titular de la cartera, Luis Carlos Villegas, y la cúpula militar hicieron entrega de esta importante obra de infraestructura, tras 15 años de la suspensión de las actividades aéreas en una pequeña población que genera ni más ni menos que el 13 % de la producción nacional de café.

Planadas es un municipio del sur del Tolima que, como tantos de la región, fue por décadas un lugar de concentración de grupos guerrilleros. Desde los años 60, fue centro de acciones violentas e incluso se convirtió en corredor estratégico del narcotráfico desde los albores de ese aterrador fenómeno.

A finales de los 70 este municipio fue escenario del auge de la producción y comercialización de la amapola. Como era de esperarse, Planadas entró al grupo de las tantas poblaciones estigmatizadas por el tortuoso fragor de la guerra. En sus tierras se concentraba gran parte de las acciones de los actores del conflicto, principalmente de las FARC.

Pese a tener que soportar durante tantos años el fragor del conflicto, los planadunos nunca desfallecieron. Al tiempo que los violentos los acechaban, los pobladores hicieron del municipio un importante puerto aéreo y todo un baluarte en la producción de café, que por décadas fue el principal producto de exportación de Colombia.

Desde esos años ya funcionaba en la población un aeródromo, que facilitaba el funcionamiento de una muy intensa producción agrícola. Miles de familias, especialmente dedicadas a la siembra del café, se beneficiaban de los servicios de la terminal aérea.

Sin embargo, esas operaciones de tráfico de aviones no contaban con contaban con las condiciones suficientes de seguridad. La prueba más dolorosa de esa falta de previsión se produjo hace 15 años, cuando un accidente ocurrido en el aeródromo produjo la muerte de un menor de edad. Desde entonces, la Aeronáutica Civil se vio obligada a suspender las actividades en el lugar.

Tres lustros tuvieron que pasar para que Planadas volviera a ser lo que fue, gracias a su aeródromo. Tras una inversión de 5.200 millones de pesos, las Fuerzas Militares oficializaron la entrega de la aeropista de 670 metros de largo y 18 de ancho en la que se reactivarán las operaciones aéreas.

La noticia no pudo llegar en un mejor momento. Planadas acaba de ser elegido como el lugar donde se produjo el mejor café del mundo en el 2015. Por eso, no resulta extraño que empresarios europeos y asiáticos hayan seguido al centímetro el desarrollo de las obras del nuevo terminal aéreo.

Las muestras de interés de 30 inversionistas son un buen augurio para las 2.500 familias que viven de la producción del grano. No es para menos, si se tiene en cuenta que este producto de infraestructura reducirá de 12 horas a 35 minutos el tiempo de traslado al municipio desde Bogotá.

No es descabellado pensar que los 61.000 millones de pesos que anualmente genera la producción de café en Planadas sea mucho mayor en los años venideros, gracias a la obra. El Gobierno y las autoridades municipales guardan la esperanza de que el resurgir de la población sea todo un símbolo del posconflicto.