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En la vereda San José del corregimiento de San Antonio de Prado, en Medellín, una mujer tenía a hijastro encadenado a una nevera. | Foto: Archivo Particular

MEDELLÍN

Indignación por encadenar a un niño a una nevera

Se trata de un menor de siete años. El caso fue reportado en San Antonio de Prado.

14 de octubre de 2014

El niño estaba atado a una cadena que le apretaba el tobillo y que lo aprisionaba contra la nevera de la casa. Al lado del pie, que lucía maltrecho, había una cartilla escolar en la que se veían algunas planas de esas con las que se aprenden las primeras letras: “na, ne, ni, no, nu”, se podía leer en una de las hojas. La imagen era como para sentarse a llorar.
 
Quién sabe cuánto tiempo permaneció ahí amarrado un niño de siete años de edad que fue rescatado por las unidades de infancia y adolescencia de la Policía Metropolitana del Valle del Aburrá.
 
El caso fue reportado por los vecinos de la vereda San José, del corregimiento de San Antonio de Prado, en Medellín, a través de una llamada a la línea 123. Los denunciantes decían que por las ventanas de una finca llamada Casa Blanca salía de día y noche el lamento de un menor de edad al que no le conocían la cara.
 
Los policiales, que no tardaron en llegar, se encontraron con la escena de la nevera. Y también con las explicaciones de una mujer de 22 años de edad a quien identificaron como madrastra del niño. Según ella, la hiperactividad y la desobediencia del menor la llevaron tomar semejantes medidas.
 
No se necesita ser experto en leyes para advertir que la conducta de la mujer configura maltrato en contra de un menor de edad, cuyos derechos son protegidos por la Constitución Nacional y por la Ley 1098 de Infancia y Adolescencia. En ese orden de ideas, Semana.com se abstiene de revelar la identidad de la víctima.
 
El general José Gerardo Acevedo Ossa, comandante (e) de la Región 6 de la Policía, dijo al respecto que la mujer fue capturada y puesta a disposición de la Fiscalía General de la Nación, por el delito de violencia intrafamiliar.
 
El niño, por su parte, fue llevado de inmediato al Hospital San Vicente Fundación, donde se recupera antes de ser dejado bajo el amparo del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, con el fin de que le sean restablecidos sus derechos.
 
Según el dictamen médico, el niño víctima presenta bajo peso y desnutrición, además de cicatrices en los pies, y otras secuelas del maltrato. De acuerdo con lo informado por la Policía, el menor no estaba matriculado en ninguna escuela ni institución educativa. Si algo aprendía, era ahí encerrado en la finca Casa Blanca, a través de cartillas como la que encontraron a sus pies.