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. | Foto: Semana.

BOGOTÁ

Vagones para mujeres, ¿prevención o segregación?

Tras múltiples denuncias de agresiones sexuales, comienza el plan piloto de los vagones exclusivos para mujeres en los buses de Transmilenio.

6 de marzo de 2014

En el 2013, la Policía registró 109 casos de agresiones sexuales en el sistema de TransMilenio. Sin embargo, para diciembre del mismo año, solo había 31 capturas por los hechos. Adicionalmente, en enero de este año ocurrieron nueve casos de presunto abuso sexual a mujeres en ese transporte público.

Frente a estas denuncias, las autoridades distritales decidieron implementar medidas de choque. Entre ellas, se encuentra una propuesta que despertó polémica ya que implica la asignación de vagones exclusivos para mujeres, o ubicar a las pasajeras en una sección de los articulados.
Las opiniones no dieron espera. Tanto expertos como usuarios del sistema opinaron, por un lado, que era una medida “extrema, pero necesaria”, mientras otros la calificaron de “sexista” y resaltaban la importancia de la educación.

Jairo Libreros, analista y profesor de la Universidad Externado de Colombia, opina que la propuesta que va desde este 7 de marzo hasta 7 de abril envía un mensaje de tranquilidad a un sector de la sociedad que es con frecuencia víctima de abusos.

“Es una medida importante porque envía un mensaje de tranquilidad a un sector significativo del país que está indignado o ha sido víctima de este tipo de atropellos”, comenta.

Libreros explica que las mujeres deben ser el foco de las políticas públicas que se generen para combatir este problema, de otro modo corren el riesgo de quedarse en el anuncio.

“Si los servicios que se ofrecen no tienen a la mujer como foco, tocaría dividir en dos a TransMilenio y el tema no se agota ahí. La educación es una línea de estrategia, pero siempre generamos políticas públicas atendiendo la condición del victimario y no se enfoca en las mujeres”, señala.

Por su parte, Angélica Lozano, exconcejal y candidata a la Cámara por Bogotá del Partido Alianza Verde, afirma que no está de acuerdo con la división por sexos en el sistema a menos que sea temporal y se acompañe de otras medidas.

“No es una solución definitiva, por el contrario, es una derrota para la sociedad. Esto se dio por unos casos dramáticos de mujeres que alzaron su voz y la gente no hizo nada, entonces es como decir que no están seguras si se mezclan con los hombres. Pero si es temporal y se complementa con otras acciones del Distrito, como rutas pedagógicas de denuncia; enseñarles los protocolos a los conductores, bachilleres, operarios, etcétera; y hacer campañas de cuestionamiento y cultura ciudadana, puede servir como un proceso social de cuestionamiento”.

Lozano asegura, además, que no hay medidas de fondo para arremeter contra esta problemática en el corto plazo y que tampoco se trata de una medida de segregación.

“No será por decreto ni con policías que se va a respetar a las mujeres. La medida (de los vagones) es opcional y voluntaria, no se compara con el apartheid; pero tampoco se le puede decir a la gente que espere 10 años a que haya metro y se alivie el sistema. Aunque no me gusta, es lo que se puede hacer en el mediano plazo junto con mediciones y ajustes de comportamiento”.

Andrea Carreño, politóloga e internacionalista de la Universidad del Rosario, cree que los esfuerzos del Distrito deben enfocarse en la educación y el respeto y que la disponibilidad de estos buses y vagones puede ser un .

“Ese tipo de comportamientos no se arreglan separando a los hombres de las mujeres. Eso es una solución temporal. Se necesita una política de educación, concientización y respeto hacia la mujer”.

Carreño también opina que, frente al colapso del sistema, se debe evaluar la disponibilidad de articulados solo para mujeres y el aprovechamiento del espacio por pasajero al momento de implementar esta medida que va desde el Portal Las Américas hasta la estación Las Aguas.

“El sistema colapsó y uno de los problemas es que no hay suficientes buses. ¿De dónde van a sacar más para las mujeres? Eso podría empeorar la situación porque, eventualmente, estos buses podrían ir desocupados. Lo importante es que las mujeres denuncien. Se debe recalcar el derecho a ser respetado, pero apartarnos en el bus es una solución superficial”, señala.

Con respecto a este tema, la Secretaría de la Mujer ha indicado que, adicionalmente a la división en los buses implementará medidas de reacción inmediata en los casos de agresiones sexuales y la incorporación de gestores de convivencia y solidaridad ciudadana.

El gerente de TransMilenio, Fernando Sanclemente, señaló que el proyecto piloto, en un inicio, se implementará en las horas valle y si da buenos resultados, se extendería a otras rutas y horas pico, teniendo en cuenta la recepción de la población femenina frente a los resultados. Además, la gerencia de TransMilenio reportó que, en cuanto a la seguridad, 250 mil policías profesionales reforzarán el sistema, y que la solicitud en total es de mil.

Martha Sánchez, secretaria de la Mujer, le dijo a El Espectador que para el planteamiento se revisaron las experiencias de México “donde tienen buses rosados y también taxis para transportar a las mujeres en las noches".