Transmilenio: tarjetas de las fases I y II se pueden clonar

La seguridad de las tarjetas en las fases I y II de Transmilenio quedó en entredicho luego de que se conoció un informe pericial en el que se dictaminó que las tarjetas podrían ser manipuladas por usuarios expertos.

“El sistema CRYPTO 1 de 48-bit tiene problemas de seguridad debido a que se descubrió el algoritmo de encripción y obtención de las llaves para leer los sectores de una tarjeta y efectuar operaciones de clonación”, se lee en el informe entregado por el perito a la Superintendencia Industria y Comercio.

Pero ¿qué significa esto? Ni más ni menos que la posibilidad de que se puedan aumentar los saldos. Para hacer esto basta con un software libre, un lector y una antena de transmisión. Todo esto se consigue en internet y su costo está estimado en 50 dólares.  

El informe va más allá al sostener que el fabricante de las tarjetas NXP Semiconductors ha advertido sobre los riesgos de seguridad que puede traer el uso de esta tarjeta que se considera frágil, “a las diversas formas de ataque a la que se puede ver expuesta por la vulnerabilidad de su sistema”. Ante eso la empresa ha recomendado que se empleen tarjetas con mejores sistemas de encripción.

La directora de comunicaciones de Angelcom, Marcela Viviescas, no cree esto y aseguró que “las tarjetas que usan Transmilenio para las fases I y II jamás han sido clonadas y no han tenido vulnerabilidad. En 12 años de operación no hemos tenido ningún requerimiento de Transmilenio al respecto”.

Otro dato que preocupa es que Transmilenio “no tiene registro estadístico de fraudes por esta situación”, así también lo revela el informe.  

Angelcom tiene en circulación más de 10 millones de tarjetas en las fases I y II, mientras que la empresa Recaudo Bogotá (TuLlave) en el que el informe destaca que tiene una Tarjeta con “microprocesador seguro”, tiene 2,3 millonesusuarios con tarjeta.

Este informe es relevante, pues las dos empresas, Angelcom y Recaudo Bogota, estaban enfrascadas en una disputa por quién debía cambiar las tarjeras. La querella ha perjudicado a los bogotanos que nos han podido hacer trasbordos entre las fases I, II y III esta última avenida 26 y la Décima.    

Una reciente resolución de Transmilenio dirimió ese conflicto al acoger la propuesta de integración a través de los lectores de tarjetas. La Superintendencia deberá pronunciarse sobre este tema en el pleito de las dos empresas.