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Más de 3.000 hectáreas de la Sierra Nevada han sido consumidas por el fuego. | Foto: @SantaMartaViva

PROBLEMA AMBIENTAL

Apuran la extinción del incendio en la Sierra Nevada

Luego de 13 días en las que se han quemado más 3.000 hectáreas, los bomberos creen que hoy podrían acabar el fuego.

31 de marzo de 2014

La escena es la misma que la de Unguía, Chocó. Miles de hectáreas silvestres consumidas por el fuego, con un incendio de días sin que las autoridades pertinentes lleguen a apagar las llamas. 

Ahora la situación se vive en la Sierra Nevada de Santa Marta. El incendio comenzó el 19 de marzo, los bomberos nacionales supieron cuatro días después y el primer helicóptero con agua llegó el 29 de marzo. Es decir que pasaron 10 días mientras la cumbre más alta de Colombia, que además tiene todos los pisos térmicos, se consumía en llamas. 

El director del cuerpo nacional de Bomberos, capitán Andrés Miranda, asegura que ya tienen contralo el 98 % de la calamidad y que en la tarde de este lunes el fuego podría extinguirse por completo. Pero, ¿por qué la demora?

El capitán Miranda sostiene que ellos sí tienen el personal suficiente para atender todos los incendios del país pero que hay cosas que se les salen de las manos. “En algunas situaciones dependemos de la Fuerza Aérea por la topografía y el clima”, indica. 

El incendio de la Sierra Nevada, en el municipio de Ciénaga, es uno de esos casos. Aunque los bomberos supieron de la situación el 23 de marzo, sólo una semana después empezó el plan de choque porque los bomberos no podían llegar por tierra y los helicópteros de la Fuerza Aérea Colombiana no estaban disponibles. 

El pasado 28 de marzo llegó un Bamby Bucket, un helicóptero que porta una bolsa gigante con agua para verter sobre las llamas. Según Miranda, hubo un problema adicional. Aunque normalmente estos helicópteros toman el agua del mar, en esta ocasión el Bamby Bucket no pudo cargar el agua salada y se tardaron un día más para contrarrestar el incendio. 

El 29 de marzo, la Drummond puso a disposición carrotanques y empleados para llenar una especie de piscina en la que los helicópteros de la Fuerza Aérea pudieran surtirse de agua dulce. 

Esto sucede en los mismos días en los que el 60 % de la población de Santa Marta no tiene agua para consumir. Dos días después de iniciadas las operaciones, llegó un segundo helicóptero. En total, se han vertido más de 24.000 galones de agua sobre la sierra donde nacen 32 ríos y conviven los indígenas tayronas, koguis, arhuacos, wiwas y kankuamos.

¿Cómo comenzó?

Aunque las autoridades todavía no han establecido una causa del incendio que ha arrasado con 3.000 hectáreas, el capitán Miranda estipula que pudo haber sido iniciado por la mano del hombre, como ocurre en el 90 % de los casos. 

Los bomberos nacionales atienden actualmente 10 incendios: siete en Arauca, dos en Yopal (Casanare) y el de la Sierra Nevada. Miranda explica que unos pocos son consecuencia de los fuertes cambios ambientales pero que otros fueron iniciados por lo que él llama “piromanía intencional”.

Las llamas comenzaron en la Sierra Nevada a 1.800 metros sobre el nivel del mar donde, según Miranda, no hay actividad agropecuaria ni ganadera. “Es piromanía directa”, asegura. 

El primer agravante fueron las condiciones topográficas del sitio, pues los bomberos no pudieron acudir. Pero hay una segunda causa que empeora cualquier incendio: la falta de rapidez para actuar. 

Según Miranda, el plan de choque de los bomberos empieza desde lo local. Si la situación empeora, se atiende desde lo regional y si así no se controla, se pasa a lo nacional. 

“Les hemos dicho a los alcaldes que activen los planes contra incendios forestales pero realmente dichos planes son deficientes. Están activando las alertas regionales y nacionales cuando las características del incendio son muy complejas. Si las locales comenzaran a tiempo, las consecuencias del incendio no serían las que ve el país hoy”, aseguró. 

Sin embargo, el capitán Miranda sostiene que el personal sí es suficiente y que el incendio de la Sierra Nevada no se les ha salido de las manos. “La preocupación de la comunidad es verlos grandes por televisión pero ninguno ha sido declarado como desastre nacional”, concluyó.