Home

Nación

Artículo

Mientras en el monte, ‘Alfonso Cano’ tiene la bandera de la guerra, su hermano Roberto asumió la de la paz desde la Alcaldía de Bogotá. “Si lo tuviera de frente le diría: ¡hermano, paremos esta guerra ya!”

acuerdo humanitario

Ironías de la guerra

Esta semana se cumplen cuatro años de cautiverio de Íngrid Betancourt. Lo simbólico : Roberto Sáenz, el hermano de 'Alfonso Cano', de las Farc, liderará por la Alcaldía de Bogotá una jornada por la libertad de todos los secuestrados.

19 de febrero de 2006

Aunque ya en Colombia nadie se sorprende por nada, no deja de llamar la atención que el hombre que asesora al alcalde de Bogotá, Lucho Garzón, en asuntos de paz, acuerdo humanitario y derechos humanos, es el hermano de 'Alfonso Cano', ideólogo político de las Farc .

Roberto Sáenz es el menor de los siete hermanos de Guillermo León Sáenz, conocido en el movimiento subversivo como 'Alfonso Cano'. Mientras este último destruye pueblos enteros con actos terroristas, secuestra, y viola los derechos humanos, su hermano, quien siempre ha sido militante de izquierda, dice que lucha por todo lo contrario. Por eso, desde hace un mes, el alcalde de Bogotá, Luis Eduardo Garzón, lo vinculó a su administración para que coordinara lo que llaman la red de reconciliación. Un programa del gobierno distrital que busca mantener vivo el recuerdo de las personas que están secuestradas, ofrecerles ayuda a sus familiares y respaldar el acuerdo humanitario.

Para Sáenz no es una tarea fácil. Ser hermano de uno de los terroristas de las Farc obliga a que su tarea y su misión en la Alcaldía sean más fiscalizadas. Además, no genera mucha simpatía con algunos de los familiares de los secuestrados con quienes tiene que tener un contacto permanente y directo. Y el sólo hecho de ocupar un cargo público puede ser estigmatizado por culpa de "la sangre".

Sáenz resalta que el alcalde Lucho es el único que ha aprobado una amnistía en impuestos para todos los secuestrados. Los familiares tienen asistencia en salud, en educación y facilidades en préstamos para vivienda. Y Garzón, quien lo conoce de tiempo atrás, confía en él. Dejó en sus manos la primera tarea de organizar una jornada internacional por la vida y la libertad de todos los secuestrados.

La jornada será este 23 de febrero, cuando se cumplen cuatro años del secuestro de la ex candidata presidencial Íngrid Betancourt, quien mundialmente se convirtió en el símbolo de este flagelo. En Bogotá, se concentrarán en la Plaza de Bolívar cerca de 30.000 personas entre sindicalistas, trabajadores, estudiantes, representantes de organismos de derechos humanos y familiares de los secuestrados. Y en todos los pueblos europeos en que se ha declarado a Íngrid ciudadana de honor, los partidos verdes -la fuerza política de la ex senadora- organizaron marchas y concentraciones públicas solidarizándose con el reclamo por la libertad. Además, una comisión del Parlamento Europeo, que llega al país para unirse a la movilización, visitará las localidades más azotadas por la violencia como San Cristóbal, Usme y Ciudad Bolívar. El éxito de esta movilización será la prueba de fuego para Roberto Sáenz .

SEMANA: ¿No es un poco irónico que el Alcalde lo elija a usted para esta misión?

Roberto Sáenz: Yo conozco a Lucho hace muchos años y desde su campaña viene haciendo propuestas humanitarias. Yo asumí esta bandera porque es un compromiso con la paz del país. El secuestro es una cosa abominable. Es un crimen de lesa humanidad. No hay ninguna justificación para que tengan a esa gente allá. Y si para eso hay que comprometerse y ponerle el pecho, pues lo hago.

SEMANA: Ustedes lo vivieron en carne propia hace muchos años.

R.S.: Así es. Mi hermano Ricardo, quien vive hoy en Suiza, fue secuestrado por Carlos Castaño, quien lo mantuvo 10 meses amarrado a un árbol. A mí era al que iban a secuestrar. Yo era concejal de la Unión Patriótica y para proteger mi vida, el gobierno de Ernesto Samper me nombró en la misión de Naciones Unidas en Suiza. Estuve cuatro años en el cargo diplomático y regresé al país hace poco.

SEMANA: Pero ¿cómo el hermano de uno de los terroristas más buscados en el país es hoy asesor del Alcalde de Bogotá?

R.S.: La distinción que me hace Lucho es muy honrosa. Yo estoy en contra del maltrato, de la guerra sucia, de la violación de los derechos de los colombianos, del abominable crimen del secuestro.

SEMANA: Es decir, de todo lo que hace su hermano.

R.S.: Sí. Por eso me distancié de ellos en Caracas, en el proceso de paz en 1991.

SEMANA: ¿Fue la última vez que vio a su hermano?.

R.S.: Así es. Y no quiero tener un contacto con él.

SEMANA: Por sus palabras pareciera que lo odiara. ¿No le da miedo que por lo que dice de él, llegue a matarlo?

R.S.: Allá verá él que piensa.

SEMANA: El lema de la jornada 'Reconciliémonos, para volvernos a ver' le cae a usted como anillo al dedo. Usted sería el perfecto para ir al monte, volver a ver a su hermano y convencerlo de que les permita a los secuestrados volver a ver a sus familias.

R.S.: No lo había pensado. Pero si eso ayuda, yo lo haría. El problema es que no hay voluntad de paz por parte de las Farc. Entonces nada tengo que ir a hablar con él.

SEMANA: ¿Iría por pruebas de supervivencia de los secuestrados?

R.S.: Claro que sí, pero de cara al país y con el aval del presidente Álvaro Uribe.

SEMANA: ¿En el gobierno saben que usted es el hermano de 'Alfonso Cano'?

R.S.: No sé si todos saben. Pero yo siempre me identifico como su hermano. Hace poco estuve trabajando en una ONG norteamericana que maneja recursos del Plan Colombia y eso fue lo primero que les dije cuando me contrataron.

SEMANA: En medio de todo, usted y su familia han sido privilegiados. Todos han tenido trabajo y viven bien.

R.S.: Sí, lo reconozco. Yo estuve también en la consejería para los derechos humanos en el gobierno de César Gaviria. Mi esposa, Liliana Vergel, también ha ocupado cargos públicos. Uno de mis hermanos, Ricardo, vive en Suiza. Otro, Álvaro, es ciudadano norteamericano, y varios sobrinos, entre ellos los hijos de Guillermo, viven en Miami, Nueva York y Europa. Otra sobrina quiso ser aviadora del Ejército de Estados Unidos. Y mi hermana Gloria salió pensionada del Incora.

SEMANA: ¿Y qué piensan de lo que hace su hermano?

R.S.: Ya casi nadie comenta sobre él.

SEMANA: ¿Ni sus padres?

R.S.: Mi madre murió hace 10 años y mi padre murió hace dos meses. Ambos murieron resignados.

SEMANA: ¿Y cómo cree usted que va a terminar la vida de su hermano?

R.S.: Me gustaría que se incorporara a la vida del país y luchara por las desigualdades sociales, pero no a través de la guerra. Pero eso no va a ser así. Es muy complicado. A lo mejor muere en un combate.