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La juez Ángela María Echeverry de la Superintendencia de Sociedades deberá decidir si le da prelación a las víctimas de los llamados títulos de Luxemburgo.

INTERBOLSA

InterBolsa: el enredo de Luxemburgo

SEMANA revela qué pasó con los US$50 millones, quiénes son los tenedores y por qué podrían pagarles primero que al resto de víctimas.

10 de agosto de 2013

Los llamados títulos de Luxemburgo por 50 millones de dólares son ahora la nueva piedra de escándalo dentro del descalabro de InterBolsa. La semana pasada, en una primera decisión, la Superintendencia de Sociedades aceptó que los tenedores de estos títulos tuvieran prelación a la hora de pagar las acreencias en el proceso de liquidación de este grupo financiero. Es decir, ellos serían los primeros en recuperar su inversión o parte de ella, por encima de cualquier otra víctima.

El anunció levantó un avispero de marca mayor entre abogados –apoderados de otros damnificados de InterBolsa– quienes objetaron la decisión, pues sintieron que con esta ellos perderían la esperanza de recobrar el dinero que confiaron al grupo financiero, a través de los diferentes canales de inversión que ofrecía.

Atendiendo dichas objeciones, la juez Ángela María Echeverry, delegada de la Superintendencia de Sociedades, pidió nuevas pruebas para pronunciarse en definitiva el próximo 21 de agosto.

Con el drama humano que vive cada inversionista que hoy se siente tumbado  por InterBolsa es entendible el agarrón que se ha desatado por el orden en que se atenderá a las víctimas y la repartición de la plata que encuentre.

En el fondo, la preocupación de todos radica en que, según lo dicho por el liquidador de InterBolsa Holding, Pablo Muñoz, la plata no alcanzará para pagarle a todo el mundo. Según el inventario de InterBolsa S.A. en liquidación, hay activos por 163.325 millones de pesos, pero realmente en una primera estimación se considera que en plata contante y sonante solo se podrá disponer de aproximadamente 90.000 millones de pesos. 

Esto es más o menos la deuda que se tiene con los tenedores de los títulos de Luxemburgo (llamados TEC). En resumen, esto significa que reclamaciones por 200.000 millones de pesos que fueron aceptadas por la liquidación se quedarían sin cómo ser atendidas. En otras palabras, por ahora esa platica se perdió.

Por eso son válidas las preguntas que muchos se hacen hoy: ¿por qué se les pagaría primero a los inversionistas de los famosos TEC de Luxemburgo?; ¿quiénes son esas personas?; ¿dónde están los 50 millones de dólares que se recogieron? y ¿cuál es el misterio que rodea esta emisión en esta importante jurisdicción financiera?

Frente al primer interrogante, hay que decir que hay un argumento jurídico que no es deleznable y que esgrimen los abogados de estos inversionistas y el propio agente liquidador de InterBolsa. Se trata de la tesis que señala que la Ley 1116 de  2006 en sus artículos 50 y 55 protege las operaciones del mercado de valores –como esta. 

Esta norma le da una garantía a las emisiones de valores que se conoce como de primer requerimiento y significa que son deudas que tienen prelación sobre el resto en el momento de darse una quiebra o liquidación. En el argot de esos procesos, se dice que este tipo de acreencias se excluye de la masa, en otras palabras se paga primero. Esta es una norma que sigue los estándares internacionales donde se protege a los inversionistas del mercado de capitales, en aras de mantener la confianza en este mercado. 

Por otro lado, aunque no es una emisión en el mercado local, en el prospecto de la misma se anota que tiene una garantía internacional que se conoce como URDG 758, que le da plena confianza al inversionista de que en una eventualidad no perderá su plata o que tendrá una prelación. Los TEC son títulos valores que fueron inscritos en Euroclear (uno de los mayores sistemas de compensación y liquidación de valores financieros del mundo) y en la Bolsa de Luxemburgo.

Como hay tesis de abogados que argumentan que no debe tener la calidad de excluido de la masa, la juez Ángela María Echeverry será quien tendrá la última palabra.

Ahora bien, en cuanto a la segunda pregunta, se han levantado toda clase de suspicacias sobre quiénes son esos inversionistas que ahora resultarían privilegiados frente al resto. SEMANA tuvo acceso a la lista de los 360 tenedores de los TEC y en ella se observa que se trata en su mayoría de personas naturales –en un alto porcentaje de Medellín y Cali– que tenían vínculos como clientes de InterBolsa, a través de sus distintos productos de inversión. 

Hay viudas, pensionados, profesionales independientes, empleados y hasta comunidades religiosas (ver recuadro). También hay algunas compañías –en menor proporción– que manejaban sus excedentes de liquidez con InterBolsa y resultaron en los TEC.
 
El misterio de los TEC

La historia de estos títulos valores y el destino final de los recursos es otro capítulo que muestra las irregularidades que ocurrían en la hasta hace poco afamada InterBolsa. El recuento de cómo nacieron y qué se hizo con este dinero hace parte de un documento que reposa en la Fiscalía y en la Superintendencia de Sociedades,  al que SEMANA tuvo acceso.

Según este informe, en el primer semestre de 2012 con la ayuda de la firma Ustariz Abogados, InterBolsa decidió emitir estos títulos en el mercado internacional por 50 millones de dólares. Dichos papeles (TEC) tenían como propósito principal reemplazar unos bonos ordinarios que había emitido InterBolsa en abril de 2010 y que se vencían en 2014, pero que estaban siendo muy onerosos para el grupo.

Se decidió emitirlos en el exterior para lo cual se creó en Luxemburgo la firma Holdco, filial de InterBolsa Holding. La idea de hacerlo en ese país radicó en que los títulos fueran inscritos en la Bolsa de Luxemburgo, lo que les daría mayor profundidad y liquidez de tal forma que pudieran negociarse en un mercado secundario. 

En el documento se indica que, para hacer la redención anticipada de los bonos InterBolsa, mientras se recaudaba la plata de los TEC, el 12 de julio de 2012 se acudió a un crédito –de 90 días–  por 70.000 millones de pesos con Bancolombia. 

La idea era pagarle a ese banco con la captación de los TEC que se completó el 23 de julio, fecha en la que se monetizó la totalidad de los 50 millones de dólares por un valor cercano a los 89.500 millones de pesos.

Es importante anotar que la fuerza comercial de la firma comisionista InterBolsa,  que actuaba en este caso de corresponsal de InterBolsa Panama (ver diagrama), fue la encargada del proceso de colocación y, como ocurrió en varios episodios de este escándalo bursátil, varias de las víctimas señalan que no fueron debidamente asesoradas sobre los riesgos de la inversión que estaban corriendo.

El deseo de llevarse una buena comisión puede explicar este comportamiento de los comisionistas, que vendieron una inversión como segura y sin riesgo. Ellos recibían una comisión del 4 por ciento sobre el valor colocado, lo que para algunos expertos del mercado es una locura. Por cada millón de dólares que conseguían se llevaban al bolsillo 40.000 dólares, como quien dice por los 50 millones se repartieron en comisiones 2 millones de dólares.  La demanda por este tipo de título superó la oferta en 1,5 veces, lo que indica que a la gente se le vendió muy bien este producto.

Dentro del manejo laxo, riesgoso e ilegal que se ha observado en varias de las decisiones de InterBolsa hay un detalle adicional. Esta operación internacional no se reportó a información eventual de la Superintendencia Financiera –como debió hacerse– motivo por el cual la entidad le abrió pliego de cargos a Rodrigo Jaramillo, presidente de la holding InterBolsa.

Y la plata qué…

¿Pero a dónde fueron a parar estos 50 millones de dólares de Luxemburgo? Pues sencillamente a nada de lo que se dijo. El documento que relata lo sucedido con los TEC señala que los recursos se utilizaron en actividades diferentes a las estipuladas tanto a la fuerza comercial de InterBolsa como a los clientes.

Los 50 millones de dólares en TEC se monetizaron el 23 de julio de 2012 a una tasa de 1.789,58 pesos, lo que dio cerca de 89.500 millones de pesos, dineros que entraron a la cuenta de la holding y de allí empezaron a salir.

Para atender un requerimiento de la Superfinanciera que ordenó a la filial Sociedad Administradora de Inversiones (SAI) el desmonte de pagarés que la cartera Crédit tenía con el Grupo del empresario italiano Alessandro Corridori, la holding usó casi el 50 por ciento de los recursos captados en los TEC.

De allí también salió plata para otorgarles unos créditos a varias de las empresas del Grupo Corridori, para que estas a su vez cubrieran los saldos en rojo que tenían con la comisionista InterBolsa, y que la pondría en serios riesgos. Según el documento en mención, estos créditos se otorgaron de emergencia, sin cumplir con los requisitos debido a su monto y materialidad ni tener las garantías o avales requeridos.

En síntesis, la holding utilizó el 70 por ciento de lo que había captado por los TEC que se debieron usar para pagar el crédito de Bancolombia en salvar a sus dos principales filiales: la firma comisionista y la SAI.

Como estaba visto, más de una sorpresa se encontrarían las autoridades al abrir cada puerta en este escándalo financiero llamado InterBolsa. 
Nuevos capítulos de este drama

Esta semana será clave en este caso. Se deberán presentar los reclamantes del Fondo Premium y habrá decisiones acerca de los liquidadores de InterBolsa como víctimas.

Está claro que esta historia de la debacle de InterBolsa va para largo. En diferentes instancias se desarrollan los sucesos relacionados con este caso.

Este miércoles 14 de agosto, un juez de segunda instancia deberá resolver si acepta entre las víctimas en el proceso que se adelanta en la Fiscalia a los liquidadores del Grupo InterBolsa y de la firma comisionista. 

Ya un juez negó la tutela interpuesta por Jaime Granados, representante de los inversionistas del Fondo Premium, con la que pretendía constituirlos como víctimas del caso. Sin embargo, el abogado Granados apeló esta decisión ante el Tribunal Superior de Bogotá y está a la espera de que se resuelva.

Una vez se conozca la decisión del juez de segunda instancia, la Fiscalía llamará nuevamente a audiencias para imputar los cargos.

SEMANA conoció que para dicha audiencia se imputaría cargos a  las personas que se presentaron en la audiencia inicial del pasado 24 de junio. Se trata de Rodrigo Jaramillo, Jorge Mauricio Infante, Alessandro Corridori, Claudia Jaramillo Palacios, María Eugenia Jaramillo Palacios, Javier Tomás Villadiego, Carlos Arturo Neira Llache y los hermanos Eduardo Adolfo y Luz Andrea Colmenares Pedreros, representantes de la clínica La Candelaria. 

El resto de implicados, entre quienes está Álvaro Tirado, presidente de la firma comisionista, sería llamado en una siguiente tanda.

Cabe recordar que los delitos de los que se les acusa son manipulación de acciones, administración desleal, operaciones no autorizadas con accionistas o asociados y concierto para delinquir.

La Fiscalía mantiene su decisión de solicitar medida de aseguramiento contra los imputados.  Aunque Rodrigo y Tomás Jaramillo se han acercado y han expresado su disposición de colaborar, se sabe que, dentro de los posibles arreglos, la fiscal a cargo no contempla negociar la detención preventiva. También se ha presentado ante el ente acusador, Juan Carlos Ortiz. 

Sin embargo, cabe aclarar que el proceso en que están involucrados Ortiz y Tomás Jaramillo corresponde a Premium, caso que la Fiscalía piensa adelantar en una segunda etapa una vez se evacúe el tema de InterBolsa.

Y precisamente sobre Premium esta semana se cumple una etapa muy importante en el esclarecimiento de este tema. Este 12 de agosto se fijó la fecha para que se presenten los reclamantes de este fondo, una fase determinante en lo que será el pago a los acreedores.

Hasta monjas invirtieron en instrumentos de alto riesgo

En la lista de las 360 personas que invirtieron en estos títulos de Luxemburgo hay historias dramáticas. El rango de las inversiones se movió entre 20.000 y 1 millón de dólares. 

Diana Piedrahita es una destacada profesional de Medellín, exprofesora de finanzas de la Universidad Eafit. Conoce el mercado de valores y sabe medir los riesgos de una inversión. Es una de las víctimas, junto con su esposo, de la debacle de InterBolsa, por la vía de los títulos de Luxemburgo, donde invirtieron 50.000 dólares, correspondientes a sus ahorros como pareja.

Diana afirma que decidió poner este dinero en estos títulos basada en la información que le entregó el comisionista de InterBolsa y en el resumen ejecutivo del prospecto de la emisión que le presentó. “Fui engañada en mi buena fe. Me los vendieron como si fueron una emisión de muy bajo riesgo”, afirma hoy. 

Según ella, el prospecto que le presentaron inicialmente señala que se trataba de una inversión destinada “al público en general incluyendo ahorradores, personas naturales, personas jurídicas, inversionistas institucionales, entidades oficiales y en general, al público inversionista incluyendo fondos de pensiones y cesantías”.

Afirma que cuando conoció el prospecto real, el que fue colgado en la página de la filial de Luxemburgo, se llevó la sorpresa de su vida, pues en éste decía claramente que esta era un instrumento financiero complejo, de alto riesgo y para inversionistas experimentados y sofisticados. “Esta información era completamente diferente a la forma como me vendieron este producto. Me di cuenta ya tarde de que ese no era el prospecto real”.

Hoy Diana se lamenta de haber caído tan fácilmente, cree que de haber tenido toda la información no habría puesto su dinero en estos títulos, pues sostiene que su perfil de inversionista es de bajo riesgo y no era para esto.

En esta lista de los 360 inversionistas de los TEC hay toda clase de historias. Está el caso dramático de una joven que invirtió la herencia de sus padres destinada al cuidado de su hermano con síndrome de Down. El del señor con esclerosis múltiple que puso en esos títulos la indemnización que recibió por su enfermedad. El comerciante que prefirió salir de su pequeño negocio afligido por la competencia china, y que pensó que llevar su dinero a estos TEC le daría la tranquilidad que buscaba.

Hasta órdenes religiosas están en vilo, rezando para recuperar su dinero. Según conoció SEMANA, las misioneras de la Madre Laura tienen embolatados en los TEC de Luxemburgo 123.000 dólares. La congregación de las Hijas de la Caridad de  San Vicente de Paúl, 475.000 dólares. La Comunidad de Hermanas de la Caridad -Dominicas de la Presentación de la Santísima Virgen, 281.000 dólares. El monasterio de las monjas Carmelitas Descalzas, 45.000 dólares. El hospital San Vicente de Paúl invirtió en estos títulos 42.000 dólares, la clínica Barraquer 168.000 dólares.