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| Foto: Archivo particular

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Márquez y un comunicado premonitorio

El pasado 17 de septiembre la delegación de las FARC en La Habana ya lo había advertido: “Estamos a las puertas del entendimiento”.

23 de septiembre de 2015

Desde el mismo momento en que se instaló el proceso de paz, hace tres años, los voceros de las FARC no han desaprovechado la pantalla de los medios de comunicación para hacer todo tipo de defensa de sus posiciones ideológicas. El país aún recuerda ese 18 de octubre del 2012, en Oslo, cuando Iván Márquez y Jesús Santrich sacaron de casillas a Humberto de la Calle, pues sus pronunciamientos en los medios eran muy diferentes de lo que conversaban en la Mesa.

Esa situación se repetía una y otra vez a lo largo del proceso, tanto que fueron múltiples las declaraciones de los negociadores en Colombia en las que insistían que no había que leer al pie de la letra las declaraciones que las FARC entregaban a los medios. Cuando el grupo guerrillero decía que todo estaba bien, era lo contrario.

Quizá por esa advertencia, y por lo dilatado que ha sido el proceso, las declaraciones de los guerrilleros en Cuba han perdido su trascendencia. Tanto, que el pasado 17 de septiembre, se registró un comunicado leído por Iván Márquez, que traído al histórico momento que se registrará este miércoles en La Habana, no deja de resultar premonitorio.

Ese día, en el palacio de Convenciones de La Habana, donde está instalada la Mesa de diálogos, Márquez señaló que el componente de justicia “está a las puertas de un entendimiento”. El jefe de la delegación de La Habana lo calificó de importante porque “desataría una dinámica positiva de redacción de convenios sobre tópicos pendientes”, mencionando la participación en política y el desarrollo del esencial punto del Fin del conflicto.
 
También explicó que esa cercanía de acuerdo permitiría esclarecer el fenómeno del paramilitarismo, mandato de la agenda, lo que calificó como lo más urgente para el futuro de la paz.

Márquez mencionó la construcción de consensos sobre cese al fuego bilateral y definitivo, el avance en la dejación de las armas y, como vocero de las FARC, declaró la disposición de la guerrilla a hacer tránsito a la vida política.

Probablemente por tantas cosas que han dicho ante la pantalla propia de los medios, este comunicado, titulado ‘Perspectivas de la paz’, apenas alcanzó titulares de prensa. Pero ahora puede ser entendido como el anuncio de que el acuerdo sobre justicia, principal nudo del proceso de paz, desde hace días estaba a punto de cocinarse,
 
Perspectivas de la paz


La Habana, Cuba, sede de los Diálogos de Paz, 17 de septiembre de 2015

De manera simultánea en varios frentes avanza la discusión temática en la Mesa de Conversaciones de La Habana.

El decisivo componente de justicia del Sistema Integral de verdad, justicia, reparación y no repetición, está a las puertas de un entendimiento. La importancia de esta eventualidad radica en que desataría una dinámica positiva de redacción de convenios sobre tópicos pendientes, como la expansión de la democracia, el desarrollo del esencial sub punto 5 FIN DEL CONFLICTO donde se consigna que: “El Gobierno Nacional revisará y hará las reformas y los ajustes institucionales necesarios para hacer frente a los retos de la construcción de la paz”; También permitiría tomar en serio el mandato de la Agenda de esclarecer el fenómeno del paramilitarismo, y lo que es más urgente para el futuro de la paz, su desarticulación, porque con guerra sucia el post acuerdo constituiría una mentira. Esa amenaza debe desmontarse si queremos reconciliación.
 
Se siguen construyendo consensos sobre Cese al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo, y se avanza en el análisis del aspecto Dejación de las armas. Y sobre la reincorporación de las FARC-EP a la vida civil, estamos listos para abordar y discutir los procedimientos para el tránsito de organización alzada en armas a movimiento político abierto. Al respecto, hemos entregado a los plenipotenciarios del Gobierno un paquete de propuestas básicas que esperan concreción.
 
Ha llegado la hora de retomar la discusión sobre “asteriscos” o asuntos cuya discusión fue postergada como por el ejemplo, el establecimiento de la cantidad de hectáreas que conformarán el Fondo de tierras, necesario para la ejecución de la Reforma Rural Integral, y también es tiempo de sacar del refrigerador las salvedades para airearlas y buscar consenso en torno a ellas.
 
Está cerca, sin duda, el cierre del acuerdo sobre el punto 5 VÍCTIMAS, puesto que el insoslayable asunto de la Reparación dispondría en el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y no Repetición, de mecanismos para entregar satisfacción a las víctimas del conflicto. El sub punto 1, Derechos Humanos, podría ser evacuado con voluntad política, con una declaración de acuerdo y compromiso sobre principios que reivindiquen los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales para las mayorías.
 
Esperamos se realice el Foro sobre FIN DEL CONFLICTO bajo el auspicio del Centro de pensamiento de la Universidad Nacional y de Naciones Unidas, para que el movimiento social y político vierta su opinión sobre la Mesa, ya que “la paz es un asunto de la sociedad en su conjunto que requiere de la participación de todos, sin distinción, incluidas otras organizaciones guerrilleras”.
 
En tal sentido, resaltamos que es importante y muy necesario, que ahora más que nunca se dejen sentir plenamente las voces de la ciudadanía, la palabra del pueblo mediante sus organizaciones sociales y políticas, opinando y decidiendo sobre el rumbo del proceso de paz y el destino de Colombia, y que esta práctica sea la ejercitación del soberano en su papel de constituyente primario, hasta alcanzar el momento de la refrendación y la implementación de lo que debe ser un Tratado de paz para la historia.
 
Nosotros estamos listos para proseguir la marcha concertada de la voluntad nacional hacia el acuerdo definitivo, punto de partida para las transformaciones democráticas y progresistas. La paz está tocando a la puerta de Colombia y exige que el conflicto armado quede atrás como memoria colectiva de algo que no debe repetirse jamás, de tal manera que aseguremos el futuro de paz y vida digna de las nuevas generaciones de colombianos.