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Isidro Castro Trujillo fue condenado a 25 años de cárcel por el asesinato. | Foto: La Nación de Huila

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La macabra historia del taxista asesino de Neiva

Isidro Castro Trujillo fue condenado a 25 años de prisión después de aceptar su participación en la tortura y asesinato de un joven en la capital del Huila. Los detalles son escalofriantes.

14 de octubre de 2015

El asesinato de Juan Pablo Vargas, en abril del 2014, pasó desapercibido en una ciudad como Neiva que reportó 81 casos de sicariato en ese año.

Pero los detalles de su desaparición y posterior hallazgo terminaron por conmocionar a las autoridades, que no descansaron hasta encontrar a los culpables.

Vargas fue encontrado en un lejano paraje de la verada El Venado en cercanías al corregimiento de Fortalecillas. Había sido degollado y tenía traumas en su cabeza por golpes contundentes. Medicina Legal determinó que el hombre había sido torturado antes de que sus agresores lo asesinarán. La forma cómo quedó el cuerpo del joven fue lo que  llamó la atención de los investigadores.

Las pesquisas de la Fiscalía Seccional de Neiva no tardaron en encontrar sospechosos. Las investigaciones condujeron a un nombre que no parecía tener el perfil de un frío asesino: el taxista Isidro Castro Trujillo.

Sus primeras versiones tuvieron serias inconsistencias, por lo que los investigadores apuntaron la lupa en una arriesgada tesis que al final resultó ser cierta.

El asesinato de Juan Pablo Vargas fue un macabro caso de justicia por propia mano. El taxista confesó los detalles del asesinato y los móviles. De acuerdo con el relato de Isidro Castro, él junto con dos amigos, había descubierto que Vargas había robado su casa días antes de su rapto.

Los hombres interceptaron al presunto 'apartamentero', quien se burló de los señalamientos, lo que enfureció a los tres agresores.

Según el relato que hizo el diario La Nación de Neiva, Castro Trujillo planeó el homicidio de Vargas Garzón, cuando advirtió a sus amigos Henry Alfredo Córdoba, (albañil) y Diego Mauricio Rodríguez, (guardia de seguridad en el aeropuerto), que se vengaría de las personas que le hurtaron sus elementos del apartamento en el barrio Timanco, el 18 de abril del 2014.

El conductor relató todos los detalles para llegar a un acuerdo de reducción de penas con la Fiscalía.

Según contó, junto con sus amigos logró identificar al ladrón y busco recuperar sus pertenencias. “Henry lo cogió y amenazó con que de esa noche no pasaba sino colaboraba. Henry le dice que le da tres días para que le digan quiénes entraron a la casa de Isidro y le robaron unos objetos y que si no le daba razón entonces ellos no respondían por la masacre que iba a pasar”, narró el fiscal del caso.

Como no obtuvieron las respuestas que buscaban, se llevaron a Vargas en el taxi. Al llegar a un paraje lejano, lo acostaron bocabajo, lo interrogaron y golpearon hasta el cansancio, según el relato del propio agresor.

El taxista confesó que él y Rodríguez golpearon a Vargas Garzón con una piedra en la cabeza. “Cuando el muchacho respiraba Henry nos dijo que éramos unos flojos. Le pidió a Diego una navaja…”.

Según lo que reporta el diario, el conductor aseguró que su amigo “Henry le cortó el cuello y le propino varias puñaladas por la espalda”. Esto coincide con el dictamen de Medicina Legal que reveló que la víctima tenía dos heridas en el cuello y siete en la espalda, todas producidas con un arma blanca.

Isidro Castro Trujillo confesó los detalles de su horrendo crimen y el juez decidió condenarlo a 25 años de cárcel. Sus cómplices siguen a la espera de la condena.